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Silvano Aureoles Conejo azuza la represión contra el movimiento magisterial-popular
Viernes 8 de febrero de 2019, por
Chiapas, México a 07 de febrero de 2019
El gobierno michoacano azuza a la represión contra el movimiento magisterial y popular, sus recientes declaraciones hacia la lucha del magisterio democrático y los señalamientos dolosos hacia nuestra organización, son la muestra de su intento por deslegitimar y estigmatizar la protesta popular y dar continuidad a la política represiva.
Las alusiones de Silvano Aureoles hacia las acciones políticas que emprende el magisterio democrático en Michoacán son parte de un plan para confundir, distraer la atención del pueblo y con ello tratar de ocultar su responsabilidad en la problemática, es decir, su responsabilidad en la incertidumbre laboral de los trabajadores de la educación y su indolencia para resolver las demandas de este sector.
Silvano hace alusión al Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS) como “núcleo duro radical” que “azuza” al magisterio a mantener los bloqueos sobre las vías del tren, esto es una maledicencia de un político de oficio servil a la oligarquía nacional y extranjera. El término radical expresado por un político proempresarial es doloso, confuso, vulgariza un concepto cuyo contenido político-filosófico no se compara con esa interpretación falaz.
El concepto radical hace referencia a la raíz, que en términos sociopolítico e histórico desde la ciencia del marxismo, explica la necesidad de abolir a fondo la explotación, la opresión, erradicar la pobreza, la miseria, que la riqueza social sea del pueblo y no de una minoría avara y reaccionaria, para esta noble tarea exige del pueblo asumir conciencia de clase proletaria y organizarse de manera independiente, en suma, ser radical implica arrancar de raíz el modo de producción capitalista.
Toda protesta popular tiene su origen en las condiciones materiales de vida del pueblo, no es capricho de nadie cada acción política para exigir mejores condiciones de vida, es una necesidad y una muestra de dignidad, pero sobre todo es el reconocimiento del papel de los trabajadores para superar cualitativamente este modo de producción capitalista y mejorar paso a paso nuestras condiciones de vida, por tanto, toda acción que emane del pueblo para liberarse del yugo capitalista es legítima.
Lo que en Michoacán se manifiesta es la expresión del descontento de los sectores populares ante un gobierno déspota e indolente que atenta contra el derecho al trabajo, específicamente con la precarización de las condiciones de trabajo de los trabajadores de la educación, y cuya práctica es la represión ante las exigencias de las demandas más sentidas del pueblo.
No es una situación exclusiva de ese estado, sino que en diferentes puntos de la geografía nacional de igual manera se presentan brotes de descontento en el sector magisterial, por ejemplo en los estados de Oaxaca y Chiapas las movilizaciones persisten. El origen de las movilizaciones es en esencia económico y político. En ambas entidades como Michoacán persiste el adeudo a los docentes por salarios no devengados, este hecho nos revela el común denominador del descontento de las masas trabajadoras.
La represión en el caso de Chiapas es la respuesta del gobierno ante las exigencias de los trabajadores de la educación, lo que nos lleva a preguntar, en vez de resolver las demandas de los trabajadores el gobierno estatal de Michoacán ¿optará por la represión y su campaña de señalamientos dolosos? ¿Ésta será la política del nuevo ejecutivo federal hacia las masas trabajadoras?
Los dichos de Silvano no tienen una pizca de razón, es una agresión a la verdad, sólo busca criminalizar la protesta popular, son vituperios que se conforman como el pretexto para ejercer la represión hacia el magisterio democrático, el FNLS y el movimiento estudiantil en Michoacán.
Quienes reproducen mecánicamente las calumnias del Estado contra el movimiento popular y magisterial, en los hechos se configuran como los responsables de cualquier agresión física y psicología contra nuestra organización y contra el movimiento popular.
Desde estas líneas manifestamos nuestra solidaridad al magisterio democrático de la sección XVIII en lucha, porque las exigencias de los sectores populares es justa y le asiste la razón, por tanto, ante un gobierno antipopular el pueblo tiene el legítimo derecho de manifestarse y exigir el cumplimiento a sus demandas más sentidas, que es lo mismo, la defensa de los derechos y libertades políticas del pueblo.
¡Alto a la criminalización de la protesta popular!
¡Por la unidad obrera, campesina, indígena y popular!
Frente Nacional de Lucha por el Socialismo