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¡BASTA YA! No 6 - La crisis económica capitalista golpea a las familias de la región huasteca

Sábado 21 de enero de 2023, por Huasteca

Huasteca y Sierra Oriental, 21 de enero de 2023

Descarga Aquí ¡Basta Ya! No.6 https://drive.google.com/file/d/1mRY4XQOnkYInHpm8gNTwzrJ5AVSh1APV/view?usp=sharing

La tan anhelada recuperación en la economía de las familias huastecas, en este año, es una ilusión que se esfuma con la realidad porque, la crisis económica que golpea a nuestro país aún no es superada. El alza desenfrenada de los precios en los productos de primera necesidad que hacen inaccesibles y la pérdida de poder adquisitivo del salario es el reflejo de esta condición.

Los pequeños comerciantes de la región huasteca esperaron recuperarse hasta el fin del año que termino, con la venta de sus productos, la esperanza albergada en la época decembrina permitió echar las campanas al vuelo a tal grado que se podría pensar en saldar algunas deudas, incluso hacer inversiones mayores en sus negocios, no obstante, el consumo tan esperado resulto infructuoso.

Esta situación no es exclusiva de esta zona, es un fenómeno económico generalizado a nivel internacional. Empero, es en los países de economías dependientes que se manifiesta con mayor crudeza, entre ellos, se encuentra México con una población mayoritariamente pobre que sobrevive en condiciones paupérrimas.

El gobierno local prometió una importante derrama económica en beneficio de los pequeños comerciantes, para ello invirtió una cuantiosa cantidad de dinero en sector turismo, so pretexto de recuperar la economía de las familias huastecas, sin embargo, los únicos beneficiados en esta época, como en todas las épocas del año, fueron las medianas y grandes empresas, entre ellas las hoteleras, quienes reportaron un repunte en sus negocios.

El comercio informal no logro superar sus estimaciones en cuanto a entradas, primero, por la competencia desleal con respecto a los medianos y grandes empresarios, segundo; el incremento de esta actividad económica provenientes de las comunidades aledañas, que son arrojados a engrosar las filas del trabajo informal por la nula inversión en el sector campesino.

Esta situación propició que muchas familias huastecas despidieran el 2022 acompañadas de la pobreza, con la esperanza de que, en el presente año, la situación económica mejore, no obstante, tal anhelo se convierte en una quimera tomando en cuenta que la crisis económica está en recesión que amenaza con agudizarse. Es la expresión nítida de la crisis que golpea en los sectores populares, adquirir productos de primera necesidad se volvió un lujo de los miles de familias que viven al día, solo las familias de los potentados tuvieron la capacidad de sortear esta realidad.

Para el pequeño comerciante fue difícil competir contra las grandes cadenas comerciales, quienes acaparan el mercado e imponen los precios de los productos, condición que no posee el pequeño comerciante e informal porque su inversión está en función de la venta diaria, además, de encontrarse en una disyuntiva, resolver necesidades básicas con lo “ganado” o invertir en más mercancía.

El mercado local es inundado con mercancía de todo tipo, no obstante, estas no pueden realizarse porque las familias no tienen la capacidad económica para adquirirlas, las consecuencias son reflejadas en los bolsillos de los dueños de los establecimientos y los ambulantes, que en su mayoría andan de plaza en plaza de los municipios aledaños.

El alza de los precios en los productos de primera necesidad se torna inaccesible para la mayoría del pueblo, porque el salario pierde su poder adquisitivo ante el aumento del valor de las mercancías. Por lo tanto, aunque suba el salario mínimo, no habrá solvencia económica para cubrir las necesidades básicas de la clase trabajadora, situación que refleja una vez más la crisis capitalista que permea en todo el mundo y que recae en los bolsillos de las familias más pobres, es decir; en México representado por el 90 por ciento de su población.

El gobierno federal, so pretexto de ayudar en la economía de la clase trabajadora, implementa paquetes económicos como son los programas asistencialistas, que lejos de ayudar a superar la pobreza y la miseria es para paliar y oxigenar la crisis económica. El mecanismo es triangular el dinero público, es decir, entregarle a al pueblo trabajador para adquirir mercancía y de esta forma poner dinero circulante en las arcas de las grandes empresas.

Este mecanismo tampoco fue suficiente para mejorar las condiciones de vida del pueblo trabajador, porque en los hechos no ataca de raíz el fenómeno económico, solo lo contiene, aumenta la contradicción entre la necesidad y el consumo. Como dice el dicho; entre más dinero tienes más necesidades surgen.

El desempleo es otro mal que golpea a las familias campesinas que al no encontrar fuentes de trabajo tienden a migrar a las grandes ciudades con la ilusión de mejorar su condición de vida, este fenómeno regido por la oferta y la demanda provoca que en los municipios cercanos el salario sea por debajo del mínimo. Esta condición no permite acceder a los productos de primera necesidad, como consecuencia poca circulación de dinero.

La región no cuenta con centros fabriles, por lo que la mano de obra tiende a ser expulsado de forma forzada a las grandes urbes, a lo mucho ofrece empleos en los pequeños comercios, tiendas departamentales o la informalidad, es decir, no hay una economía estable, la mayoría viven en la incertidumbre económica.

Las comunidades campesinas tratan de sobrevivir con una agricultura rudimentaria que apenas alcanza para el auto consumo. Cuando alcanza un excedente y se presenta la posibilidad de ofrecer sus productos en el mercado local tiene que competir con los precios de productos importados. En tiempos en que el precio del producto se eleva la posibilidad del campesino para vender es nulo.

El precio de la mano de obra es desproporcional al de los productos de primera necesidad, para poder adquirir estas mercancías tan necesarias en el hogar, el trabajador se ve obligado a recurrir a las casas de empeño, a endeudarse con préstamos en los bancos o tiendas departamentales, con una tasa de interés extremadamente alta.

El sector comercio y campesino no puede sustraerse de la realidad nacional, crispada por una crisis económica que tiende a agudizarse, su existencia gira en torno a resolver sus necesidades básicas. Esta es la condición que campea en la región, compuesto por comunidades campesinas indígenas.

Esta situación precaria no concuerda con la realidad sostenida desde la retórica del gobierno federal, la aparente mejora, en la economía familiar campesina con los programas asistencialistas queda solo en el discurso porque lo real y lo concreto es, que la pobreza y miseria son males inherentes de este sistema capitalista que no se cura con bálsamos.

La tan anhelada recuperación en la economía familiar del pueblo trabajador, de la región huasteca se esfuma con esta cruda realidad, porque las políticas públicas son salvavidas para las empresas privadas, beneficio para los grupos de poder local y oxigenación de la crisis estructural capitalista. Por tanto, esperar mejora económica en periodos de alto consumo, sin considerar las leyes generales del desarrollo capitalista, es mera utopía.

FRATERNAL Y COMBATIVAMENTE
¡ZAPATISMO Y SOCIALISMO! ¡HASTA LA VICTORIA,
SIEMPRE!
¡POR LA UNIDAD OBRERO, CAMPESINO, INDÍGENA Y
POPULAR!
FRENTE NACIONAL DE LUCHA POR EL SOCIALISMO
FNLS


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