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Tinta Socialista No 159. Contradicciones internas, pugnas tribales e imposición oligárquica, son los síntomas de la descomposición de la democracia burguesa

Lunes 18 de septiembre de 2023, por Ciudad de México

Ciudad de México a 18 de septiembre de 2023

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La democracia burguesa padece una sintomatología que ilustra un franco proceso de descomposición y crisis política; contradicciones internas, pugnas tribales e imposición oligárquica, son algunos de los aspectos que ilustran el fenómeno de la decadencia de la política burguesa para imponer los designios de una minoría explotadora.

El Frente Amplio por México (FAM) conformado por el PRI, PAN y PRD representan al flanco de la reacción; por el lado del partido en el poder, MORENA, PVEM y PT; y de manera incipiente Movimiento Ciudadano que quiere vender caro su voto; cada una de estas agrupaciones empiezan a vivir el influjo del as aspiraciones de sus grupos internos, aspecto que indica la existencia de contradicciones internas y una disimilitud en planteamientos políticos.

El proceso para definir a los próximos contendientes a la silla presidencial sacó a relucir la amplia gama de recursos clientelares, coactivos y demagógicos de las formas políticas de la democracia burguesa. Unos más, otros menos, pero todos los partidos políticos desarrollaron mecanismos poco fiables para conducir su elección interna, donde fueron colocados en primer orden los intereses mezquinos de grupo o tribu política.

Las “eventualidades sin mayor trascendencia” que se dieron en el proceso de elección de candidato del grupo MORENA, PT y PVEM, son un indicativo de lo fraudulento de los mecanismos de la democracia burguesa, son la prueba palpable de la existencia de actos que no concuerdan con el ejercicio “democrático” que tanto alardean, con ello, quedan expuestos los mecanismos truculentos para imponer los intereses de una cúpula de los grupos de poder político.

Resulta un sofisma afirmar que fue un “proceso pacífico, democrático y abierto al pueblo”, porque el menosprecio a la denuncia de la existencia de irregularidades y que conminan a que sea repuesto el proceso, indica que no hubo tal ejercicio democrático, fue el acuerdo cupular y el clásico dedazo electoral lo que definió a la ganadora.

La pretensión de distinguirse de las formas en que se ha ejercido la política burguesa en años anteriores quedó sólo en el buen deseo, hoy queda claro que no importa cuánto se esfuercen por ser distintos, si los rieles por donde conducen su práctica son los de la democracia burguesa, sólo es cuestión de tiempo para que las formas fraudulentas marquen el rumbo.

En el proceso interno de Morena no “decidió el pueblo de México”, no fue la militancia la convocada participar por el personaje que mejor levante sus expectativas. La definición por encuesta sólo fue una mascarada para convalidar lo largamente anunciado, los dados cargados para favorecer un perfil bajo un falso esquema de visión de género.

En política no se puede establecer ejercicios mecanicistas a razón del género, no es una cuestión cuantitativa el hecho se definir si debe ser hombre o mujer el próximo representante del máximo escaño político, por tal razón, el eslogan de “es tiempo de las mujeres” representa una visión sexista y no de género de la política.

La opresión política no expresa variaciones con el hecho de ser mujer, esta conclusión se desprende a partir de la experiencia de otros pueblos en otras latitudes del mundo, por tanto, no representa un cambio sustancial en el ejercicio de la política para garantizar la reproducción del capital monopolista transnacional.

La acusación de que “MORENA se parece cada vez más al PRI” ilustra la escuela que ha parido a muchos de los personajes reciclados en esta sigla partidista, a la vez, señala las miasmas de la democracia burguesa que emergen con toda intitulad cuando están enrolados en la sucesión presidencial.

Es evidente una ruptura al interior de MORENA, independientemente de las causas, es claro que hubo un sesgo para favorecer el perfil de la ex jefa de gobierno de la Ciudad de México, la Dra. Claudia Sheimbaum Pardo por el sólo hecho de ser mujer.

Si esta es la “mística” de lo que denominan la “cuarta transformación”, lo más sano era haberlo establecido como un criterio político de frente a las futuras elecciones, por el contrario, el derroche del erario público para simular un proceso democrático, las contradicciones internas que auguran la salida del ex casiller Marcelo Ebrard y los parcos discursos para reconocer unidad política, son el indicativo de una completa heterogeneidad política e ideológica.

En el Frente Amplio por México el escenario no es más halagüeño, las contradicciones se presentaron con mayor antelación con la salida de los senadores del PRI Claudia Ruiz Massieu, Osorio Chong y Eruviel Ávila, con mecanismos indecorosos que dejaron fuera a los representantes del PRD a contender para aparecer en la boleta electoral y paulatinamente los dados se empezaron a cargar por senadora Xóchitl Gálvez Ruiz. Ello no significa unidad política, expresa el pragmatismo político como único mecanismo para sobrellevar la crisis que vive el sistema de partidos.

Es una simbiosis a conveniencia, tanto el PRI como el PRD se han anulado como fuerza política, la única manera de sobrevivir como rémoras es establecer alianzas pragmáticas más allá de los principios. Su único interés es tratar de mantener sus cotos de poder y canonjías.

El bloque de las fuerzas reaccionarias prefirió la forma tradicional para elegir a su representante, la imposición oligárquica mediante el acuerdo político. Se decidió por un personaje que utiliza la pose para ganar adeptos, miente de forma ladina y emplea la apariencia populachera como una forma burda de hacer política.

Xóchitl Gálvez ha mentido, no es indígena y tampoco labró su existencia a costa de la venta de gelatinas. El eslogan de que defiende y promueve los derechos de los pueblos indígenas es una maniobra ladina para embaucar incautos. Aparentar algo que no es, es un mecanismo perverso porque está sustentado con base a la mentira.

La máxima de la representante del FAM que sintetiza en “ni huevones, ni corruptos, ni pendejos”, habla de la concepción reaccionaria de políticos de esta ralea. En su lógica el gran número de pobres se debe a estas características, lo que devela un odio a las masas trabajadoras y una defensa a ultranza de la explotación económica.

Desde su posición como empresaria es fácil sacar este tipo de conclusiones porque ella vive del trabajo no remunerado al trabajador, es decir, de la explotación económica, para ella, una persona que lucha por sus derechos laborales es un “huevón”, en su condición de empresaria es inadmisible que alguien se organice para lograr mejores condiciones de venta de su fuerza de trabajo.

El FAM representa una posición reaccionaria, en él están acuerpadas las siglas partidistas que avalaron una serie de reformas neoliberales que condujeron a las masas trabajadoras por la senda de penurias. No importa cuánto se esfuerce su representante por dar una apariencia populachera, está claro que representan una posición que pretende conducir el desarrollo del país anclado al furgón del imperialismo, principalmente el norteamericano.

El caso más ilustrativo de la crisis política del régimen está en la incorporación de un personaje con una posición abiertamente profascista, Verástegui es un personaje que no tiene empacho en afirmar su simpatía con las ideas fascistas, retrógradas, reaccionarias y conservadoras.

El respaldo que empresarios y oligarcas como Ricardo Salinas Pliego a la propuesta política que emana de la reacción habla de la posición política que defiende este grupo económico, es evidente la fuente ideológica reaccionaria de donde nutre sus conceptos.

Se suma este abanico de personajes el ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz, con la figura de candidato independiente pretende figurar en la boleta presidencial de 2024. Es clara la maniobra de este político de oficio de condición fascista y represiva. Pretende generarse impunidad a través del fuero institucional.

Sobre su responsabilidad pesa el cometido de crímenes de lesa humanidad contra trabajadores de la educación y organizaciones populares en 2006 y 2007 cuando fue gobernador, entre ellos la de los revolucionarios Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya.

Por el perfil de cada uno de los que hasta hoy son prospectos a figurar como candidatos en las próximas elecciones, ninguno representa el sentir de las masas trabajadoras, no hay alguno que sea el punto de partida para el cambio y la transformación del país. Son los trabajadores del campo y la ciudad quienes deben organizarse de forma independiente y luchar por sus derechos y conquistas sociales.

La posibilidad del retorno de la reacción al poder político no es un asunto que debe prestársele más atención que la debida, en todo caso, corresponde a los que sean desplazados determinar el rumbo a seguir para defender lo que denominan como “conquistas”.

Fraternamente

Frente Nacional de Lucha por el Socialismo
FNLS

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