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Análisis y opinión. La violencia emana del Estado mexicano, no de nuestra organización
Miércoles 27 de noviembre de 2024, por
Ciudad de México, a 27 de noviembre de 2024
A la opinión pública
La violencia institucional emana de la política de indiferencia, omisión e indolencia del gobierno federal, desde hace varios años hemos insistido en diferentes mesas de trabajo solución a las demandas que aquejan a pueblos y comunidades que formamos parte del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS), cuya respuesta ha sido la simulación, que se tradujo en represión y el cometido de crímenes de lesa humanidad.
Desde el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, con la exministra Olga Sánchez Cordero en la Secretaría de Gobernación (SEGOB), insistimos en una mesa de trabajo la desarticulación del paramilitarismo en Chiapas, que aqueja no solo a comunidades del FNLS sino a todo el movimiento popular, sin embargo, se hicieron de oídos sordos y señalaron la supuesta autonomía federativa para no atender las demandas planteadas.
A la vuelta de un sexenio podemos afirmar sin temor a equivocarnos que el paramilitarismo formó parte de la política de gobierno de Rutilio Escandón Cadenas; estos grupos no solo se fortalecieron, sino que además fueron creados nuevos para favorecer la imposición de los intereses económicos y políticos de una cúpula empresarial caciquil en el estado de Chiapas.
Los saldos de la indiferencia del gobierno federal respecto al gobierno chiapaneco están a la vista, esta omisión cobró múltiples violaciones a los derechos humanos contra integrantes de colonias populares en Chiapas, asesinatos políticos contra luchadores sociales, encarcelamiento injusto, prisión por motivos políticos; ruta por la que se conduce el actual gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo.
Nosotros no somos los violentos, la violencia emana de las instituciones del Estado mexicano son éstas las que la difuminan a través de los cuerpos policíaco militares, miente quien afirma que nosotros agredimos, es un miope políticamente o cobra nómina en el aparato represivo de Chiapas. Sólo un agente de Estado es capaz de propalar semejantes mentiras, con el propósito de criminalizar e incriminar a integrantes de una organización popular independiente como la nuestra.
Nosotros somos las víctimas de la violencia que ejercen en todo el país los cuerpos policíaco militares y grupos paramilitares, los detenidos desaparecidos, ejecutados extrajudicialmente, torturados, encarcelados están de nuestro lado. La violencia institucional en Chiapas y en todo el país es responsabilidad del gobierno morenista de Claudia Sheinbaum Pardo.
La política de abrazos y no balazos es un sofisma, es claro que para el pueblo trabajador que se organiza de manera independiente le tocan los balazos, realidad que se confirma ante la cerrazón de los gobiernos en turno para atender las demandas que hemos planteado a través de diferentes pliegos petitorios.
Llevamos 21 meses de actividad política, primero en la ciudad de Xalapa, Veracruz, desde febrero de 2023, sin tener una respuesta por parte del gobernador Cuitláhuac García Jiménez, más de nueve meses en la capital del país, desde abril de 2024, y la respuesta también es nula, tanto del sexenio saliente como del entrante, lo que es indicativo de una política de oídos sordos, de indolencia y omisión, que busca negar el derecho a la protesta a través del cometido de graves violaciones a los derechos humanos, como sucedió con el compañero Pablo Gómez Sánchez en Chiapas.
La reflexión que salta al término de un sexenio federal, representado por Morena y por los gobiernos estatales de Veracruz y Chiapas del mismo partido electoral es la siguiente, ¿esa es la política de gobierno contra el pueblo que se organiza fuera de su férula corporativista?, ¿a eso se refirió el gobierno saliente con la sentencia, nada con los villas ni los zapatas? Si es así, es claro que nos enfrentamos a un gobierno que no consiente la crítica del pueblo, por lo tanto, de ser así emerge como un gobierno antipopular y autoritario.
Durante el tiempo que llevamos de plantón no hubo atención a nuestras demandas, se vieron forzados a hacerlo a partir de la opinión 41/2024 que emitió el Grupo de Trabajo Sobre Detenciones Arbitrarias de la Organización de Naciones Unidas; acontecimiento que expresa una política de dilación, indolencia y burocratismo a las demandas populares.
A la exigencia de presentación con vida de los revolucionarios Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez; la presentación con vida de nuestro compañero Fidencio Gómez Sántiz; la libertad del compañero Higinio Bustos Navarro; alto a la persecución política contra el profesor Leobardo Reyes Meza, la Lic. Noemia Calles Rios y el profesor Jorge Ceja Ramos; justicia para el compañero Gregorio de la Cruz de la Cruz; alto a la represión contra el FNLS; los gobiernos federal y estatal de Chiapas responden con las balas asesinas contra el compañero Pablo Gómez Sánchez y con amenazas de incursiones policíaco militares en las comunidades donde tenemos presencia.
El asesinato político del compañero se da en ese contexto de lucha, no es un caso aislado ni enfrentamiento entre campesinos, mucho menos agresiones entre particulares, es una acción premeditada con la aquiescencia del gobierno chiapaneco; no es casual la presencia de una patrulla de cuerpos policíacos a escasos metros del vehículo donde se transportaban los agresores, quienes después se les ve que portaban armas de fuego.
Insistimos por enésima ocasión nosotros no somos los violentos, no somos los victimarios, es perversa la maniobra que utiliza el gobierno chiapaneco da una versión a modo que tergiversa los hechos y nos pretende colocar como agresores. Las imágenes y videos difundidos son elocuentes al evidenciar que la agresión vino de este grupo paramilitar-caciquil contra nuestra actividad de denuncia y protesta.
Somos una organización política de masas que nos regimos por principios políticos, no es nuestra práctica agredir, ni confrontarnos estérilmente pueblo contra pueblo. Reconocemos en el trabajador chiapaneco un hermano de clase, pero los que llegaron a agredirnos con armas de fuego son sujetos desclasados y descompuestos, que prestan sus servicios al interés mezquino del dinero.
La política del gobierno federal es parecida a la que impulsó en su momento el Partido Revolucionario Institucional (PRI), ve enemigos en las organizaciones populares independientes, a quienes luchan por la justicia social se les considera delincuentes, por ello merecen la ejecución extrajudicial o el cometido de crímenes de Estado.
Queda evidenciado que quien se organiza y lucha fuera de los marcos corporativizantes es silenciado, calumniado y estigmatizado desde las estructuras gubernamentales, con la intención de deslegitimar la lucha que impulsa.
Contra nosotros se ha desatado una campaña de calumnias y vituperios a través de supuestos perfiles en páginas electrónicas o redes sociales, con el propósito de colocarnos en la diana de la represión para futuras agresiones, así como colocar el dedo inquisidor sobre compañeros que forman parte de nuestra organización.
Hay perfiles en las redes sociales de tipo policíaco que se encargan de descalificar, calumniar y generar las condiciones para el linchamiento mediático, y con ello, justificar la criminalización de la protesta popular, así como el cometido de crímenes de lesa humanidad. Quienes se enconden detrás de las denominadas redes sociales se convierten en corresponsables de los crímenes que se cometen contra el pueblo organizado.
Desde esos espacios agentes cibernéticos destilan odio de clase contra nuestra organización por el simple hecho de luchar por mejores condiciones de vida, exigir justicia para los detenidos desaparecidos, alto a la represión y la persecución política contra integrantes de nuestra organización.
Ante la represión y violencia institucional nos asiste el derecho a la protesta con acciones políticas de masas, ante la calumnia y el vituperio la verdad saldrá a flote; no vamos a dejar de denunciar ni realizar acciones de protesta, mientras las víctimas estén de nuestro lado, razones hay para realizar acciones políticas de masas.
Atentamente
¡Por la unidad obrera, campesina, indígena y popular!
Frente Nacional de Lucha por el Socialismo
FNLS