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DÍA INTERNACIONAL DEL PRESO POLÍTICO

Martes 19 de abril de 2022, por Ciudad de México

Ciudad de México a 19 de abril de 2022
A LA OPINIÓN PÚBLICA

Los pueblos del mundo conmemoran el 17 de abril como el día internacional del preso político, fecha en la que organizaciones populares, organismos defensores de derechos humanos, personalidades progresistas exigen el reconocimiento del estatus político de hombres y mujeres que son encarcelados por enarbolar los ideales de libertad y justicia de los pueblos que luchan por su emancipación y contra la injusticia social.

El estado de derecho en México castiga a quienes luchan por las demandas populares inmediatas, a quienes defienden los derechos humanos, aquellos que defienden el derecho a la tierra, a quienes exigen el derecho de educación y trabajo para el pueblo, en general a quienes asumen una posición crítica contra la política de gobierno.

Su esencia política es castigar y presentar ante la opinión pública a quien hace uso del derecho a la protesta, la libre expresión y organización como terrorista, delincuente, vándalo o infractor del fuero común, para ello fabrica delitos que respalde el actuar represivo del Estado, visto de esa manera no existen presos políticos sino delincuentes y chivos expiatorios con tal de hacer valer el axioma gubernamental “quien la hace la paga”.

El preso político es toda persona detenida de manera arbitraria o ilegal o injusta, cuyas motivaciones fundamentales de su detención son políticas, es decir, que por sus ideas, práctica y crítica política cuestiona la política de un gobierno, el desempeño de las instituciones, funciones y actuar de los hombres que le dan vida al régimen económico y político, que ante una injusticia se organiza y lucha por su superación en la exigencia de sus derechos y libertades políticas fuera de toda institución y dependencia gubernamental.

A toda persona que por su práctica política es considerada como una amenaza para el Estado y es llevada a prisión, se le anula el derecho a la libertad de expresión, de reunión, asociación, a la protesta, derecho a la presunción de inocencia, derecho al debido proceso, a no ser detenido de manera arbitraria, etc.

En nuestro país son varios los luchadores sociales, activistas políticos, defensores de los derechos humanos y críticos al régimen que permanecen en las cárceles del país por delitos que no cometieron y que el Estado pretende castigar al judicializar la protesta popular o denuncia pública que desarrollan, con ello queda evidenciado que la ley y el derecho son para preservar el estatus quo de empresarios que explotan al pueblo trabajador.

El compañero Higinio Bustos Navarro es un preso político, quien por pertenecer a las filas del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS), defender los derechos del pueblo, exigir la presentación con vida de todos los detenidos desaparecidos, la libertad de los presos políticos, defender la legítima posesión de la tierra, se encuentra recluido en el CERESO Regional de Tantoyuca, Veracruz. Jurídicamente no existen pruebas que validen el delito del que se le imputa, su encarcelamiento es injusto y arbitrario, porque se sustenta en testigos fabricados y hechos ficticios para incriminarlo.

La actual Carpeta de Investigación fue elaborada en el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, que se caracterizó por la creación de falsos culpables, los cuales, llenaron las cárceles de inocentes. Los responsables de esa práctica que viola múltiples derechos humanos, entre otros son: Eduardo Medina Mora Procurador de la República, Genaro García Luna titular de la Secretaría de Seguridad Pública y el almirante Mariano Francisco Sáynez como Secretario de Marina, Guillermo Galván Galván Secretario de la Defensa Nacional, todos ellos en el periodo de Felipe Calderón Hinojosa.

Los discursos gubernamentales del respeto a los derechos humanos para el pueblo de México caen al vacío jurídico, porque los responsables materiales e intelectuales de los crímenes de Estado y de lesa humanidad siguen activos en las estructuras del gobierno mexicano en los diferentes niveles.

La represión contra las organizaciones populares independientes es constante, la violencia institucional lamentablemente tiene continuidad en la actual administración, por tanto, tal aseveración contradice la realidad que vivimos millones de mexicanos en el país.

El botón de muestra de la represión selectiva que se ejerce contra la organización popular independiente está en el testimonio de nuestros compañeros, quienes son víctimas de esta política institucional, la realidad expresa la escalada represiva con la que se intenta quebrantar la voluntad de lucha de hombres y mujeres que mantenemos en alto las banderas de la lucha por la defensa de los derechos del pueblo.

Nuestros compañeros Javier González Díaz, Armando Hernández Sánchez, Asunción Gómez Sánchez, Venturino Torres Escobar y Leobardo Reyes Meza son casos concretos de la criminalización y judicialización que ejerce el gobierno mexicano para castigar la convicción de lucha del sujeto político. Todos estuvieron presos injustamente por más de dos años sin que les hayan comprobado delito alguno, lo que pone en evidencia la injusticia, porque comprobado está que se enfrentaron a un proceso jurídico amañado que criminaliza y judicializa la protesta popular.

El tiempo que nuestros compañeros permanecieron en las cárceles del país es el mismo donde se extendió una injusticia con un proceso jurídico a modo, en el que se presentaron argumentos inverosímiles para mantener el mayor tiempo posible privado de su libertad al luchador social que se organiza y lucha por la defensa de los derechos humanos y constitucionales.

Los gobiernos de Chiapas, Michoacán, Veracruz e incluso el federal para anular la figura del preso político, prefabricaron delitos del fuero común a través de las “instituciones de justicia” para alejar a nuestros compañeros de la protección jurídica y asegurar su injusta reclusión el mayor tiempo posible, aunado a ello, el discurso oficial intentó negar la existencia de presos políticos con el absurdo: “en mi gobierno no hay presos políticos, sino políticos presos”.

El testimonio de nuestros compañeros ex presos políticos desnuda la negativa gubernamental de la existencia de la prisión con motivaciones políticas. Cada una de las vivencias es la denuncia de la situación que se vive al interior de los centros de reclusión, cuya función es quebrantar la dignidad humana y voluntad de lucha.

Javier González Díaz, testimonio de un expreso político
Javier Gonzáles Díaz fue detenido de manera arbitraria el 17 de julio de 2019 en el estado de Chiapas, por sujetos vestidos de civil y agentes de la policía municipal. Por más de 25 horas estuvo en calidad de detenido desaparecido, tiempo en el que fue brutalmente torturado.

Su detención fue eminentemente política, la intención del gobierno de Rutilio Escandón Cadenas en Chiapas fue detener el avance de la organización popular independiente y minar la lucha del pueblo que se organiza por mejorar sus condiciones de vida y trabajo. En este caso contra compañeros integrantes de la organización.

El testimonio de Javier es una experiencia más para todos aquellos que han pasado por las garras del Estado, para los que también han pisado la cárcel y se enfrentan a la maraña burocrática de las instituciones, de los celadores, directores, custodios y mismos internos del penal quienes actúan con el consentimiento de las autoridades para extorsionar, amenazar, infringir tratos crueles inhumanos y degradantes a los internos.

Las líneas expresan que en México se castiga con cárcel a luchadores sociales, defensores de los derechos humanos o activistas políticos, aunque el gobierno federal lo niegue, si hay presos políticos, si hay hombres y mujeres que pisan la cárcel por sus ideales y forma de luchar.

Orígenes
Mi nombre es Javier González Díaz, tengo 46 años de edad, tengo una familia con mi esposa y seis hijos, 4 de ellos menores de edad y una con parálisis cerebral. Soy originario del rancho El Retiro, municipio de Venustiano Carranza, Chiapas.
Producto de la miseria en la que vivía con mis padres no pude asistir a la escuela, tuve que trabajar a temprana edad como peón asalariado para ayudar con el sustento familiar, pese a ello, cuando estuve preso en el CERSS No. 5 de San Cristóbal de Las Casas estudié, realicé 4 exámenes, hoy por ese esfuerzo ya sé leer y escribir.

Detención arbitraria, desaparición forzada y tortura contra un luchador por el socialismo

El 17 de julio de 2019 fue mi detención, entre 8:30 y 9:00 am en el municipio de Las Rosas a la altura del panteón municipal, sobre la carretera que comunica al municipio de Comitán de Domínguez. Iba en una motocicleta con otro compañero, por la intensidad del calor decidimos detenernos afuera de una tienda de autoservicio para comprar un refresco, cuando de repente me golpean en la cabeza, me dejaron inconsciente, el otro compañero que iba conmigo logró escapar, mientras a mí me sujetan de las manos para golpearme. En esos momentos alcancé a ver que eran tres hombres vestidos de civil, al minuto llegaron 9 policías municipales.
Ese día llevaba puesto un pantalón de mezclilla, color azul, playera negra, tenis de color negro con blanco, en un primero momento me detuvieron 3 hombres vestidos de civil, quienes decían ser agentes del Estado, después llegaron otros 9 con uniforme de policías municipales.

Fui objeto de tratos crueles inhumanos y degradantes desde el primer momento en que me detuvieron, en todo el trayecto fueron constantes las amenazas de muerte y los interrogatorios. En un primer momento pude constatar que me llevaron a un cuarto oscuro afuera del poblado de Las Rosas. En el lugar me golpearon en ambos oídos, perdí el equilibrio, el dolor fue insoportable, los golpes eran más intensos porque lo les daba la información que me pedían como nombres de los compañeros de la organización.

Al ver que no les proporcionaba ningún dato más fuerte era la tortura, entre las preguntas que hacían eran, quién los organiza, quién es el dirigente del FNLS, organización a la que pertenezco, para que ya no me golpearan en ambos oídos me di la vuelta y el golpe fue directo a la nariz y el ojo izquierdo, me desvanecí, en el suelo empezaron a patearme. En eso una policía le dice, ya déjelo comandante que lo va usted a matar, él contestó, déjame, lo que quiero es matar a este hijo de su puta madre.

El comandante era aproximadamente de 1.65 metros de estatura, piel clara, ojos cafés claro, cabello chino, de unos 45 años. Él fue el que me golpeo con los demás elementos policíacos. Alrededor de las 11 am me trasladaron a Teopisca, Chiapas, un lugar clandestino conocido como Las Granjas.

Pensé que me iban a desaparecer, como lo han hecho con otros compañeros de la organización, al mismo tiempo me dio miedo porque estaba en sus manos y podían hacer de mi humanidad lo que fuera, también podían hacerle daño a mi familia y a mis compañeros de la organización.

Después de 25 horas fue una comisión de la organización a buscarme al municipio Las Rosas, lugar donde les negaron mi paradero, ante esa respuesta, realizaron acciones políticas de masas, así fue que mediante la presión política me presentaron y pude ver a mis compañeros y a familiares. Eso fue como a las 2 pm, les avisé que me permitieron realizar una llamada, ahí supe que me buscaban y no daban con mi paradero.

Me acusaron de robo con violencia agravado, este delito fue inventado por el gobierno de Rutilio Escandón Cadenas por pertenecer al FNLS, todo lo que abraza nuestra justa lucha es castigado con la cárcel, asesinado o desaparecidos.
Cuando me detienen en Las Rosas, Chiapas, como a las 2 horas me suben a una patrulla, me toman fotografías, después, me trasladan a Teopisca, Chiapas, lugar donde me dijeron que mantuviera la mirada hacia abajo, iba sentado junto a la cabina de la camioneta con dos custodios a mi lado.

En el lugar conocido como Las Granjas, llegó un médico, así se identificó de voz, pero no mostró documentación alguna, me preguntó, qué me había pasado, cuestionamiento absurdo porque al ver mi rostro todo golpeado hubiera actuado de otra forma para atenderme, sin embargo, le pedí medicamento por el dolor intenso que tenía, no me revisó, iba acompañada de otros dos hombres vestidos de civil, le manifesté que necesitaba medicamento, me contestó de manera prepotente, no tiene derecho a medicamento, con indignación le dije, entonces, a qué vino, sino va a brindar los servicios adecuados.

Aproximadamente a las 3 de la tarde llega una camioneta blanca con 4 personas vestidas de civil a bordo, descienden de la camioneta, se dirigen hacía mí de manera violenta y me empiezan preguntar por Jonathan y Juan les dije que nos los conocía, entonces empezó nuevamente la tortura.

Amenazaron con matarme si no les decía quién era Juan y Jonathan, uno de ellos le ordena a otro, ve a la camioneta, baja una bolsa, ponle agua para meter su cabeza en la bolsa, otra tortura no va aguantar este hijo de su puta madre, está todo madreado, me dice uno de los 4 vestidos de civil, conoces a Chus Orantes Ruiz y a Chema, también me dijo el nombre de Fermin. Dijeron que me iban a entregar a Chus Orantes, a Chema y a Fermin, ellos se encargarían de mí. Te dejamos para que lo pienses, se escuchó la voz de uno de ellos. Si vas hablar, dar la información de tu organización. Les contesté, no tengo nada qué decirles, venimos en la noche, para torturarte, a ver si hablas o te matamos de una vez.

Cuando mi hija logró verme le manifesté que me tenían sin comer desde el día que me detuvieron, no me dejaban comer porque no tenía derecho, ese era su argumento. Después llega una patrulla, me sacan de ese lugar, me toman fotografías nuevamente y me dicen, te llevamos a leer tus derechos al Ministerio Público.
Cuando llegamos al lugar, el MP no estaba, nos regresamos, después de un rato me vuelven a llevar, ya no vi normal eso se me hizo sospechoso, pregunté, a dónde me llevan, al MP me respondieron, ya era la segunda vez que hacían eso, a la tercera vez me vuelven a subir en a patrulla estatal del municipio de Teopisca, Chiapas. En las orillas del mismo poblado me entregaron, iba una de las 4 personas vestidas de civil, veo una camioneta blanca, me suben y me trasladan a San Cristóbal de Las Casas, en el trayecto del camino me taparon el rostro para no ver a dónde me llevaban.

Me bajan en la fiscalía y me meten a un cuarto, aproximadamente estuve así 20 minutos, después me sacan y me llevan en una preventiva de San Cristóbal, ahí estuve como una hora, después me llevan al CERSS No 5.
En el trayecto del camino me muestran mis fotografías, los ministeriales me dijeron que mi organización realizaba manifestaciones para exigir mi presentación con vida, me dijeron que todo eso lo tenía que pagar con cárcel.

El 18 de julio de 2019 me llevaron 4 ministeriales al CERSS No.5 de San Cristóbal de Las Casas, como a las 10 pm se metió una persona a platicar con el director, el director salió y dijo ante los 4 ministeriales que no me iba a recibir porque no llevaba un documento donde especificaba cual era el delito del que se me acusaba, además por qué me trasladaban ahí.

Les dijo que me iba a recibir si llevaban un documento donde especificara el delito. Molestos los 4 ministeriales salieron a platicar afuera para que no escuchara, estuvieron ahí aproximadamente una hora, esa noche dos de ellos se fueron y los otros dos se quedaron a vigilarme, me dijeron que me iba a dormir en la sala de espera y como manera de quebrantar la lucha y voluntad política me dejaron esposado de las manos en una silla.

Los otros dos ministeriales que habían salido regresaron como a las 2 la madrugada, entre ellos se turnaban para que no me fuera a escapar, era absurdo pensar de esa manera porque una vez que ingresas al penal es difícil que te salgas, me mantuve firme en la lucha.

Extorsión, hostigamiento y menazas en el CERSS No 5
El día 19 de julio tuve mi primera audiencia y me manda a las 72 horas, en la segunda audiencia me vinculan a proceso. No había sustento jurídico de lo que me acusaban, era evidente que mi detención era por motivos político por abrazar las banderas de lucha por el socialismo en México.

El director del CERSS No. 5, Javier Sánchez Río, me llamó a locutorios, ahí me dijo que estaba en el hotel más caro, por tanto, tenía que pagar para tener acceso a una plancha donde dormir, de lo contrario, iba a dormir en una cueva, le dije que no iba a pagar ningún peso, porque eso es extorsión, se aprovechan de muchos que no tienen dinero, dijo que si la organización seguía con la exigencia de mi libertad me iba a trasladar a una CEFERESO, le dije que la organización y mis compañeros tienen el derecho de manifestarse porque no soy ningún delincuente.

A los pocos días me vuelve a llamar para preguntarme quién era el representante de mi organización, le dije, usted es director del penal, no de la fuerza de inteligencia para preguntarme eso, en la organización no hay líderes, él continuo, que venga tú líder y te lleve, no, le conteste y lo deje sólo. Eso es parte de la tortura psicológica que utiliza el Estado para sacar información, pero sé muy bien que es con el objetivo de meter terror, en mi caso no fue así porque no me deje.

Al mes se acercó un actuario del Estado, quien me dijo que había promovido un amparo para mi defensa, pero me dijo que pudo llenar el documento porque era tarde y quería que le firmara un papel en blanco, por qué le iba a firmar un papel en esas condiciones, no le firme nada, dos veces fue a notificarme como una manera de que me declarara culpable, con esa intención iba a verme.

Al mes y 15 días me llevan a un locutorio, estaba un defensor público del mismo penal, quien me dijo que si quería el juicio abreviado, le pregunté en qué consistía ese juicio, me contestó que me declarara culpable del delito que se me acusa, reparara el daño y entre 3 o 4 meses tendría mi libertad. No acepte porque no soy ningún delincuente, soy un luchador social y no puedo culparme de algo que no hice, aquí nadie me va a venir a condicionar, me dijo que estaba bien si no quería, pero que tomara en cuenta que con esa actitud me iba a quedar 15 o 20 años de prisión, le dije, no se preocupe, así me den 50 años, pero no aceptó las condiciones del Estado.

Dos meses y 11 días estuve en la 72, pero como no le di el dinero que el director me pidió, se trataba de 30 mil pesos, el día 1 de octubre del mismo año me bajo al interior del penal.

El día 1 de octubre de 2019 me llamaron los que controlan y extorsionan en el penal, para preguntarme cuál era el delito por el que estaba ahí, les dije que por “robo”, pero que era un preso político por defender mis derechos, me contestaron, está bien, pero, aquí tienes que pagar una cantidad de 20 mil pesos y este dinero se ocupa para el aseo de interior, les dije que no tenía dinero para pagarles lo que me piden, si no consigue el dinero, señalaron, vas a hacer talacha general en todo el penal.

Me pusieron a cargar agua en distintos horarios, a las 7 y 10 de la mañana, en la tarde a la 1 y 3, en la noche a las 8, llevaba el agua a todos los espacios donde no tenían manguera, donde se lavaba la ropa, en los baños femenil y varonil, en la conyugal y en la parte alta donde estaban los sentenciados y los procesados.

Todas las noches me ponían a hacer guardia para estar al pendiente por si venían, según ellos, Los Lobos a hacer la revisión del penal. El tiempo que hice guardia una vez llegaron Los Lobos a hacer la revisión del penal, quienes llevaban teléfonos, drogas, alcohol, puntas, dinero, traslados, también me ponían a barrer todo el interior del penal. Esos son los trabajos forzados para todos los de nuevo ingreso a los reclusorios.

Esto es lo de la celda nueve en donde estuve, en el área de sentenciados, el representante realizó una reunión con todos los que estábamos ahí para decirme lo que tenía que hacer y para presentarme con los de la celda, que yo iba a ser el talachero y e iba a hacer la lista de los materiales, como focos ahorradores, escobas, botes de 20 litros, trapeadores, jaladores. Jabón de polvo, cloro, fabuloso, pastilla para el baño, según llevaba un presupuesto de 5 mil pesos, pero le dije que no tenía dinero para comprar esos materiales de limpieza, me dijeron que los tenía que conseguir, me dieron la lista para entregárselos a mis familiares.

Un representante me comentó que si quería una plancha -espacio donde duermen- me la daban siempre y cuando diera 4 mil pesos, de lo contrario, dormiría en la cueva, ahí me quede porque no tenía dinero.

Me visitaron los compañeros de la organización, les hice de su conocimiento lo que pasaba en el penal y la extorsión de la que era objeto, ahí adentro no se respetan los derechos humanos ni la Constitución. Por la denuncia que hizo la organización llegó la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, fueron a verme y me preguntaron si estaba en la talacha, les respondí que sí y que me pedían dinero, como material de limpieza doméstica. Además de que no se respetaban los derechos humanos de los demás internos, se documentaron violaciones a los derechos humanos y firme la queja.

A partir de ahí dejaron de molestarme, las denuncias y actividades políticas que hicieron los compañeros de la organización sirvieron para que nos respetaran al interior del CERSS.

Detención injusta: testimonio del ex preso político Venturino Torres Escobar
Mi nombre es Venturino Torres Escobar, tengo 44 años de edad, vivo en la comunidad Nucatili en el municipio de Chiapa de Corzo, Chiapas, soy integrante del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS), soy ex preso político, hace dos años fue víctima de la represión que desató el gobierno de Rutilio Escandón Cadenas en contra de las organizaciones populares, me encarcelaron de manera arbitraria a manera de castigo por la lucha que desarrollamos como organización en la defensa de nuestros derechos, por la defensa del derecho a la tierra, por justicia y por mejores condiciones de vida para el pueblo trabajador.

Luego de dos años de encarcelamiento injusto y después de una incesante lucha por parte de la organización, del abogado defensor, de organismos independientes de derechos humanos, por nuestra libertad, logramos salir de esa mazmorra del Estado el día 29 de octubre de 2021.

A continuación voy a relatar mi experiencia vivida como víctima de una violación a los derechos humanos como lo es la detención arbitraria y el encarcelamiento por motivos políticos, esto con el fin de que mi testimonio sirva para demostrar el verdadero rostro represivo de la autodenominada Cuarta Transformación en Chiapas, y sirva también como evidencia de que es necesaria la organización y la protesta para luchar contra esta política de represión, y en específico para liberar a los presos políticos.

El día lunes 21 de octubre del año 2019 fui detenido conjuntamente con mi esposa y compañera de lucha Asunción Gómez Sánchez en el municipio de Chiapa de Corzo, en el lugar conocido como Santa Fe a eso de las 8:30 de la noche.

En ese lugar el gobierno estatal preparó un operativo policíaco para llevar acabo nuestra detención, seis elementos de la Fiscalía General del Estado (FGE) institución en la que estaba al frente el represor Jorge Luis Llaven Abarca, a bordo de una suburban blanca fueron los que ejecutaron mi detención y la de mi esposa.

Nosotros estábamos en una parada de transporte, íbamos a comprar un boleto para ir a la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, lugar donde laboramos como trabajadores de la construcción, en ese momento los policías ministeriales nos rodearon y sin darnos ninguna explicación nos esposaron y nos subieron a la suburban, yo pregunté el motivo del por qué nos estaban deteniendo, los agentes de Estado sólo respondieron “ustedes ya saben”.

Los policías nos llevaron con rumbo a la Fiscalía de Chiapa de Corzo, llegamos a dicha institución, pero no nos bajaron del vehículo, sólo un policía ingresó, minutos después salió del lugar, se subió al vehículo y de ahí nos trasladaron al ministerio público de la Fiscalía en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, en ese lugar nos documentaron y fotografiaron, yo y mi esposa pedimos que nos dijeran por qué motivos nos detuvieron, nuevamente recibimos la misma respuesta, “ustedes ya saben”.

Más tarde, fuimos trasladados hacia el Centro Estatal de Reinserción Social para Sentenciados No. 14 conocido como El Amate, ubicado en el municipio de Cintalapa Chiapas, a ese lugar llegamos aproximadamente como a las 12:30 de la madrugada del día 22 de octubre.

Al amanecer, como a las 11:00 de la mañana se llevó a cabo la primera audiencia, en donde el Juez nos vinculó a proceso con la Causa Penal 36/2018 con el delito de despojo de tierras, a partir de ese momento nos dejaron en prisión.

Es ahí donde nos dimos cuenta que el gobierno nos fabricó una carpeta de investigación, e inventó un delito para justificar nuestra detención, no es primera vez que lo hizo, ya lo había hecho con dos compañeros que igualmente fueron detenidos y encarcelados con fines represivos, hablamos de Javier González Díaz y Armando Hernández Sánchez.

Nosotros no cometimos ningún despojo de tierras, y lo comprobamos, por el contrario la Fiscalía no pudo demostrar el delito que nos imputaba, por ello, el Juez no tuvo más opción que dictar una sentencia absolutoria en la Audiencia de Juicio.
Cuando nos vincularon a proceso el día 22 de octubre de 2019, nos mantuvieron toda la tarde en una celda que esta junto al juzgado, fue hasta las 6:30 de la tarde que nos ingresaron al penal, en ese momento me sentí algo preocupado pues no sabía cómo le iba a ir a mi esposa en esta situación de encarcelamiento injusto, para ella era su primera experiencia en una cárcel, yo por el contrario, ya había estado en prisión en el año 2005, igualmente por motivos políticos.

En el 2005 el gobierno me mandó a detener y encarcelar para intentar que desistiera de luchar por el derecho a la tierra y renunciara a la organización popular e independiente, tardé un año en prisión, logré mi libertad por la lucha de la organización.

Ingresamos al Amate y ya en el área donde nos documentaron me separaron de mi esposa, pasamos a revisión médica y todo un proceso para ingresar al penal. Después a ella se la llevaron al área Femenil y a mí al área varonil en el módulo conocido como 72 horas, al llegar a ese lugar “el chaca” como se le conoce a las personas que controlan el penal bajo órdenes de las autoridades penitenciaras, me pidió 10 mil pesos, un claro acto de extorsión y tortura, ante ese hecho respondí que no tenía para pagar esa cantidad y el chaca me dijo “te pondrás a trabajar durante 15 días”, estuve trabajando esos 15 días, los primeros cinco días no me dejaron dormir día y noche estuve trabajando de manera forzada.

El tiempo que permanecí en esa área traté de comunicarme con mi esposa, pero fue imposible, puesto que me negaban todo tipo de comunicación, me decían que como no había pagado la cantidad que me pedían en la extorsión no tenía ese derecho. Pero no dejé de insistir, metí mis documentos para acreditar que Asunción es mi esposa, un personal del área técnica me apoyó en ese asunto.

Después de esos 15 días, me pasaron al área de población, ahí me llevaron al módulo azul o número 2, me ubicaron en el 3°b, lugar donde el vocero de esa área me pedía 20 mil pesos, nuevo acto de extorsión, ante esa situación respondí que no tenía dinero para pagar, en consecuencia me pusieron a trabajar pero ahora más duro, hicieron que subiera agua hasta el tercer nivel para todos los internos, empezaba el trabajo a las 6 de la mañana hasta las 12 de la noche, de ahí me bajaban a la guardia toda la noche hasta que llegaba a las 6 de la mañana y luego a acarrear agua, estuvo pesado el trabajo.

Estuve en esa situación como tres semanas, en este tiempo me visitó una comisión de la organización, en donde manifesté lo que estaba pasándome, información que la organización expuso a modo de denuncia pública y metieron una queja en la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), el resultado de esa denuncia fue que me visitara personal de la CEDH y corroboraran lo expresado en la queja.
El personal de la CEDH pudo constatar mi denuncia, pues vieron mi mal estado de salud, tenía los pies y las manos lastimadas, dolor intenso de la rodilla izquierda, tenía agotamiento producto del desvelo, cansancio por los trabajos forzados y amenazas en los que era sometido constantemente. En esa visita el monitor de derechos humanos me dijo que trataría de ver que podía hacer para detener lo que me estaban haciendo.

En esa misma visita pude ver a mi esposa y eso me calmó pues vi que estaba tranquila, y no estaba siendo tratada mal como yo, en ese momento pude platicar sobre mis hijos y acordamos que tendrían que incorporarse a la organización, no tardamos platicando mucho.

Tres hijos menores de edad quedaron en mi casa cuando me detuvieron, estaba preocupado por su situación, sin embargo, la organización no los dejó solos, estuvo al pendiente de ellos y eso me hizo estar tranquilo. El gobierno no le importa dejar a los niños sin padres, lo único que le interesa es reprimir al pueblo que lucha y protesta por sus derechos.

En la segunda visita que me hizo la CEDH el personal de esta institución me sugirió pagar 5 mil pesos de la extorción que me pedía el vocero, pues me dijo que de nada me serviría sacarme y ponerme en otro módulo porque “el chaca” iría por mí y la pasaría más mal.

Esta situación fue indignante, dado que la CEDH en vez de proteger y evitar que haya arbitrariedades dentro del penal, lo que hacía con su actitud era convalidar la corrupción que se vive ahí en el CERSS, estos hechos fueron informados a los compas, quienes hicieron la denuncia e informaron al presidente de la CEDH lo que estaba pasando con su personal.

En una tercera visita que me hizo la instancia de derechos humanos me preguntaron si era cierto lo que el visitador me sugirió la visita anterior, le dije que sí. Por todas estas denuncias, el director y el chaca, me llamaron y preguntaron que si yo había hecho esas declaraciones, mi respuesta fue que sí, el director me dijo que si quería yo me iba a cambiar de módulo, pero un comandante me sugirió quedarme en ese módulo pues había muchas formas para trabajar y aprender oficios.

Lo que quedó demostrado es que quedarnos callados por las violaciones a los derechos humanos sólo beneficia a las autoridades, porque son los que se quedan con todo el dinero de la extorción, de la venta de drogas y demás actos de corrupción en el penal, la denuncia es necesaria para evitar tratos crueles e inhumanos hacia los internos.

Me quedé en el módulo donde estaba, al regresar a mi celda me llamó el chaca y me dijo que antes de hacer la denuncia lo hubiera buscado para platicar, en ese momento llamó al vocero del nivel donde estaba y le dio indicaciones de que me levantara el castigo, me diera una celda y una plancha para dormir, le dijo que diera indicaciones a todos los del nivel que no se metieran conmigo, y que si algo me pasaba se la verían con él.

Como ya me levantaron el castigo empecé a gestionar para poder ver a mi esposa con frecuencia, hasta que lo logré. Después de todas estas dificultades la cual lo superamos junto con mi esposa, empecé a buscar la forma de aprender a trabajar las bolsas de plástico, hice amistad con unos internos, me encontré unos conocidos que ya sabían trabajar ese material y ellos me ayudaron a aprender, mi esposa consiguió trabajo en limpiar, celdas, lavar ropa, vender tortillas. Esto para juntar unas monedas y comprar mi material y tener para la subsistencia, fue así como emprendimos nuestro trabajo, hasta el día de nuestra salida.

A los cuatro meses de mi encarcelamiento la Fiscalía a través de un abogado de oficio llegó para plantearme una oferta que según serviría para mi libertad, esta consistía en aceptar el delito, pagar una fianza de 50 mil pesos y así inmediatamente lograba mi libertad, el gobierno pensó que estaba desesperado y que iba a aceptar esa propuesta.

La abogada de oficio me dijo que si no aceptaba iba a estar mucho tiempo en la cárcel, ante dicho planteamiento mi respuesta fue clara, dije que no aceptaba, en primera porque no cometí ningún delito, por tanto, no tenía nada que pagar, no soy un delincuente, soy un preso político y voy a salir de aquí sin condiciones, el tiempo que tarde.

La prisión de este modo no tiene un carácter reformatorio, es utilizado para castigar a luchadores sociales, es un centro de descomposición social donde hay tráfico de drogas, prostitución, y una sarta de corrupción. Para las autoridades carcelarias es un negocio en donde pueden a través de la extorsión obtener beneficios económicos.

Estando en prisión se aprende muchas cosas, vivimos en carne propia la represión gubernamental, la cual la enfrentamos e hicimos de nuestra situación una enseñanza más de la vida, nunca vimos la prisión como un castigo, pues sabíamos que la organización exigiría nuestra libertad.

Siempre prevaleció la confianza, así que nuestra obligación como presos políticos era resistir, y jamás doblegarse, cuando llegaba nuestro abogado, le decíamos que no se preocupara que fuera con calma, que sí anhelábamos nuestra libertad, pero no bajo condiciones.

A través del abogado nos enterábamos de todo lo que hacía la organización, y de cómo mis hijos se sumaron a la lucha por nuestra libertad y de todos los presos políticos del país, eso nos hacía sentir orgullosos como padres y militantes de la organización, sentía que eso me hacía más fuerte.

Tratamos siempre de mantenernos ocupados con el trabajo, para que pudiéramos aportar algo a la causa, cuando llegaba el abogado, teníamos preparado artesanías, le entregábamos para que afuera los vendieran y el recurso sirviera para la lucha.
Teníamos claro que nuestra situación era parte del camino de la lucha, por lo tanto no podíamos ponernos a llorar, sino todo lo contrario era ponernos a trabajar muy duro para poder sobrevivir en prisión, hicimos de la cárcel una trinchera de lucha.

No nos desesperamos en ningún momento, pues existió siempre la confianza hacia la organización, platicábamos con mi esposa que debíamos de estar preparados para recibir una sentencia y hacer planes en caso de que sucediera eso, pues la Fiscalía pedía para nosotros 10 años de prisión, ya estábamos preparados en el caso de que se nos dictara una sentencia condenatoria, el gobierno quería mantenernos mucho tiempo encarcelados para intentar así que abandonemos la lucha por la defensa de los derechos del pueblo.

En el mes de agosto nos llegó la notificación de que nuestra Audiencia de Juicio Oral se celebraría el día 25 de octubre de 2021 en el Juzgado de Control y Tribunales de Enjuiciamiento Región 1 en el municipio de Cintalapa, en esa audiencia la parte acusadora intentó presentar sus pruebas para demostrar el delito que me imputaron, sin embargo, dichas pruebas fueron inconsistentes, contradictorias y hasta absurdas.

De nuestra parte presentamos las pruebas que demostraban que el delito era un invento de la Fiscalía, logramos demostrar que no despojamos de sus tierras a nadie, y que la supuesta víctima era un sujeto que se prestó al juego del gobierno para armar la carpeta de investigación y así encarcelarnos. Esa audiencia tardó más de tres horas.

El Juez no dictó sentencia ese día, suspendió la audiencia y fijó el 28 de octubre la fecha para su reanudación, en esa fecha tampoco dio sentencia, volvió a suspenderla y reanudarla el día 29 de octubre, ese día por fin el Juez dictó sentencia, explicó que la Fiscalía no comprobó sus dichos y por lo tanto quedamos absueltos.

Gracias a la organización, a la defensa jurídica y la solidaridad de las organizaciones populares e independientes el gobierno no logró su objetivo, fuimos liberados el día 29 de octubre del 2021 después de dos años en prisión. Hoy somos parte de una victoria política, y seguimos firmes pues no nos doblemos, seguimos en pie de lucha y seguiremos adelante.

Demostramos ante el pueblo que los delitos que se nos imputó fueron falsos al igual que los delitos de todos nuestros compañeros presos políticos, está demostrado que existen presos políticos en el país y que la política de la 4T en Chiapas es la represión y la violencia contra el pueblo.

La injusta prisión de una luchadora por el socialismo
Asunción Gómez Sánchez, expresa política de la 4T en Chiapas
Asunción Gómez Sánchez fue detenida de manera injusta el 21 de octubre de 2019 por elementos de la policía estatal de Chiapas. Tiempo en el que enfrentó la política represiva del gobierno mexicano al interior de los centros penitenciarios.

En su testimonio nos narra las dificultades que enfrentó al interior de ellos y la descomposición social que impera, la cual se expresa en extorsión, amenazas, hostigamiento o maltratos físicos. Prácticas que no son desconocimiento de los directivos, oficiales, celadores, custodios e internos.

Mi participación en la organización
Mi nombre es Asunción Gómez Sánchez, tengo 44 años de edad, soy originaria de la colonia Rancho Linda Vista, municipio de Chiapa de Corzo. Estudie hasta el 2º de primaria, soy ama de casa, madre de 7 siete hijos. El mayor de mis hijos tiene 24 años de edad, la segunda tiene 22 años de edad, la tercera tiene 21 años de edad, la cuarta tiene 18 años de edad, los que dependen de mí son tres menores de 16, 14 y 12 años de edad.

Pertenezco al Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS). Me integró a la organización a través de mi papá y mamá cuando ellos, junto con otros de sus compañeros decidieron tomar las tierras en el año de 1986 en la colonia Pasoachiote, municipio de Chiapa de Corzo, Chiapas, esas tierras las recuperamos a través de la lucha, recuerdo que tenía siete años cundo sucedió eso.

Enfrentamos la represión del cacique y la del gobierno. En el año de 1990 sufrimos un desalojo, la policía estatal nos robó todas nuestras pertenencias, nos sacaron de las tierras y nos fueron a tirar al relleno sanitario del municipio de Chiapa de Corzo.

Realizamos plantones para exigir que nos regresaran la tierra, nos fuimos a Venustiano Carranza, lugar donde estaba fuerte la Organización Campesina Emiliano Zapata (OCEZ). Se instaló un plantón en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.

Después de una larga lucha logramos regresar a nuestra tierra, eso fue durante tres meses, cuando regresamos no encontramos nada de nuestras pertenencias, nuestras casas estaban destruidas, tuvimos que levantar todo de nuevo.

En el año de 1911, en el mes de abril, nuevamente nos desalojaron, en esta ocasión hicimos resistencia a la agresión de las policías, ellos respondieron con balas, nos querían asesinar, por lo que nos fuimos al monte para llegar a las comunidades más cercanas para que nos brindarán la solidaridad, en esta ocasión regresamos a la colonia.

En 1996 sufrimos nuevamente la represión por parte del Estado, detuvieron a dos compañeros, logramos que los liberaran en dos días. En los dos desalojos unos compañeros fueron encarcelados, pero con la lucha de la organización logramos su libertad después de estar 8 meses en prisión.

En 1996 me casé con mi esposo, quien ya participaba en la organización, en 1998 decidimos salir de la comunidad para participar en actividades nacionales de la organización. Al enfrentar las represiones me interesó más la lucha del pueblo.
Nos detienen por defender nuestros ideales y derechos.

El día 21 de octubre de 2019 salí de mi casa a la 7 pm con mi esposo Venturino Torres Escobar, tomamos el colectivo rumbo al municipio Chiapa de Corzo para abordar en ese lugar el otro transporte Chiapa-Tuxtla, bajamos en la parada conocida como Santa Fe, lugar donde íbamos a comprar el boleto para viajar a San Cristóbal de Las Casas, lugar donde trabajaba mi esposo.

En el lugar, al cruzar la calzada para entrar a comprar el boleto, vimos una camioneta, tipo suburban blanca, de la que salieron seis elementos y nos rodearon, quienes de inmediato detuvieron a mi esposo y lo esposaron, al ver eso les pregunté, ¿qué pasa?, sin mediar palabra me sujetaron del cuello y me pusieron las esposas, mientras nos decían de manera prepotente, súbanse perros.

Mi esposo preguntó si había orden de aprehensión, la respuesta fue inmediata, ustedes ya saben, nos subieron a la camioneta y nos trasladaron a la fiscalía de Chiapa de Corzo. Esperamos en la camioneta, no nos bajaron, sólo descendió una persona vestida de civil con un papel en la mano para llevarnos al ministerio de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

En ese lugar nos bajaron, subimos al segundo piso de la fiscalía, nos metieron a un cuarto oscuro por 30 minutos, uno de los sujetos vestidos de civil nos dijo en tono prepotente, ahí se quedan pendejos, cuidadito y se quieran escapar. Después de esa media hora nos sacaron para que nos tomaran las fotografías, nos quedamos donde ellos hacían el papeleo, los minutos pasaron, salimos de ahí como a las 23 horas.

Extorsión, amenazas, maltratos y violaciones a los derechos humanos en el CERSS No14.
Nos llevaron a El Amate, CERRS No 14, ubicado en Cintalapa, Chiapas. Todo el tiempo fuimos esposados, en el centro penitenciario revisaron las cosas que teníamos en ese momento, en un primer momento nos dejaron en un cuartito a los dos, en la madrugada, aproximadamente como a las cinco no sacan de ahí y me llevan a un curto sola.

A las 10:30 horas empezó la audiencia, ahí nos enteramos por el juez que nos acusaban de despojo con violencia agravado, era más grave porque el agravio era contra una persona de la tercera edad, ahí nos vincularon a proceso por tres meses, nos quedamos en la celda en el transcurso del día.

Una de mis hijas nos fue a ver ese día, en su mirada se veía preocupación por la situación que pasábamos en esos momentos, le dije que no se preocupara, que estaba bien, sólo era cuestión de esperar el proceso, mientras tanto, que no se pusieran tristes, la recomendación que le di fue cuidar a sus hermanos, los menores de edad, quienes eran los que más preocupaban porque se habían quedado solos, sin nuestra presencia. Tenía la confianza de que la organización no los abandonaría, eso siempre pasó por mi mente. Me tranquilice al saber que ya estaban enterados de nuestra detención.

Nos pasaron a las áreas correspondientes, pasamos con un médico, posteriormente al registro de las huellas dactilares y lunares, nos vuelven a tomar fotografías, nos pasan a una grabadora de voz. Al terminar me pasan al área femenil, me separaron totalmente de mi esposo, me llevan a la alcaldía, me entregaron el uniforme, me quitaron mi ropa, un oficial me llevó al módulo 2, me suben a una celda, aproximadamente como a las 7:00 pm me quede con una más, quien me dijo que las órdenes era tener todo limpio, a las 7 am revisaban.

Mientras estaba ahí me fueron a visitar las demás internas, quienes me dieron una cena, durante todo el día no había comido, solidariamente me dieron café, no tenía hambre. También fueron las integrantes del MOCRI, quienes estaban presas por defender la tierra y las acusaban de despojo.

Ellas se acercaron con café y galletas, como no tenía cobijas ellas me dieron unas, esa noche no pase frío, me dieron cosas para el aseo personal, me quedé a platicar un rato con ellas, así pasaron los días y los meses.

Me preocupaba la situación de mi esposo, porque no lo podía ver, no sabía nada de él, las internas me veían preocupada, me preguntaban, por qué estaba así, qué me preocupaba, les dije que no sabía nada de mi esposo, una de ellas me recomendó que escribiera una carta y pusiera el nombre de mi esposo, ella se lo iba a entregar al cocinero. Así lo hice, al día siguiente recibí una respuesta por escrito, era de mi esposo, quien me decía que estaba bien, así me sentí más tranquila.

A las dos semanas bajaron unos talacheros, entre ellos estaba mi esposo, cuando lo vi que ahí estaba, me dirigí a un oficial, quien estaba de guardia en esa área para decirle que me dejara hablar con mi esposo, me dijo que no se podía porque no estaba permitido, no me quedé conforme, salí del módulo y encontré a otra oficial, le volví a insistir que quería ver a mi marido, ella me preguntó, cuánto tiempo tienes que no hablas con él, le contesté que 15 días, entonces me dijo que tenía cinco minutos para hablar con él.

Hable con mi esposo, lo observé en mal estado, estaba lastimado, me dio mucho coraje, le pregunte si tenía alguna cobija o algo, no tengo nada, me la pase toda la noche despierto, eso me indigno mucho, fui nuevamente con la oficial, le pedí permiso para darle una cobija, no se negó sólo que no la podía entregar yo, tenía que buscar a otra persona, de lo contrario le llamarían la atención porque estaba prohibido. Fui a buscar a una interna y ella fue la que entregó la cobija, le di otras cosas que tenía, no eran muchas, las condiciones en un centro penitenciario son difíciles, uno tiene que ingeniárselas para enfrentar la situación con dignidad.

Ese día estaba muy enojada, recordar la forma en que estaba mi esposo me indigno, no lo voy a olvidar, mantuve la exigencia de ver a mi marido, para eso tenía que hacer una serie de trámites burocráticos, así le pedía a una de mis hijas que me iba a visitar me llevara el acta de matrimonio. Al principio las autoridades del penal extraviaron los documentos, pero seguí con la exigencia no me desanime.

En una ocasión me dijeron que iba a ver a mi esposo, espere y no bajó, veía que varios bajaban, menos el mío, me fui a la alcaldía y les pregunté por qué no bajaba mi esposo, me dijeron que lo iban a checar, que esperara hora y media, espere el tiempo que dijeron, nadie me decía nada, hasta que volví al insistir, la respuesta fue indolente, hacemos lo que está a nuestro alcance, no sabemos por qué no lo dejaron pasar, escuchar eso me indigno, cómo era posible que no superan lo que pasaba ahí adentro, me dijeron que me tranquilizara, iban a ver la forma para ver lo que pasaba y así paso. No deje de insistir, hasta que en una ocasión paso uno de derechos humanos a áreas técnicas, ahí pude ver a mi esposo muy maltratado, me indigne más, en ese momento me dieron ganas de llorar, pero no era momento de hacerlo, con eso no iba a ganar nada, tenía que exigir a derechos humanos que hiciera su trabajo.

Nos visitaron los compañeros de la organización, les comenté cómo estaba la situación, que no podía ver a mi esposo, sólo lo hice una vez, pero estaba muy golpeado, por su parte ellos empezaron a denunciar los maltratos que recibíamos en el CERSS, eso provocó que derechos humanos nos fueran a visitar para ver si lo que se denunció era cierto, comprobaron que, si era cierto, le dijeron a mi esposo que les mostrara las lesiones y le narrara lo que le hacían adentro del penal.

Mi esposo les dijo que le pedían la cantidad de 20 mil pesos para que no lo castigaran, pero el de derechos humanos nos dijo que él no podía hacer mucho al respecto, nos aconsejó dar, aunque sea la cantidad de cinco mil pesos para que el quitaran un poco el castigo, porque, aunque lo fueran a sacar a media noche le iban a volver a poner su castigo. Le respondimos indignados, cómo era posible que uno de derechos humanos nos recomendara eso, si es el que defiende a los que les son violados sus derechos humanos. Le dijimos que se fuera, no había mucho que hacer con él.

Informamos de la situación a los compañeros de la organización, después de tres días fueron nuevamente los de derechos humanos, era una mujer y un hombre, nos preguntaron que, si la denuncia de la organización contra ellos lo habíamos dicho nosotros, les respondimos que sí, lo que ahí se decía era tal cual nos había dicho el otro defensor de derechos humanos, nos comentaron que iban a despedir ese personal porque no hacía bien su trabajo.

Después de un mes fue el de derechos humanos a reclamarnos, por qué lo habíamos denunciado y que iba a perder su trabajo, le comentamos que no era nuestra intención, pero que su función era de derecho humanos y si perdía su trabajo no era nuestra responsabilidad, se retiró, no lo volvimos a ver, pero quería que dijéramos que lo denunciado no era verdad, le dejamos en claro que cualquiera que sea de derechos humanos y nos diera el mismo trato es el mismo que denunciaremos, si a todos los que le son violados sus derechos humanos denunciaran eso no pasaría, pero por miedo no las personas no lo hacen y sujetos como él que no hacen más que intimidar se cometen todas esas injusticias dentro del penal.

Todos esos meses fueron de denuncia, después de tres meses y medio nos establecimos, un personal de áreas técnicas nos hizo el trámite para poder quedar acreditados como esposos y podernos ver, así me sentí más tranquila.

La cárcel, una trinchera más para luchar y resistir con dignidad
Nuestro abogado siempre nos visitó, él me informaba sobre mis hijos, me decía que estaban bien para que no me preocupara, la organización ya se había hecho cargo de mis hijos. En ese tiempo sólo puede ver a dos de mis hijos menores de edad, sólo fue una ocasión, ya no los pude ver más mientras estuve presa, no me preocupó porque sabía que la organización los tenía, no les iba a faltar nada, ellos se iban a sumar a la lucha por nuestra libertad y la de los demás compañeros.

Cuando el abogado me hablaba de lo que hacían mis hijos me sentía muy orgullosa y contenta, eso me motivaba mucho, ya no era mi preocupación la estancia en la cárcel, se convirtió para mí en una trinchera más de lucha, si mis hijos los hacían afuera, yo lo tenía que hacer ahí adentro, resistir con dignidad.

Lo principal fue no ver la cárcel como un sufrimiento, sino como una experiencia más, como militante del FNLS, mi obligación era ponerme a trabajar y a organizar a las mujeres que estaban dentro del penal, exigir buena alimentación, la comida que nos dan es de lo peor, si nos daban caldo de pollo, sólo iba el cuero del pollo, su sabor era rancio, eso no lo podíamos dejar así, por lo que tuve que convencer a las mujeres de que era necesario luchar por mejores condiciones, aún en la cárcel. No fue fácil convencerlas, era necesario entender que, aunque estuviéramos presas teníamos derechos y lo teníamos que hacer por los niños que ahí adentro se encontraban.

Escribimos una carta, en ella explicamos todo lo que pasaba en el penal, también de unas mujeres que habían sido torturadas por la fiscalía, me narraban cómo habían sido sus detenciones, entonces les dije que era necesario la denuncia. También se cercaron las compañeras del MOCRI, me comentaron cómo perdieron sus pertenencias y que las había dejaron en la calle en el momento que fueron desalojados, su organización no pudo hacer frente a la represión del Estado, no exigían su libertad, ellas habían comprado el terreno y no sabían nada de su organización.

Entablé una relación más estrecha con una de ellas, me preguntaba, cómo era la organización donde participaba, le expliqué, aunque nos posesionáramos de las tierras no la vendíamos, las defendemos, también le dije que la organización es independiente, me preguntaban por el líder, le respondí que no tenemos líderes.

Somos una organización, trabajamos, hacemos nuestros materiales de propaganda como la revista Consigna Socialista para volver a reproducir los materiales, nos sostenemos con la solidaridad del pueblo, por eso exigimos la libertad de los presos políticos, ella pensativa me dijo, si así es la organización no me importaría todo el tiempo que estuviera en la cárcel, me siento decepcionada de mi organización, porque yo era una dirigente y mira cómo estoy. Le gustó la plática e insistió en la buscara cuando saliera, ella se salió de la cárcel antes que yo, ella se solidarizó conmigo de manera incondicional.

Continuamos con la denuncia para que nos dieran atención médica, lo principal es que atendieran a los niños, los años que estuve presa fueron de mucha experiencia porque aprendí mucho, me puse a trabajar, hacía talacha, me pagaban 10 pesos por celda, lave ropa de las internas que tenían más dinero, me pagaban dos pesos por prenda, vendí tortilla, a peso cada una, también aprendía a bordar, así fue como resolví las necesidades inmediatas dentro del penal.

A mi esposo le pasé tortillas para que las vendiera en el área de los hombres, de esa manera es cómo sacábamos recurso para comprar material que ocupaba mi marido, él aprendió a hacer bolsas de hilo, morrales de plástico y mochilas, las cosas que hacía las juntábamos y cuando nos iba a visitar el abogado se las entregábamos para que las vendieran los compañeros de la organización para que ellos ocuparan el recurso en las actividades políticas.

Proceso jurídico injusto
Nuestro proceso jurídico fue injusto, se nos acusó de un delito que jamás cometimos, la fiscalía aprovechó una demanda de un particular, la cual desde un principio no tenía los elementos suficientes para sostener la acusación de despojo agravado con violencia, sin embargo, lo retoma para justificar nuestro encarcelamiento y castigarnos.

En el proceso jurídico siempre prevaleció la omisión, las audiencias las prolongaron el mayor tiempo posible, tuvieron que pasar dos años para que nos dieran fecha de nuestro juicio oral, nuestro asesor jurídico siempre se enfrentó con obstáculos por parte de la fiscalía, sin embargo, siempre demostró que éramos inocentes.
La orden del Estado fue que permaneciéramos en prisión el más tiempo posible para que desistiéramos de nuestras justas demandas, por eso nuestra detención fue por motivos políticos, demostramos ante el juez nuestra inocencia.

Las acciones políticas que realizó la organización durante los dos años de nuestra detención y la batalla jurídica que enfrentó nuestro abogado dio como resultado nuestra libertad.

A la fecha me mantengo firme en mi participación, estoy convencida de la justeza de nuestra lucha. Necesitamos estar organizados para poder hacer frente a la represión del Estado y lograr nuestros objetivos.

TESTIMONIO DEL PROFESOR LEOBARDO REYES MEZA, EX PRESO POLÍTICO
“La educación es un arma cuyo efecto depende de quien la tenga en sus manos y de a quién apunte”
Iósif Stalin

El 29 de junio del año 2020, alrededor de las 15:30 horas fui detenido con engaños de la policía municipal de Pátzcuaro Michoacán, acudí a dicha institución para aclarar un asunto de orden comunal, me presentaron ante el fiscal de la región, quien es reconocido por corrupto, prepotente y hacer favores jurídicos, este sujeto fue quien hizo unas llamadas y enseguida me sometieron para detenerme, el fiscal de Pátzcuaro inmediatamente ordenó mi traslado a Morelia. En ningún momento me presentaron orden de aprensión que indicara el motivo de la detención.

Me subieron a una patrulla para trasladarme a los separos de la Fiscalía General del Estado, en la ciudad de Morelia, Michoacán. Desde ese momento me mantuvieron retenido en la fiscalía antisecuestro, entraban agentes, salían, me insultaron e interrogaron, ¿eres el líder?, ¿dónde tienes el dinero?, ¿en qué trabajas? ..., después me di cuenta que eran agentes de la FGE y personal de la empresa SEPSA S.A de C.V quienes me interrogaron para inculparme, incriminarme y presentar una carpeta de investigación inquisitoria, con delitos prefabricados, en las instalaciones de la FGE me mantuvieron incomunicado.

Aproximadamente a las 12:00 de la noche, me trasladaron al penal David Franco Rodríguez mejor conocido como Mil Cumbres, ahí no me quisieron recibir, me regresaron a la fiscalía antisecuestros, nuevamente elaboraron otro escrito y me llevaron al penal de Alto Impacto, fue en ese momento cuando incrementó la tortura física y psicológica.

A la una de la mañana ingresé a ese penal, fue hasta ese momento que mis compañeros del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS) y mi familia tuvieron contacto conmigo. Es importante señalar que por un lapso de tres horas estuve en calidad de detenido desaparecido, en un primer momento las autoridades de la fiscalía negaban a mis familiares y compañeros mi paradero.

Por la respuesta política de todos los integrantes de mi organización el FNLS, por el papel de la defensa jurídica que se apersonó de inmediato y de mis familiares que avisaron a la organización, lograron primero saber de mi condición física y jurídica, y segundo, confirmar que estaba recluido en el penal antes mencionado. Desde el momento de mi reclusión el trato fue inhumano y degradante, me trataron como a un delincuente.

Me mantuvieron en una celda donde los custodios fueron parte de una serie de arbitrariedades contra mi persona, por ejemplo, me cortaban la luz para que no pudiera leer libros. En toda mi reclusión se tejió una cadena de injusticias.

Una noche, el director del penal de Alto Impacto, Noé Galván Carrillo y el Jefe de Seguridad Juan García Hernández, me sacaron a las ocho de la noche para amenazarme, con mentadas de madre me exigieron que le bajara a mis denuncias a través de mis cartas y otros medios sobre el trato inhumano, a Silvano Aureoles Conejo y Adrián López Solís no les gustaba que desde la prisión denunciara los crímenes de lesa humanidad contra comuneros de Arantepacua, la represión contra los estudiantes de las normales públicas que fueron baleados antes de llegar a Caltzontzin.

También denuncié la detención y encarcelamiento de estudiantes de la normal de Tiripetío; la represión contra los trabajadores de la educación, pertenecientes a la Sección XVIII del SNTE, a la vez militantes de la CNTE agrupados en torno a la propuesta política Poder de Base; y, las carpetas de investigación que abrieron contra profesores activistas de las diferentes regiones por el hecho de exigir les paguen sus adeudos.

El gobierno perredista de Silvano Aureoles Conejo y el fiscal general del estado Adrián López Solís a través de Noe Galván Carrillo y Juan García Hernández quisieron callarme, amordazarme, quebrantar mi combatividad, con la tortura psicológica pretendían que desistiera de luchar.

Esa noche, me llevaron por unos pasillos obscuros, el director estaba con unos guardaespaldas, en otro espacio obscuro grababa lo que él me preguntaba y lo que yo le contestaba. Muy prepotente se dirigió a mí -contéstame pues hijo de tu puta madre, ¿sabes quién soy yo, sabes que yo te puedo mandar poner una madriza? Soy el director del penal… no se le veía el rostro, solo sus grandes lentes y su gran estatura lo distinguía de sus guardaespaldas, yo atiné en contestarle -haz lo que tengas que hacer, estoy en tus manos. Tú sabes lo que haces, el director del penal me contestó -no me hables de tú, hijo de tu puta madre, yo soy el director del penal y a mí me tienes que hablar de usted. Guardé silencio, sabía que me tenían en sus manos, me regresaron a mi celda a las 9 de la noche, una hora después.

Comprendí que no sería nada fácil enfrentar la reclusión, sin embargo, tampoco uno se debe callar ni permanecer inactivo, por el contrario, se vuelve una necesidad denunciar los actos crueles e inhumanos que se ejercen en prisión, callar equivaldría a claudicar.

Desde el momento que me mantuvieron en sus manos, no cesaron los operativos de revisión en mi celda por parte de elementos de la coordinación general de los penales (encascados como le llaman los internos), éstos llegaban con perros amaestrados para someter a todos los internos, en lo personal me quitaron mis libros, hurgaban mis apuntes en mis libretas, tiraban mis cobijas al piso... Esas revisiones eran cada dos semanas.

La situación en los penales es deshumanizante, no hay atención médica, los alimentos mal preparados, caldo de pollo sin carne, sólo el cuero flota en el caldo, frijoles con pelos de los cocineros o hilos de trapeadores de la cocina, sopas aguadas sin sabor, condiciones insalubres y precarias, “muy cabronas” como dicen internos, pero al fin y al cabo son seres humanos quienes las resisten y logran remontar esa situación, me moralizaba así mismo.

Por denunciar todas estas violaciones a los derechos humanos de los internos y de mi persona y como una forma de acallar mi voz, me trasladaron al penal de Tacámbaro Michoacán, un penal que supuestamente califica los estándares de cubrir los requisitos como un penal ejemplar. Mentira, en ese penal igual que en el de Alto Impacto, se violan los derechos humanos, se tortura física y psicológicamente a los internos, se cometen vejaciones, los custodios nos desnudaban, obligan a que los internos hagan sentadillas, hay escases de medicinas, le dan a cada interno cinco minutos para hablar por teléfono, que bien puede ser con el abogado o con su familia, me prohibieron las visitas familiares y las de mis compañeros.

Mis compañeros de la organización, maestros, maestras solidarias con la lucha y mi familia, hicieron un plantón en el penal de Tacámbaro para exigir que me regresaran a Morelia, nos quedaba claro que el gobernador perredista Silvano Aureoles Conejo y Adrián López Solís, fiscal general del estado, querían darme un escarmiento para que desistiera de luchar, mi activismo político se remontaba a los años de la secundaria y preparatoria. Nunca imaginé vivir en carne propia la opresión política de los políticos de oficio que hoy representan al PRD y que son igual de represores que los del PRI, PAN, PVEM.

Así transcurrió el tiempo en prisión de mi persona en Tacámbaro, mi organización, mi familia, los abogados que me representaron y personas solidarias hicieron posible mi regreso al Penal de Alto Impacto en Morelia, Mich., la tortura física y psicológica continúo, el director del Penal Noe Galván Carrillo y Juan García Hernández jefe de seguridad, eran los encargados de los actos vejatorios que ordenaba Aureoles Conejo y López Solís.

Enseguida que regresé al penal de Alto Impacto, otra vez el hostigamiento contra mi persona, rompieron mis escritos, decomisaban mis libros, robaban las cartas que me mandaba mi familia, hijas, nietos y nietas. Hay custodios que son nefastos, se quedan con todo lo que roban a los internos, cometen actos de tortura, vejaciones e incluso crímenes en connivencia con las autoridades penitenciarias.

No sé qué sientan esos custodios corruptos y lacras cuando se sientan en la mesa a comer con su familia, no les da asco comer y alimentar a sus hijos con lo despojado a los internos, son tan corruptos que venden radios, usb, celulares, televisiones y relojes, que decomisan en los operativos y después los vuelven a vender a los mismos internos, todo lo hacen en coordinación con los directivos del penal, el jefe de seguridad y los comandantes en turno, al menos así operaba Noe Galván Carrillo y Juan García Hernández.

Hay que reconocer, que hay custodios muy honestos, varios de ellos me llegaron a decir con temor, de forma muy discreta: tiene que aguantar profe, porque viene bien recomendado desde arriba, otros custodios me decían: tiene que echarle muchas ganas profe porque nos dimos cuenta que está bien recomendado por el Gober, otros amablemente me confiaban: yo por eso les he dicho a mis compañeros de trabajo que respetemos a los internos, que no los tratemos tan mal como si nosotros fuéramos dueños de sus vidas…, y efectivamente, los Tauros que son los comandantes del penal y los Águila que son los comandantes de turno, me trataban como si fueran dueños de mi vida al interior del penal.

Un comandante Tauro cada vez que había revisión se metía a mi celda y a la hora de esculcarme me golpeaba fuertemente en los testículos, se notaba claramente la consigna de Estado de torturarme física y psicológicamente, nunca olvidaré el trato cruel e inhumano que me dieron en prisión, pues descaradamente se notaba cómo los custodios, comandantes, jefes de seguridad, director del penal, el coordinador de penales, el fiscal general del estado y el gobernador, tenían la consigna de castigarme en represión por el hecho de denunciar las graves violaciones a los derechos humanos de normalistas, comuneros, maestros, e integrantes del FNLS.

A pesar que lo denuncié ante los organismos de derechos humanos, como la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) nunca actuaron, me dejaron a merced de mis torturadores, de la misma forma la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), se dieron cuenta que yo fui objeto de tortura física y psicológica y, violaban mis derechos humanos en prisión, igual guardaron silencio ante mis quejas y mis denuncias por carta y otros medios, la CNDH sólo envió un escueto escrito donde manifestó que al tratarse de un gobierno estatal autónomo no podía intervenir.

El gobierno de Silvano Aureoles no perdonó que se le haya desenmascarado como represivo, para fortuna mía, hay que reconocer que mis compañeros de organización el FNLS, personalidades estatales, nacionales e internacionales, no estuvieron pasivos hasta lograr mi libertad, no hubo día sin que se movilizaran e hicieran denuncia pública sobre el trato cruel e inhumano que me recibía en prisión.

Nunca dudé de mi organización y la solidaridad incondicional de los que me conocían, grande fue su aporte de toda esa gente solidaria que nunca me abandonó, que siempre creyeron en mi inocencia, que con gran valor alzaron su voz, se pronunciaron por mi libertad e hicieron esfuerzos hasta que quedé en libertad, a todos ellos, mi sincero agradecimiento.

Quiero hacer énfasis que hubo personas que me conocen y a pesar de eso se tragaron los argumentos del Estado mexicano, me abandonaron y guardaron silencio cuando estaba en manos de mis verdugos, no levantaron la voz, al contrario, repetían los argumentos inquisitorios del gobierno perredista, esos son los menos y siempre ha estado claro que son oportunistas, gente egocéntrica y cobarde.

Por mis convicciones políticas e ideológicas, me armé de valor para hacer de la prisión una trinchera más de lucha, desde mi reclusión exigí la libertad de los presos políticos de Chiapas, Veracruz y Michoacán, así como la libertad de los estudiantes de la normal de Tiripetío, la presentación con vida de los revolucionarios Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya, la de nuestro compañero Fidencio Gómez Santiz y los más de 350 mil detenidos desaparecidos en todo el país; también me pronuncié por la presentación con vida de los 43 estudiantes de la Escuela Normal “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero, desde el penal exigí el cese a las ejecuciones de periodistas, de activistas políticos, defensores de derechos humanos, defensores del agua y del medio ambiente.

Al no poder amordazarme ni quebrantar la moral de lucha intensificaron el hostigamiento, los custodios mierdas en complicidad con los directivos del penal incrementaron los actos vejatorios. Me quitaron mi ropa, mis libros, mis libretas, mis cartas, los documentos de derechos humanos, mis cobijas, mi medicamento.

El jefe de seguridad Juan García Hernández decidió qué libros podía leer y qué libros eran prohibidos, como si viviéramos en la época del oscurantismo, o en tiempos de la Santa Inquisición, ordenaba me hicieran llegar libros de contenido religioso, al tiempo que escondían o decomisaban los libros de Lenin, Stalin, historia universal o historia de México, les arrancaban la portada, los rallaban, o simplemente me los hacían perdedizos, fue un batallar en exigir se respetara mi derecho al libre pensamiento. Había trabajadores de la biblioteca que yo les decía, préstenme por favor mis libros y me contestaban: no puedo profe porque tengo indicaciones del jefe de seguridad de no pasarle libros prohibidos. Al denunciar la organización el hostigamiento de la que fui objeto, las autoridades del penal le bajaron de nivel.

El ex gobernador Silvano Aureoles Conejo y Adrián López Solís, ex subsecretario de gobierno y actual fiscal general del estado, me mantuvieron preso un año seis meses y 22 días. En su último intento para acallar la crítica a su gobierno, en complicidad con el director del penal, el jefe de seguridad, comandante y custodios, planearon junto con otros internos del penal, para que me propinaran una golpiza, el custodio de sobrenombre Ramón Ayala y el jefe de seguridad del penal Juan García Hernández fueron los inmediatos responsables.

Diversos funcionarios del gobierno federal fingieron que apoyarían, pero en los hechos solo trataron de dividir y engañar a mi familia con el argumento de que iban a interceder para mi liberación, jamás lo hicieron, nunca se pronunciaron públicamente por mi libertad, tampoco se pronunciaron para que cesarán los tratos crueles, inhumanos y degradantes contra mi persona, sus esfuerzos siempre fueron encaminados a tratar de separar a la familia de la organización, con el argumento de que por disposición del gobierno federal sólo tratan directamente con la familia.

La teoría científica del marxismo-leninismo me mantuvo firme y de pie en mis peores momentos en prisión, siempre recordaba y me inspiraba en los comunistas que se sobrepusieron a las adversidades a las que se enfrentaron, armados solamente con su conciencia y su moral sustentada en el marxismo. Salí con la frente en alto de esa prisión que utiliza la burguesía para doblegar la moral combativa de profesores, normalistas, campesinos, indígenas, obreros y revolucionarios.

Los que me conocen, la gente sensible y solidaria con las injusticias sociales, saben que no soy corrupto, ni delincuente. Los criminales, los corruptos, los asesinos de nuestro pueblo son políticos de oficio, son criminales de cuello blanco.

Yo lucho al lado del pueblo, por educación, salud, presentación con vida de los revolucionarios Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya, presentación con vida de los más de 350 mil detenidos desaparecidos a lo largo y ancho del país, contra las injusticias en México, por un futuro mejor de nuestros niños, nuestros jóvenes, por los trabajadores del campo y la ciudad, porque el futuro de la humanidad sea prospero e igualitario.

Reitero, desde mi reclusión, el FNLS, mi familia, estudiantes, maestros, artesanos, pequeños comerciantes, colonos, organizaciones y comunidades estuvieron presentes en todas mis audiencias, que a cada rato me las diferían (aplazaban) con la finalidad de desmoralizar a mis familiares, al Frente al que yo pertenezco y para dar un escarmiento a todo el esfuerzo que he dado con mi organización en la lucha sindical, estudiantil y popular, pero cada vez que diferían una audiencia había denuncia, movilización y protesta, así fue como se logró que las reprogramaran en el menor tiempo posible.

Me levantaban la moral mis compañeros de lucha cada vez que hacían un mitin fuera del penal o en la realización de las audiencias, desde adentro escuchaba a los oradores, entre ellos mi nietecita y en sus intervenciones hablaban de mi inocencia, de mi injusta reclusión, por eso fue que nunca me doblegué, nunca pudieron quebrantar mi esfuerzo de luchar en la prisión.

En cuanto salí de prisión proseguí con las denuncias de las condiciones inhumanas que imperan en las prisiones, denuncié a los responsables de mi detención y encarcelamiento injusto. Cuando salí mis compañeros, familia, amigos y prensa solidaria me esperaban afuera del penal, me pronuncié por la libertad de nuestro compañero Higinio Bustos Navarro, preso político, encarcelado injustamente en Veracruz, y porque se lleve a juicio a Silvano Aureoles Conejo y a Adrián López Solís por ser ellos verdaderos delincuentes de cuello blanco y criminales de Estado.

Enseguida nos trasladamos a realizar un mitin frente a Palacio de gobierno en el centro de Morelia, ahí nuevamente denuncié la situación que viví en prisión, las injusticias y arbitrariedades que cometen los gobiernos represores.

Al día siguiente de mi liberación, me di cuenta que el gobierno del Lic. Alfredo Ramírez Bedolla, realizó una detención masiva de miembros de la comunidad indígena de Santiago Azajo, a quienes mantenía incomunicados, sin derecho a ser representados por una defensa jurídica, fue muy indignante enterarme de esa situación.

En prisión había escuchado buenos comentarios de Ramírez Bedolla y de Morena, en las noticias hablaban de que ahora sí las cosas cambiarían para Michoacán, ¿otra vez la misma porquería? Sí, lamentablemente para el pueblo que creyó en Morena, las mismas prácticas represivas que orquestaron otros gobiernos se volvían a cometer. Junto a mis compañeros acudimos a brindar la solidaridad a la comunidad de Azajo y a los familiares de los presos. No se puede y no se debe callar ante las injusticias, mucho menos permanecer indiferentes.

Al pueblo consciente, a las organizaciones populares, a los organismos internacionales y nacionales defensores de derechos humanos, sepan que en México existen presos políticos, detenidos desaparecidos, ejecuciones extrajudiciales, se violan sistemáticamente los derechos humanos.

Ahora que he recuperado mi libertad, junto a mis compañeros de la organización, mis convicciones de luchar por el socialismo en México se han fortalecido, para un activista, para un luchador social, para un ex preso político, reincorporarse a luchar después de haber estado en prisión, es simplemente gratificante.

Gracias a los abogados que me defendieron jurídicamente, a la organización que dignamente formo parte de ella, a mi familia, a los organismos defensores de los derechos humanos no gubernamentales estatales, nacionales e internacionales, a las personalidades, a las organizaciones solidarias de Argentina, Venezuela, Guatemala, Estados Unidos, Chile, Belice y de Europa, al pueblo que cree en la lucha popular, que aspira al socialismo como mi organización y como yo, gracias a todos ustedes camaradas, estoy libre.

Hago un llamado al pueblo de Michoacán, de México y más allá de nuestras fronteras, a seguir organizándonos en la lucha popular independiente, luchemos al lado del pueblo, la cárcel jamás debe doblegar la convicción de luchar por una sociedad justa e igualitaria, por el contrario, debe ser un motivo más para seguir en la lucha hasta llegar al socialismo. Compañero Higinio Bustos Navarro, vamos por tu libertad. ¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE COMPAÑEROS!

Combativamente: Profesor Leobardo Reyes Meza, profesor de Educación Indígena, miembro de la Sección XVIII SNTE, militante de la CNTE, integrante del FNLS, ex preso político.

ATENTAMENTE
Frente Nacional de Lucha por el Socialismo FNLS

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