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17 años de la desaparición forzada de los revolucionarios Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto cruz Sánchez, crimen que continua impune

Jueves 30 de mayo de 2024, por Ciudad de México

Ponencia leída en la conferencia política, Desaparición forzada en México, crimen de lesa humanidad que continua impune, en la ciudad de Puebla de Zaragoza el día 28 de mayo del presente año, por la compañera Noemia Calles Rios, perseguida política por el gobierno de Michoacán.

Ciudad de México, a 28 de mayo de 2024

A la opinión pública

A 17 años de la desaparición forzada de los revolucionarios Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, el crimen continúa impune, los responsables materiales e intelectuales siguen sin ser enjuiciados y castigados, son protegidos por el poder que les confiere el Estado mexicano para el cometido de nuevos crímenes de lesa humanidad y de Estado, nos referimos al ejército, autor material de la desaparición forzada de ambos revolucionarios.

Desde el 25 de mayo de 2007, fecha en el que se cometió el crimen atroz de la desaparición forzada, las instituciones se han encargado de encubrir la responsabilidad de las instituciones y sus elementos; implicados en este crimen, desde el gobierno municipal de Oaxaca, el gobierno estatal y el gobierno federal a través de sus dependencias, encubren a quienes detuvieron y desaparecieron de manera forzada a Gabriel y Edmundo.

A pesar de que se ha comprobado la participación de las diferentes corporaciones policiacas, el ejército y el grupo denominado como Fuerza Policial de Alto Rendimiento (FPAR), en un operativo conjunto en el que se cometió la desaparición forzada de Gabriel y Edmundo, hasta la fecha han pretendido mantener el caso en el ámbito local.

La negativa a querer investigar al ejército se expresa desde el momento en el que la Fiscalía General de la República (FGR) se niega a judicializar los 32 actos de investigación, a mandar a comparecer a otros elementos de la Secretaria de la Defensa Nacional (SEDENA) para esclarecer los hechos que derivaron en la desaparición forzada de los revolucionarios, enjuiciar y castigar a los responsables del crimen atroz.

Trabajo que están obligados a realizar por mandato judicial que ordenó la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el pasado 10 de agosto de 2022; sin embargo, las instituciones se ponen por encima del poder judicial para mantener en el anonimato el lugar en el que se debe realizar la búsqueda para la localización con vida de las víctimas del crimen de desaparición forzada.

La Fiscalía General de la República (FGR), es una de las instituciones encargadas de cumplimentar la sentencia que emitió la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) respecto al caso de la desaparición forzada de los revolucionarios Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, sin embargo, su trabajo para la investigación del caso se ha centrado en proteger y mantener en la impunidad a los responsables materiales e intelectuales del crimen atroz cometido en la humanidad de ambos revolucionarios.

La desaparición forzada de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez se cometió el 25 de mayo de 2007 en la Ciudad de Oaxaca, el 25 de este mes, se cumplieron 17 años en condición de desaparición forzada por agentes de Estado, sin que la FGR presente avances importantes para enjuiciar y castigar a los responsables de este crimen.

A pesar de ser un caso ampliamente documentado, en el que no deja lugar a dudas de la participación de agentes del Estado, la FGR; encargada de investigar la verdad de los hechos y la condición actual de las víctimas no ha formulado las líneas de investigación que den indicios del paradero de las víctimas, mucho menos ha cumplido con el trabajo que le corresponde realizar en la Comisión Especial de Búsqueda (CEB).

Hasta el momento su labor ha sido sólo en señalar las acciones que pretende llevar acabo para ejecutar ordenes de aprensión contra los responsables del crimen, sin que en los hechos concrete estas acciones. Aunque existe un expediente sobre los posibles hechos del 25 de mayo, la Fiscal encargada de revisar y agilizar la investigación, hace poco por retomar lo que ahí se expone.

Dos de los responsables de la desaparición forzada de ambos revolucionarios es Evencio Nicolás Martínez, en ese entonces procurador de Justicia del Estado de Oaxaca y Pedro Hernández Hernández; comandante de la Fuerza Policial de Alto rendimiento (FPAR); grupo paramilitar creado en 1997 bajo decreto del entonces gobernador de Oaxaca: Ulises Ruiz Ortiz para perseguir y reprimir al Partido Democrático Popular Revolucionario Ejército Popular Revolucionario (PDPR-EPR).
Hasta la fecha a estos personeros se les mantiene en la inmunidad e impunidad por este caso y las graves violaciones a los derechos humanos que se cometieron en el contexto represivo del movimiento magisterial popular de Oaxaca. Con la dilación y burocracia se da el tiempo necesario para que permanezcan en libertad, mientras que la desaparición forzada de Gabriel y Edmundo sigue su cometido en la humanidad de los revolucionarios, sus familiares, sus compañeros de lucha y la comunidad internacional.

El año de la desaparición forzada de los revolucionarios estuvo marcado por el incremento de la violencia de Estado que se desplegó desde el ámbito federal a las diferentes regiones del país en las que el movimiento independiente exigía el respeto a sus derechos humanos y se movilizaba entorno a sus demandas.

En ese momento las fuerzas castrenses se desplegaron en diferentes regiones del país y bajo la anuencia del gobierno federal dieron continuidad a las graves violaciones a los derechos humanos; la policía federal en coordinación con el ejército y corporaciones policíacas en el ámbito local cometieron detenciones arbitrarias, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas.

En uno de esos operativos conjuntos fue que se cometió la desaparición forzada de los revolucionarios Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, cuyo crimen pretendieron endosarlo a la mítica “delincuencia organizada”, por la documentación jurídica y de derechos humanos, se ha reconocido ante la máxima instancia de procuración de justicia el crimen cometido contra ambos revolucionarios.

FGR debe judicializar los 32 actos de investigación que están pendientes, que desde hace meses no ha querido concretar; de la misma manera debe mandar a comparecer a otros mandos militares que estuvieron en funciones el año en el que desaparecieron de manera forzada a ambos revolucionarios y que pretende mantener su participación en el anonimato para asegurar impunidad.

Con la maraña burocrática, dilación e indolencia en la que mantienen el caso, las instancias encargadas de cumplimentar la sentencia pretenden mantener en la impunidad y proteger a los responsables materiales e intelectuales de la desaparición forzada de Gabriel y Edmundo; por lo que la denuncia debe continuar a nivel nacional en todos los espacios en los que nos permita concretar la demanda de ¡presentación con vida, juicio y castigo a los culpables!

Se preguntarán ¿quién es Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez? Ambos son dos revolucionarios, reivindicados por el Partido Democrático Popular Revolucionario- Ejército Popular revolucionario (PDPE-EPR). Por sus familiares conocemos que Gabriel Alberto Cruz Sánchez nació el 24 de marzo de 1952, es originario de la ciudad de Oaxaca. El séptimo de diez hermanos, de un núcleo familiar muy unido, quien se destaca por su solidaridad con los hermanos y cariñoso con la madre. Desde pequeño desarrollo el gusto por la lectura y el estudio, lo que hizo destacarle como brillante estudiante.

Los principios como solidaridad, responsabilidad, los aprende en casa… desde pequeño mostró interés por el conocimiento y la lectura, una anécdota que compartía con su hermana es que en el primer grado de primaria fue el primero de todos sus compañeros en terminar su libro y como estímulo pasó a todos los salones con él; durante la primaria formó parte de la banda de guerra de la escuela y participó en el desfile del 16 de septiembre.

Al terminar la primaria ingresa a la secundaria de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) desde que entra ahí significó para él, que ser universitario implica una enorme responsabilidad, por tanto su deber moral tenía que responder con su compromiso al estudiar en ese espacio universitario; por otro lado, al ser parte de la comunidad universitaria era estar en contacto con la lucha estudiantil popular, que impulsaron campesinos-indígenas, amas de casa y pueblo que buscaba solidaridad con los estudiantes para denunciar las injusticias que el gobierno comete contra ellos.

El contacto con estas luchas lo hizo comprender de la necesidad de organizarse y luchar por mejores condiciones políticas para la clase trabajadora. Gabriel fue un destacado organizador y agitador que a través del trabajo político supo ganarse el respeto de sus compañeros y la confianza del pueblo.

Por su parte Edmundo Reyes Amaya fue un hombre disciplinado, que, aunque no tuvo la oportunidad de ingresar a las aulas de una institución educativa su interese por la ciencia lo llevo a ser un hombre autodidacta, que desde pequeño mostró repudio a las injusticias que se cometen contra el pueblo.

Fue un trabajador asalariado que vivió en carne propia la explotación económica y opresión política, por lo que decidió de manera consciente luchar por métodos revolucionarios en la transformación de las condiciones oprobiosas que genera el régimen económico y político.
Gabriel y Edmundo son dos revolucionarios que decidieron organizar al pueblo a través de la vía armada revolucionaria, la exigencia de presentación con vida ha rebasado lazos sanguíneos y militancia política, por lo que su exigencia de presentación con vida debe mantenerse a nivel nacional.

Fraternalmente:
¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!
¡Por la Unidad Obrero, Campesino, Indígena y Popular!
Frente Nacional de Lucha por el Socialismo
FNLS

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