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Tinta Socialista No. 120. La contingencia sanitaria no se enfrenta con la represión y el cometido de violaciones a los derechos humanos
Domingo 26 de abril de 2020, por
Ciudad de México a 25 de abril de 2020
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La contingencia derivada del surgimiento de una nueva cepa viral no se enfrenta con represión y el cometido de violaciones a los derechos humanos, ésta se enfrenta con medidas sanitarias, con política publicada encaminada a garantizar los derechos elementales del hombre como la alimentación, salud…, derechos indispensables para que el ser humano enfrente con dignidad la pandemia que genera el virus SARS- COV- 2.
Las violaciones a los derechos humanos se convierten en una constante ante la contingencia sanitaria que impera en varias regiones de la geografía nacional. La represión e intimidación de cuerpos policíacos y militares en las calles es una forma de forzar a las masas trabajadoras a asumir medidas autoritarias, las cuales, transgreden la posibilidad de satisfacer necesidades elementales como la alimentación, a la salud y a una vida digna.
Aunque el gobierno federal y el gabinete de salud señalen que está descartada la militarización en este tipo de emergencia sanitaria, en los hechos se observa que es una práctica antipopular recurrente en toda la geografía mexicana. Elementos de la marina, del ejército, la Guardia Nacional, así como policías estatales y municipales son los que imponen un estado de facto en una acción que viola los derechos humanos en nombre de la contingencia sanitaria.
En el municipio de Toluca, Estado de México el alcalde Juan Rodolfo Sánchez Gómez, en contubernio con el titular del Ejecutivo estatal, ordenaron la represión contra comerciantes de la entidad. En el centro de la ciudad, elementos policíacos reprimieron a comerciantes con el justificante de que es necesario guardar el “orden y las medidas sanitarias”; en esta acción utilizaron gas pimienta y toletes para dispersar a las masas trabajadoras que sólo buscan el sustento económico para alimentar a sus familias.
Los argumentos del alcalde del municipio, “para el gobierno municipal de Toluca no es deseable llegar a situaciones extremas; sin embargo, hay circunstancias en las que es necesario aplicar medidas más estrictas, por el bien de la comunidad”, pierden seriedad, porque no se puede aplicar medidas sanitarias con más violencia ni acciones represivas que generan mayor descontento popular.
En el pecado lleva la penitencia, cuando señala que va “aplicar medidas más estrictas”, implícitamente señala que va ejecutar la represión y transgredir los derechos humanos de las masas trabajadoras. Si la necesidad está en guardar la cuarentena, qué hacen los gobiernos en turno para garantizar la alimentación y las necesidades indispensables para que el ser humano esté en mejores condiciones de salud y vida digna para enfrentar de manera digna este período en el que insisten quedarse en casa.
Una cosa es arengar ante los medios de comunicación que van a proporcionar apoyos, entregar despensa al más necesitado, y otra muy distinta lo que expresa la realidad, la despensa sólo se entrega a los que tienen beneficios de los programas gubernamentales, apoyos a adultos mayores, niños, jóvenes y mujeres embarazadas, pero qué pasa con los que entran en ninguno de esos programas que por sus circunstancias personales no les permite acceder a ellos.
En la Ciudad de México, elementos del ejército y la marina realizan labores de seguridad pública, son los que realizan rondines en las calles, permanecen afuera de los hospitales o participan en operativos en los tianguis, como los que ha realizado la alcaldesa Clara Brugada en Iztapalapa, donde elementos de la marina con armas en mano acuden a los tianguis con los trabajadores de la alcaldía para decirles a los comerciantes que no salgan a vender.
Esas acciones en los hechos expresan la militarización en el país, que ante una emergencia sanitaria mundial aprovechan la circunstancia para imponer medidas autoritarias que, con el tiempo, en lugar de aplicar las medidas netamente de salud recurren a la represión o a “medidas extremas” como lo señala el alcalde de Toluca.
En Michoacán el gobernador Silvano Aureoles Conejo impuso medidas de aislamiento obligatorio en las que señala, “Nadie que no tenga actividades esenciales podrá andar en la calle y quienes lo hagan van a ser multados, y además aislados, recluidos y tendrán que hacer trabajos de carácter comunitario, principalmente va a ser limpieza en hospitales y centros de salud”, con ello lo que expresa es su vocación profascista, además de no establecer las medidas sanitarias adecuadas para enfrentar la pandemia que genera el Covid-19.
La emergencia sanitaria no se enfrenta con militarización, lo que necesitamos en estos momentos son medidas que garanticen la salud, alimentación y materiales indispensables para tener una vida digna; estos aspectos los debe proporcionar el gobierno mexicano, en él está la responsabilidad de otorgarlo a los millones de familias que viven en la pobreza y miseria.
Si estamos ante una emergencia sanitaria, ¿por qué salen los elementos policíacos y militares con su armamento o utilizan gas pimienta o gas lacrimógeno para reprimir al pueblo? Esta forma de actuar expresa las acciones que implementan los gobiernos autoritarios, que aprovechan fenómenos mundiales de esta magnitud para mantener el control sobre la población.
Mientras no se garanticen esos derechos difícilmente las masas trabajadoras podrán guardar cuarentena. Mientras no garanticen los insumos médicos y medidas necesarias de sanidad para enfrentar el Covid-19 la necesidad de salir a trabajar se torna cada día más apremiante y como un acto de necedad como algunos analistas pretenden hacer ver.
El gobierno federal insiste en guardar distancia, pero, cómo vamos a guardar distancia familias que viven en cuartos de seis metros cuadrados y son más de 10 integrantes los que ahí habitan; cómo se van a lavar las manos más de 20 veces a día si no hay agua en las colonias; cómo van a mantenerse en cuarentena si en el hogar no llegan los apoyos federales de alimentación; son aspectos que reflejan la realidad objetiva, muy distinto a las medidas que implementan desde gobierno federal.
La necesidad de trabajar es tan real como la virulencia del COVID-19, las instituciones federales deben encontrar con ellos el punto de inflexión para resolver aspectos elementales de los humanos y no sólo con eliminar la permanencia en las calles o implementar medidas represivas contra el pueblo.
El ser humano es social por naturaleza, no puede vivir aislado de los demás, condenarlo a vivir como lobo estepario es contranatura, que en lugar de ser un elemento positivo para la salud se convierte en la pauta para que la familia adquiera más enfermedades no sólo físicas sino psíquicas. Los que hacen énfasis sobre que la cuarentena y el aislamiento genera daños al ser psíquico es real, porque es un elemento antinatura que mantiene al hombre ajeno a su ser genérico. Estar aislado no es común en la especie humana.
Lejos de que haya una situación de incentivar la creatividad humana con arte cultura y otras cosas, los medios de comunicación hacen alarde de aspectos tan triviales como jugar en sitios virtuales para mantener al sujeto enajenado. Sus propuestas son canta, grita, berrea… actividades de las personas que están en cuarentena porque tienen las circunstancias de ser los bufones de la sociedad actual, pero en un trabajador que vive al día, sólo piensa en cómo llevar la comida a su hogar, de ahí que sus comentarios y actos “triunfales” sean absurdos.
La contingencia es real, las medidas sanitarias son reales y necesarias, pero no permitamos que ante esas acciones los gobiernos en turno vulneren los derechos y libertades políticos del pueblo trabajador; el gobierno mexicano debe garantizar los derechos a la salud, que contemple la atención hospitalaria con medicamentos, así como la alimentación, en sí lo necesario para garantizar el derecho a la vida.
Atentamente
Frente Nacional de Lucha por el Socialismo
FNLS