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En el marco del día internacional de la verdad en relación con violaciones graves de los derechos humanos, evocamos la lucha de los revolucionarios Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez
Viernes 28 de marzo de 2025, por
Ciudad de México, a 27 de marzo de 2025
A la opinión pública
La vida de dos hombres que emprendieron el camino de lucha para que nuestro pueblo obtuviera mejores condiciones de existencia material debe ser puesta a conocimiento de las generaciones de hombres, mujeres y jóvenes para que no se pierda en la criminalización que los gobiernos del pasado y del presente fraguaron en su contra para negar la existencia de sus ideales de lucha por una sociedad sin explotados ni explotadores.
A casi cumplirse 18 años de la desaparición forzada de los revolucionarios Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez es necesario continuar con la exigencia de su presentación con vida, máxime que el gobierno actual continua con la negativa a esclarecer la verdad de los hechos del 25 de mayo del 2007, entorpecer el avance en la investigación del crimen de la desaparición forzada y encubrir a los responsables materiales e intelectuales de la desaparición forzada.
El origen de la lucha que emprendieron ambos revolucionarios, reconocidos por sus compañeros de lucha como dos comunistas, la encontramos en su historia de vida que se entrelaza con el contexto económico, político y social de los años 60 y 70 del siglo pasado, tiempo en el que se cometieron múltiples crímenes de Estado, reconocidos en la historia reciente de nuestro país como crímenes de lesa humanidad.
Por lo que el contexto socioeconómico parió a dos hombres que comprometidos con la causa libertaria de nuestro pueblo dieron continuidad al proyecto de lucha que no fue concretada en la resistencia del pueblo mexicano durante la invasión y conquista española, que fue traicionada en la guerra de independencia, en la guerra de reforma y en la revolución mexicana.
Hablar de dos historias de vida, nos remite a los pasajes históricos que fundamentan la lucha del pueblo de México y que ambos revolucionarios hicieron suya para construir desde el sentir de las masas trabajadoras, esfuerzos propios por un país donde la explotación económica y opresión política fuese desterrada como forma de vida que se le impuso a los sectores populares.
Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya nacieron y crecieron en dos hogares proletarios, en los que es común forjar la unidad al interior del núcleo familiar para ponerla en práctica con quienes existe identidad de clase. Ambos son la expresión del sentir del pueblo, pues ambos vivieron en carne propia las condiciones que genera el régimen económico y político. Su sensibilidad humana los llevó a encontrar explicaciones del porqué de las condiciones de pobreza y miseria que viven los trabajadores del campo y la ciudad, en el estudio del conocimiento científico.
Ambos se prepararon, en base al conocimiento más avanzado que ha dado la humanidad: el marxismo, para desarrollar su trabajo organizativo en el ámbito estudiantil, campesino e indígena (en el caso de Gabriel Alberto Cruz Sánchez) para que les permitiera no sólo interpretar la realidad, sino transformarla en torno a los intereses populares.
Edmundo Reyes Amaya, se enfrentó a condiciones de explotación económica en diversas fábricas de lo que hoy es la Ciudad de México, circunstancias que le hicieron conocer las dificultades a las que se enfrentan los obreros que buscan mejorar su precaria condición de vida y la de su familia. No es difícil pensar que las condiciones a las que se enfrentó en la ciudad de México lo llevó a forjar sus convicciones de lucha, precisamente porque de manera autodidacta puedo profundizar en las causas que generan la explotación económica del que fue víctima y que su condición de vida le anuló el derecho a la educación y a un desarrollo integro a él y su familia.
En sus biografías podemos encontrar que, en las facetas de hijo, hermano, estudiante y luchador social, sobresalen las características que los señalan como personas responsables, disciplinados, solidarios que practicaron el humanismo proletario, al velar por construir un país que en el que los intereses colectivos estén por encimas de los intereses empresariales.
La lucha que desarrollaron en su juventud fue en defensa de los intereses de la población campesina e indígena, estudiantil y popular, a pesar que funcionarios públicos intentaron cooptar la disposición de lucha de Gabriel Alberto Cruz Sánchez, su convicción y claridad política lo mantuvo firme en la defensa de los intereses del pueblo que desde aquellos años ha sido víctima de la política de gobierno, con la que se legitima el despojo de la tierras comunales, ejidales y los recursos naturales que se encuentran en el suelo y subsuelo.
Gabriel Alberto Cruz Sánchez en su juventud fue parte de la Organización de la Coalición Obrero Campesino Estudiantil de Oaxaca (COCEO), lo que expresa el grado de compromiso, responsabilidad, solidaridad que desplegó entre los sectores con los que tuvo contacto.
Por muy poca que se conozca su historia de vida; a través de sus familiares, ello nos habla del trabajo organizativo que desarrollaron a muy corta edad, pero también expresa la calidad de seres humanos que son y que se templaron al calor de la lucha de nuestro pueblo, porque es en el fragor de las luchas de los sectores populares donde vamos a encontrar mujeres y hombres que sin escatimar esfuerzos ni recursos asumen el papel histórico que el proletariado está llamado a desarrollar, la liberación de su clase.
El Estado pretendió anular la lucha de dos jóvenes que se convirtieron en revolucionarios, para que en los pasajes de la historia los nombres de Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya fueran borrados o tergiversada su participación en la lucha del pueblo por una sociedad sin explotados ni explotadores, de ahí que se cometió la desaparición forzada en su contra y pretendió generar el mayor daño posible en sus familiares y compañeros de lucha.
Con la incriminación y criminalización de la lucha revolucionaria que han desempeñado ambos revolucionarios, los diferentes gobiernos se propusieron manchar su esfuerzo y su lucha por la dignificación del ser humanos, significado de la lucha por el socialismo en México. Por mucho que el Estado haya intentado aislar la exigencia de su presentación con vida; organizaciones populares independientes, de derechos humanos, personalidades progresistas, periodistas críticos y honestos mantienen la exigencia de su presentación con vida.
La historia de lucha de ambos revolucionarios muestra que la juventud; hombres y mujeres tiene un deber histórico que no surge por capricho personal, por un acto catártico, problema existencia o por intereses de grupo, sino por la realidad que vivimos los trabajadores del campo y la ciudad, por lo que la transformación de las condiciones que genera el régimen actual, es tarea permanente de los explotados y oprimidos.
La lucha del pueblo debe forjarse de manera organizada e independiente con los sectores populares; el ritmo y la forma de lucha la pone la lucha de clases, por lo que la forma de lucha que el pueblo decide adoptar es decisión del propio pueblo, de nuestra parte solo nos toca respetarla y mantener las acciones de protesta por una vida en mejores condiciones.
Fraternal y combativamente
¡Por la unidad, obrero, campesino, indígena y popular!
Frente Nacional de Lucha por el Socialismo
FNLS