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Fragor y resistencia No 6. Los feminicidios tienen carácter de clase

Lunes 11 de septiembre de 2023, por EdoMex

Estado de México a 11 de septiembre de 2023

Descarga aquí Fragor y resistencia No 6.

Los feminicidios no sólo responden a una cultura o violencia “machista”, no es violencia aislada hacía la mujer, producto únicamente de “degenerados” o resentidos contra ésta; es violencia de la clase burguesa, producto de la de las condiciones socioeconómicas en la que se encuentra la población trabajadora del país.

No sólo se deben tipificar como feminicidios, estos asesinatos no sólo se dan en el contexto de la violencia contra la mujer, son parte del panorama de la violencia que se da contra el pueblo trabajador, producto de la descomposición social y del modo de producción capitalista, son en esencia asesinatos producto de la violencia contra la clase trabajadora.

El Estado de México es la entidad con mayor número de feminicidios registrados en el país, con un aumento exponencial en los casos que se presentan respecto al año pasado, un ejemplo es el de enero del 2022 en el que se presentaron 19, en el mismo mes de este año fueron 114, es decir, hay un aumento enorme que representa un panorama adverso para el pueblo mexiquense.

El rango de edad de los feminicidios en el Estado de México es de los 16 a 40 años, etapa en la cual es más activa económicamente y tiene la fuerza de trabajo apta para los intereses del capital. El 58% de los casos de feminicidios en la entidad se sabe que tuvieron hijos, esto representa parte del convulso panorama en el que nos encontramos, al romper y destruir el seno familiar, dejando a una familia con el dolor, lo que genera ser más propensos a la descomposición social y a los vicios capitalistas.

Los feminicidios no se dan por el sólo hecho de ser mujeres, sino que se dan por el hecho de su condición social y el eslabón que ocupan en la cadena de producción, en la mayoría de los casos son mujeres que vivían en las zonas marginadas alrededor de la gran urbe, los cinturones de miseria, con baja escolaridad y empleadas en trabajos informales. Lo que nos lleva a la conclusión de que no sólo es violencia contra la mujer, sino que es violencia contra la mujer proletaria y sus familias.

En el estado se creó La Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia de Género contra las Mujeres en el Estado de México, organismo que de nada sirvió, ya que los feminicidios aumentaron, en la administración de Alfredo del Mazo Maza se registró un aumento del 78% de estos crímenes, siendo los municipios de Chalco, Chimalhuacán, Cuautitlán Izcalli, Ecatepec, Ixtapaluca, Naucalpan, Nezahualcóyotl, Tlalnepantla, Toluca, Tultitlán y Valle de Chalco los de mayor incidencia y que tienen alerta de género.

Lo que demuestra que estas dependencias y organismos gubernamentales de nada sirven al
pueblo trabajador mexiquense, sólo son expresión de la política demagógica de los gobiernos
en turno, principalmente estos organismos se centran en “atacar” con políticas públicas fenómenos que no son la raíz del problema, sólo son superficiales, como “combatir” el acoso y la denostación de las mujeres.

Esto no quiere decir que no sean problemas importantes que se deban eliminar de la sociedad, lo que realmente tiene oprimida a la mujer es el modo de producción capitalista, donde se le ve a la mujer como un objeto de deseo, de placer, ornamental, en el que su función es de satisfacer las necesidades primarias. Este es el verdadero flagelo que daña a las mujeres en el país y el mundo, su emancipación radica en la superación del capitalismo.

Por lo tanto, este no es un problema que sea coyuntural, sino que es estructural. La violencia es intrínseca a la lógica capitalista, emana del Estado y es ejecutada por los cuerpos policíaco militares. La violencia tiene un carácter de clase, contra las masas trabajadoras, y en este caso hacia las mujeres trabajadoras.

Esto se da por el nuevo escenario donde la mujer es parte activa económicamente, pasó a ser parte de la producción de mercancías y del ejercito industrial. Lo que la hace más susceptible a esta expresión de la violencia de clase.

Quienes ejecutan esta violencia son sujetos desclasados, en descomposición social, sujetos que son funcionales al régimen capitalista, que viven en la pauperización, producto del sistema capitalista en el que nos encontramos; sumado a la actitud de las instituciones gubernamentales respecto a estos crímenes, que es de dilación, burocratismo o indolencia hacia las víctimas y sus familiares.

La entidad no sólo es el número uno en feminicidios en el país, sino que también en homicidios dolosos, desapariciones forzadas y está dentro de los primeros lugares en violencia familiar, violencia de género, abuso sexual y trata de personas; también cuenta con altos índices de pobreza y miseria.

La lucha por la erradicación de estos crímenes no radica en la confrontación entre mujeres y hombres, sino señalar el carácter de clase de los feminicidios, la responsabilidad del Estado y su carácter intrínseco al capitalismo; la lucha contra la violencia institucional debe resonar en las calles, generar organización independiente entre hermanos de clase, trabajadores del campo y la ciudad, para exigir justicia, alto a la violencia y descomposición social.

¡Por la unidad obrera, campesina, indígena y popular!
Frente Nacional de Lucha por el Socialismo
FNLS

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