Tinta Socialista N° 152. La definición del candidato presidencial en MORENA inmersa en el formato de la democracia burguesa

Ciudad de México, a 3 de julio de 2023

Descarga aquí Tinta Socialista N° 152

La jornada electoral por la sucesión presidencial dio inicio con el arranque de la campaña interna de MORENA para definir el candidato que va a competir en las elecciones presidenciales, proceso enmarcado en el formato de la democracia burguesa, conducido bajo los parámetros de la demagogia, competencia del poder por el poder y manejo discursivo adaptado al guion utilizado por el actual Ejecutivo federal para generar simpatía a la sombra del caudillo.

La cifra de los contendientes del partido en el poder ilustra una completa heterogeneidad de lo que significa para cada uno la “cuarta transformación”. La democracia burguesa parte del criterio de generar más opciones al electorado, pero la realidad indica disonancias políticas al interior del partido en el poder.

El pasado de cada uno de los personajes indica la formación de su carrera política, la mayoría saltaron al proyecto que logró encumbrarse en el poder en 2018, pero su origen no siempre los distinguió con lo que denominan “izquierda”, ello explica por qué es el criterio personal el que pesa para acoplar lo que han definido el proyecto de su partido y gobierno.

La gira por el país de los contendientes a figurar en la boleta presidencial saca a relucir que no existe una base conceptual que guie la acción partidista, este proceso se encuentra inmerso en elucubraciones subjetivistas acorde al formato de la democracia institucional, misma que hasta ahora ha encumbrado a los personajes que responden a los intereses económicos y políticos de la clase que detenta el poder.

Los recursos discursivos que emplean los contendientes al interior de MORENA, así como el resto de los partidos que se encuentran en la oposición pretenden ocultar un hecho concreto, existe una falta de credibilidad a la democracia burguesa, hay un importante número de votantes que expresan indiferencia ante las proyecciones electorales por lo que cada proceso requiere la inyección de más recursos para ganar voluntades.

No importa cuán elocuente sea el discurso, la esencia es ocultar la descomposición de la democracia burguesa. Las elecciones pasadas en el Estado de México y Chihuahua es el indicativo de que el abstencionismo es un fenómeno que aún se hace presente, a pesar de las cifras que presentan los organismos electorales, la verdad es que hubo más del 50 por ciento de abstencionismo en esta jornada electoral.

Es el elemento subjetivista y moralino el utilizado para embaucar conciencias y figurar en la boleta electoral de 2024 al interior del partido en el poder. En la oposición, maquinan el acuerdo cupular, no obstante, a pesar de la diferencia en la forma, la esencia es que en la boleta del próximo año figurarán quienes garanticen el desarrollo del capital en mejores condiciones.

El fundamento teórico de la denominada “cuarta transformación” está basada en concepciones subjetivistas, sujeto al sentimiento moralino y conceptos de la burguesía liberal burguesa, de tal manera, resulta complejo elaborar conclusiones puntuales que permitan encontrar las razones de la desigualdad económica y social en tiempos actuales, de ello se desprende un completo eclecticismo conceptual que no dilucida nada alentador para el pueblo mexicano.

Los prospectos a candidatos en MORENA se amparan en lo que realiza el gobierno federal, aseguran ser los continuadores de la transformación que inició en 2018, sin embargo, no hay ninguna palabra de lo que sus correligionarios que hoy gobiernan en otras entidades. De Adán Augusto López no se escucha una mención de la forma en que actúa su cuñado en la entidad chiapaneca.

En los estados gobernados por MORENA el pueblo trabajador no percibe la transformación que pregonan los gobernantes, el Ejecutivo federal y los que aspiran a ser candidatos a puestos de elección popular, por el contrario, las cifras de violaciones a los derechos humanos y acciones represivas mantienen continuidad, en algunos casos van en aumento.

Hay una realidad que no se puede negar, en las entidades de Chiapas, Veracruz, Guerrero, Puebla, Michoacán y Tlaxcala, entre otras, se han conducido por reprimir el descontento popular; la denuncia de violaciones a los derechos humanos cometidos por la corporación policíaca creada en la presente administración es un hecho tangible.

Con facilidad se enmarcan en una alegórica lucha contra el conservadurismo, señalan como responsable de la situación política del país a la herencia que dejaron los gobiernos priistas y panistas, para el recurso discursivo resulta más cómodo juzgar el pasado de forma inquisidora y no emitir juicios respecto a lo que sucede con gobiernos presentes, de manera fundamental, de quienes son identificados por la misma sigla partidista.

El gobierno de Veracruz destaca por su actuar represivo, no sólo utiliza los recursos leguleyos a su contentillo para mantener presos a luchadores sociales y activistas políticos, sino que los enfila a sus oponentes políticos, lo que devela un actuar autoritario que se opone diametralmente de lo se promueve desde el discurso gubernamental.

Limar las asperezas con el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Ejecutivo federal tuvo como principal efecto la convalidación de los anticipados actos de campaña, al final, es el acuerdo cupular lo que sienta las bases para el desarrollo del proceso electoral, definir los mecanismos por los cuales conducirán el relevo presidencial acorde a los intereses de la minoría oligárquica.

La insistencia de declarar inválida la gira que realizan los aspirantes a candidatos por Morena no fue escuchada por el INE, lo que implica que la reglamentación se encuentra armonizada para garantizar la continuidad de Morena en el poder Ejecutivo. La acusación que hoy utilizan los colocados en la oposición resulta efímera porque al final son las prácticas que emanan de la democracia institucional y no hay partido político electoral que no pueda ser señalado de actos similares.

El proceder electoral de los distintos partidos políticos es la muestra que el guion es el mismo, el mecanismo para definir al que ocupará Palacio Nacional es la frivolidad como forma de hacer política, las promesas sin contenido político y el despilfarro de recursos económicos en trivialidades.

Cada proceso electoral va en correspondencia con la descomposición política del régimen, emergen conceptualizaciones que rayan en lo fútil como el de las “corcholatas”, lo inaudito es que todos estos personajes aceptan tal denominación con lo cual sale a relucir la condición humana con la que se identifican.

No es buena señal la cantidad numerosa de los aspirantes presidenciales en el partido en el poder, esta situación habla que no hay unidad política y la decisión de participar está motivada por intereses personales y no por un proyecto político.

Un partido que se ufana de transformar la realidad de los mexicanos debió dar muestras de unidad interna, con la capacidad de cerrar filas en torno a un objetivo común, el proceso interno que vive MORENA vaticina heterogeneidad política donde cada quien empuja según cómo entienda el fenómeno.

Un personaje que busca ser congraciado con la simpatía popular debe emerger resultado del trabajo, por ello, este proceso para definir a un candidato en MORENA a través de una campaña electoral con las reglas de la democracia burguesa es un engaño y no hay transformación a la cual ampararse.

El argumento general en el discurso es profundizar las políticas clientelares, generar mayor dependencia económica, pero ninguno es capaz de advertir las contradicciones capitalistas, por ello, es claro que, aunque afirmen de continuar una transformación que pueda durar muchos años, al final es un argumento superfluo.

¿Qué propone cada personaje de Morena? A pesar de que no es autorizado por el INE, éstas emergen en cada discurso y el pueblo debe leer entre líneas lo que proponen. Hacer perfectible la democracia burguesa, generar mejores condiciones de desarrollo capitalista y mantener el argumento de seguridad nacional como premisa de desarrollo económico.

El pueblo trabajador no debe perderse en este manejo de palabras, es claro que de la democracia burguesa no emerge el representante de los intereses populares. La alternativa es la organización independiente para exigir el cumplimiento de los derechos constitucionales independientemente de quién llegue a la silla presidencial.

Atentamente
Frente Nacional de Lucha por el Socialismo
FNLS