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Mando Único de Chiapas comenzó a golpear a niños, mujeres y jóvenes; “de esta no salen, se los cargó la chingada”
Domingo 9 de julio de 2017, por
By Emma Martínez Last updated Jul 7, 2017
(08 de julio, 2016. Revolución TRESPUNTOCERO).- Gumersindo Bustos, viajó a Chiapas para unirse a las manifestaciones donde se ha exigido justicia para el niño Humberto Morales Sántiz, quien fue ejecutado extrajudicialmente en febrero pasado, a la edad de 13 años.
Bustos también acompañó a la familia y los miembros del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS), en la exhumación que realizó el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Como Revolución TRESPUNTOCERO lo reportó, los activistas denunciaron haber sufrido una represión a manos del Mando Único, mientras realizaban una manifestación.
« De acuerdo a lo informado a Revolución TRESPUNTOCERO fue durante la mañana del 29 de junio pasado, cuando arribaron más de cien policías agrupados en el Mando Único, al mando del comandante M. Salinas E. en compañía de otros dos comandantes sin identificación “de forma prepotente y sin mediar más palabra nos dijeron en tono amenazante: ‘vamos a realizar detenciones, vale verga quién esté’, se acercaron a nosotros y comenzaron a golpear a compañeros, entre ellos, niños, mujeres y jóvenes”.»
Bustos menciona que se comenzaron a escuchar varias detonaciones, y se dio cuenta que se trataba de gas lacrimógeno arrojado hacia el contingente de compañeros.
“En ese momento los policías lograron agarrar a tres de nuestros compañeros y los azotaron al suelo para después golpearlos con palos y escudos, por tal motivo tratamos de impedir que no se los llevaran y no nos detuvieran. Algunos intentaron protegerse, otros no lo lograron, nos detuvieron de forma arbitraria”, denuncia Bustos.
Quien asegura que fue detenido por tres policías, aunque intentó protegerse, indica, de inmediato uno gritó “vengan rápido para tirar este verga”, “de pronto llegaron otros dos policías y con lujo de violencia me golpean, dos me doblaron los brazos hacia atrás, dos más me golpearon en la espalda y en el cuello para que me agachara, el otro me jaló del cabello hasta llegar a la patrulla con letras de Fuerza Ciudadana con número 50027”.
«El joven señala que lo aventaron en su interior y en ya había dos de sus compañeros que también eran golpeados. “Enseguida nos pisaron la cabeza para que no los miráramos al rostro y nos gritaban: ‘otra vez ustedes, les gusta meterse en problemas. Deberás se sienten muy vergas, pero de esta no se salen, se los cargó la chingada’. »
Al cabo de unos minutos me di cuenta que traían entre golpes y empujones a un compañero y otras compañeras más, todos ellos fueron subidos a la misma patrulla y nos encimaron como bultos o animales, al mismo tiempo nos rosearon gas pimienta”, declara Gumersindo Bustos.
Además, indica que, momentos después las patrullas de números 50027, 40039 y 40037 de la Fuerza Ciudadana en donde los mantenían (a las 13 personas), ya se disponían a partir y de pronto “se acercó un hombre a solidarizarse con nosotros”, agrega, “con la cámara de su teléfono grabó nuestra detención y exigía una explicación del trato inhumano que nos daban, la policía lo sujetó y comenzaron a golpearlo brutalmente hasta producirle heridas en la cara, en esas condiciones le rosearon gas lacrimógeno, después lo soltaron”.
Bustos narra que fueron trasladados, en una posición que les impedía ver a dónde los llevaban, sólo se escuchaba el acelerador de la patrulla y las voces de los policías, “nos hacía suponer que estábamos fuertemente custodiados por policías.
Al lugar donde arribamos nos mantuvieron en las patrullas, agachados con la puesta del sol, así nos mantuvieron durante una hora y media, posteriormente nos concentraron en una sala a los 13 compañeros. Ahí me di cuenta que estábamos en la Fiscalía de Distrito Centro Jardines de Grijalva”.
Además señala durante el tiempo que los tuvieron detenidos los trataron, tanto policías como funcionarios, de manera injusta e indignante, por pertenecer al Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS), exigir justicia para todas las víctimas del terrorismo de Estado, desenmascarar al Estado mexicano como represor y profascista, que aplica una política contrainsurgente contra el pueblo organizado y no organizado, indica.
Cabe señalar que en el transcurso de la mañana, los funcionarios negaron información de los detenidos a sus compañeros y familiares, quienes se comunicaron a la fiscalía, a la procuraduría y negaban la información, lo que se traduce en una desaparición forzada, porque no tenían ningún dato.
Durante la mitad del 29 de junio pasado no les dijeron los motivos de la detención y se negaron a proporcionarles una llamada telefónica que exigieron como un derecho para informar a sus compañeros o familiares.
“Ante la arrogancia y prepotencia del Fiscal, de la Policía Ministerial y el hostigamiento constante de agentes del Estado, que portaban armas en la cintura con la clara intención de intimidar y recopilar información nuestra, nuestra actitud fue defendernos a pesar de las circunstancias.
Al cabo de unos minutos me di cuenta que traían entre golpes y empujones a un compañero y otras compañeras más, todos ellos fueron subidos a la misma patrulla y nos encimaron como bultos o animales, al mismo tiempo nos rosearon gas pimienta”, declara Gumersindo Bustos.
Además, indica que, momentos después las patrullas de números 50027, 40039 y 40037 de la Fuerza Ciudadana en donde los mantenían (a las 13 personas), ya se disponían a partir y de pronto “se acercó un hombre a solidarizarse con nosotros”, agrega, “con la cámara de su teléfono grabó nuestra detención y exigía una explicación del trato inhumano que nos daban, la policía lo sujetó y comenzaron a golpearlo brutalmente hasta producirle heridas en la cara, en esas condiciones le rosearon gas lacrimógeno, después lo soltaron”.
Bustos narra que fueron trasladados, en una posición que les impedía ver a dónde los llevaban, sólo se escuchaba el acelerador de la patrulla y las voces de los policías, “nos hacía suponer que estábamos fuertemente custodiados por policías.
Al lugar donde arribamos nos mantuvieron en las patrullas, agachados con la puesta del sol, así nos mantuvieron durante una hora y media, posteriormente nos concentraron en una sala a los 13 compañeros. Ahí me di cuenta que estábamos en la Fiscalía de Distrito Centro Jardines de Grijalva”.
Además señala durante el tiempo que los tuvieron detenidos los trataron, tanto policías como funcionarios, de manera injusta e indignante, por pertenecer al Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS), exigir justicia para todas las víctimas del terrorismo de Estado, desenmascarar al Estado mexicano como represor y profascista, que aplica una política contrainsurgente contra el pueblo organizado y no organizado, indica.
Cabe señalar que en el transcurso de la mañana, los funcionarios negaron información de los detenidos a sus compañeros y familiares, quienes se comunicaron a la fiscalía, a la procuraduría y negaban la información, lo que se traduce en una desaparición forzada, porque no tenían ningún dato.
Durante la mitad del 29 de junio pasado no les dijeron los motivos de la detención y se negaron a proporcionarles una llamada telefónica que exigieron como un derecho para informar a sus compañeros o familiares.
«“Ante la arrogancia y prepotencia del Fiscal, de la Policía Ministerial y el hostigamiento constante de agentes del Estado, que portaban armas en la cintura con la clara intención de intimidar y recopilar información nuestra, nuestra actitud fue defendernos a pesar de las circunstancias. »
Cerca de las 12:50 de la madrugada de nueva cuenta los policías y los ministeriales los detuvieron y trasladaron a la Procuraduría General del Estado de Chiapas (PGJCH), “recuerdo perfectamente que en siete patrullas nos subieron, a cada compañero lo custodiaban en su interior cuatro policías, y todos éramos trasladados por un fuerte operativo, con dos camiones de policías ubicados uno enfrente y otro hasta la parte de atrás”.
“Para nosotros era claro el mensaje, el gobierno mexicano quería amedrentarnos más y equipáranos como ‘delincuentes’, hecho que hoy ya todos en libertad repudiamos ese trato porque no somos delincuentes, somos activistas políticos, luchadores sociales que defendemos nuestros derechos y libertades políticas”, señala Bustos.
De acuerdo con lo declarado a Revolución TRESPUNTOCERO por el Coordinador del Área de acompañamiento en Comité Cerezo México, Héctor Cerezo, se obtuvo el testimonio directo de las 13 personas, quienes fueron detenidas en Tuxtla Gutiérrez. Cuatro mujeres y nueve hombres. “Cuando ellos estaban realizando la actividad de volanteo en la caseta, las autoridades no intentaron dialogar, muchas veces piden que se retiren, incluso dan tiempo antes de usar la fuerza. En este caso llegaron e inmediatamente comenzaron a insultar a los compañeros. Detuvieron a tres de ellos y cuando quería intentar salvarlos fue cuando detuvieron a los otros 10”.
Cabe señalar que quienes estaban realizando volanteo solamente llevaban papeles en las manos, pero las autoridades además de escudos, llevaban toletes, de acuerdo Héctor Cerezo, quien explica que ahí mismo golpearon a los manifestantes, “los sometieron, los arrastraron, los metieron a las patrullas, los apilaron y los llevaron directamente a la Fiscalía en Chiapa de Corso”.
Y fue solamente después de del mediodía cuando les dijeron en dónde se encontraban, “y esto fue porque la acción urgente la cambiamos de ‘detención arbitraria’ a ‘desaparición forzada’.
Lo grave es el patrón que se mantienen en las detenciones arbitrarias: sin orden de aprehensión, sin flagrancia, inmediatamente los golpes, las agresiones y lo más preocupante es que las autoridades nieguen dónde están los detenidos”, añade el defensor de Derechos Humanos.
En el caso de los miembros del FNLS, se pudieron certificar los golpes que recibieron gracias a la intervención del Comité Cerezo y a la presencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, que llevó a un médico legista a tomar el testimonio.
«“Muchos de ellos estaban bastante golpeados y lo peor es que no hubo una consecuencia legal hacia los policías, quienes cometieron estas agresiones. Es preocupante porque el clima de impunidad es bastante alto a pesar de haber lesiones, a pesar de estar certificadas no hay ninguna sanción hacia los elementos”, añade Cerezo.»
Y explica que en Chiapas, existe una lógica de paramilitarismo. Las comunidades del FNLS principalmente la comunidad del Carrizal, han sido atacadas por un grupo paramilitar.
Ahí, detalla, existe un campamento con siete casas y una de éstas es de la policía, ahí viven, apunta. “Desde ahí atacan constantemente esta comunidad y a otras pertenecientes al FNLS”. El defensor señala que las agresiones vienen desde 2014. Primero amenazas, luego disparos al aire, intentos de llevarse algunas personas de la comunidad, amenazas de muerte, para después dar paso a la ejecución extrajudicial de Héctor Santis y la desaparición de Fidencio, y ahora la ejecución del niño Humberto Morales.
«“Es una estrategia de querer desplazar de sus tierras a las comunidades del FNLS en Chiapas. Estas agresiones tienen que estar relacionadas con la denuncia del paramilitarismo en Chiapas. Porque han logrado demostrar la relación entre este grupo paramilitar y policía del Mando Único, que no solamente es policía municipal, estatal y federal, sino también Marina”, indica.»
Lo anterior, señala, ha provocado la grave violación de derechos humanos de sus miembros. “Esperamos que la Comisión Estatal de Derechos Humanos formule una queja en contra de las autoridades”, enfatiza Héctor Cerezo.
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