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Lo hondo de la crisis capitalista oculto tras la pandemia
Viernes 27 de marzo de 2020, por
Ciudad de México a 27 de marzo de 2020
A la opinión pública
Tras la pandemia que azota el mundo yacen un conjunto de fenómenos económicos, políticos y sociales que es necesario escudriñar para comprender las causas y las contradicciones que encierra este hecho, así como advertir la reconfiguración de las fuerzas políticas que emergen ante esta coyuntura.
La reciente situación y otros fenómenos como la caída de los precios del petróleo o la inestabilidad en las economías de diversos países nos revelan que la estructura del mercado capitalista está al borde de la recesión económica mundial y es la clase trabajadora quien soporta sus efectos perniciosos.
Países como Alemania y Estados Unidos expresaron “nerviosismo” a raíz de los supuestos efectos que genera la contingencia por la pandemia. Sin embargo, esa expresión es una nítida señal de las graves contradicciones por las que transita la lógica capitalista en el mundo. No es el Covid-19 la razón de lo convulso de la economía capitalista, sino la acentuada contradicción entre capital y trabajo.
Los saldos en vidas humanas que hasta ahora cobra la nueva cepa viral evidencia que las relaciones sociales en el capitalismo, lejos de preservar la vida humana asume una actitud antinatura, porque a juzgar por la amplia difusión mediática se le atribuye a un hecho viral la muerte de miles de personas más no otro aspecto que es esencial, la consecuencia inevitable de mantener una economía que denigra las condiciones de vida de la población.
El fenómeno viral Covid-19 es un hecho real y hasta el 19 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó 7 mil 807 decesos, empero, está cifra aumenta con celeridad en el mundo, de los cuales destacan por la gravedad de su manifestación países como Italia, España y Estados Unidos.
China a pesar de ser el epicentro de origen del nuevo coronavirus asumió un papel digno para con su pueblo y el mundo, no sólo por controlar la propagación de la nueva cepa viral, sino por establecer una actitud solidaria con otros países. Su actitud se sustenta en poner al servicio de la humanidad los avances de las fuerzas productivas pese a la guerra comercial que libra contra Estados Unidos.
Al parecer la Unión Europea quedó rebasada en esta coyuntura, no se conoce de los medios de comunicación informes de solidaridad económica hacia los países que la conforman y que sufren las calamidades como Italia, España y Austria que padecen los estragos del fenómeno viral.
La maniobra imperialista de maximizar el hecho viral a través de los medios de comunicación es un intento por minimizar la crisis de sobreproducción de mercancías, acontecimiento inevitable del desarrollo de las leyes del modo de producción capitalista. Además, es un pretexto que recurren algunos Estados para adoptar medidas restrictivas contra el pueblo.
Mandatarios de algunos países afirman que estamos en “guerra contra el virus”, como si este fuera el principal enemigo de la humanidad, pero el imperialismo pretende negar su responsabilidad en la guerra que se vive en Yemen y Siria, este último recientemente cumplió nueve años de vivir bajo el asedio militar que ha cobrado la vida de al menos 22 mil niños y adolescentes.
La Organización Mundial de la Salud publicó sus estimaciones respecto a los saldos que probablemente provocará el virus a la clase trabajadora, al respecto calculan 25 millones de trabajadores que perderán su empleo, este fenómeno refleja la crudeza con la que afecta la crisis económica capitalista a las masas desposeídas.
El panorama internacional se vislumbra adverso, mientras la oligarquía hace todo lo posible por minimizar la crisis económica del régimen, la realidad se impone con crudeza, éstos aprovechan para especular con la desgracia de la humanidad, por un lado, un sector de la clase burguesa es devorada por la crisis y otro se fortalece.
Los vaivenes abruptos del mercado bursátil, lo fluctuante de los precios en el mercado de divisas, la drástica caída de los precios del petróleo significa el fortalecimiento de un grupo reducido de capitalistas para arruinar a otros. En suma, el desarrollo de los acontecimientos indica un nuevo impulso al capital financiero, que encuentra en el coronavirus un pretexto idóneo para maquillar esta realidad.
La lógica que describe la realidad internacional está impregnada por los mezquinos intereses del capital monopolista trasnacional, por tanto, México es parte de ella, la solución a los problemas no es un asunto de voluntades o caprichos personales, sino que está en apego a las leyes del desarrollo dialéctico de la economía capitalista.
Mercancías que no se realizan y un gran sector sin acceso a la canasta básica; inestabilidad en los precios de mercado, nulo crecimiento económico, salarios precarios, aumento de la jornada laboral y la creciente masa de desempleados, mientras que la riqueza social se concentra en unas cuántas manos, los gigantes monopólicos dominan el mercado y el sector financiero crece e impone sus políticas en todo el mundo, así transcurre los efectos perniciosos de la crisis en el país.
La industria automotriz y la de construcciones se mantuvo a la baja en producción y ventas desde el año pasado, este sector de la producción capitalista en el país tiene esos resultados económicos debido al carácter funcional y dependiente al imperialismo, es ante acontecimientos de esta magnitud las consecuencias son palpables sobre todo en las condiciones materiales de vida de los desposeídos.
Mientras las masas trabajadoras viven al día o son obligadas a un paro forzoso, en muchos casos sin salario, este escenario es adverso para las masas trabajadoras, máxime ante la contingencia decretada por el gobierno mexicano con el supuesto de controlar los contagios del virus, por ejemplo, empresas como Starbuck y Vips cumplirán con la medida, pero sus trabajadores sin percepción de ingresos.
La sana distancia o el home office aplica para un sector que labora en la economía formal y gubernamental, pero existe una masa de trabajadores que vive al día, sin derechos laborales, en ellos la preocupación es real, sin trabajo no garantizan a plenitud alimentación o solventar sus necesidades apremiantes, es indica que los efectos de la crisis acompañado de la contingencia recaerán en las espaldas de los de trabajadores del campo y la ciudad.
La abrupta caída de los precios del petróleo en el mundo es un factor determinante que propició la disminución en el precio de la gasolina, no fue por decreto de Estado, sino que este responde a las contradicciones inherentes al mercado capitalista y no a las buenas intenciones de los políticos de oficio, como lo intento el gobierno federal.
Hasta hoy el fenómeno viral Covid-19 es un hecho real y ha cobrado miles de vidas humanas, sin embargo, su abordaje por algunos medios de comunicación magnifica el hecho y sus afectaciones en las diferentes esferas de la vida económica y política del mundo, dejan entrever como responsable de derruir la base económica de la sociedad capitalista; colocado en estos términos sería una falacia.
El coronavirus es real, sus consecuencias son tangibles en las pérdidas de miles de vidas humanas, sin embargo, este hecho es manipulado por la oligarquía nacional y extranjera para lucrar con la desgracia humana y dar otro impulso a la dictadura del capital.
El panorama expuesto describe para los miles de asalariados perecer por inanición, el desempleo, la miseria, o bien, organizarse de manera independiente para exigir el respeto y se garanticen nuestros derechos: a la vida, el trabajo, vivienda, alimentación, porque el devenir de las masas trabajadoras será adversa.
Atentamente
Frente Nacional de Lucha por el Socialismo
FNLS