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El gobierno chiapaneco violentando la soberanía de Guatemala

Domingo 22 de junio de 2025, por Chiapas

San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, 22 de junio de 2025

A la opinión pública

REALIDAD YANÁLISIS DEL FNLS:
¿AFICIÓN POR EL AUTORITARISMO?

En días recientes las Fuerzas de Reacción Inmediata Pakal (FRIP) hicieron una incursión en territorio guatemalteco para rescatar a sus integrantes, lo que generó discrepancia en su comprensión y manejo entre el gobierno de Chiapas y el federal.

Aunque no es una contradicción antagónica, ni de mayor relevancia para las fuerzas de Morena, sí expresa una concepción autoritaria y de defensa a ultranza de las fuerzas castrenses por parte del mandatario estatal de Chiapas, ya que sobrestima la llamada “estrategia de seguridad pública” que impulsa sobre el derecho internacional.

Relevante en cuanto que un conflicto de índole internacional puede surgir con esa facilidad con la que se suscitó. Aunque sus consecuencias no implican un escalamiento mayor, como no ha sucedido, resalta el hecho de que exista un empecinamiento en una política de seguridad que ya tiene muchas contradicciones.

Una parte del entorno político de Morena quiso hacer defensa del error político que cometió la fuerza policíaca FRIP al incursionar en territorio guatemalteco, al señalar que su proceder era necesario ante la situación que se presentó, sin embargo, expresa la facilidad con la que se omite, anula o se pasa por alto lo que se conoce como derecho internacional.

La posición federal en palabras de Sheinbaum Pardo no coincidió con las declaraciones políticas del gobernador chiapaneco Eduardo Ramírez Aguilar, este último deslizó una acusación al gobierno de Guatemala para justificar la violación a territorio del vecino país.

Ante un error político sobrevino la obstinación que derivó en la defensa a ultranza de las FRIP, un acto que quiso ser opacado con la acusación de que incluso el gobierno del país guatemalteco es parte de la delincuencia organizada.

Las posiciones encontradas entre el gobierno federal y el estatal, a pesar de ser del mismo partido refleja, por un lado, que la política de seguridad dista mucho de lo que en teoría o en voz de los funcionarios que la promueven sea la que se aplica en los hechos.

Que la inercia de la política de seguridad y el uso de cuerpos especializados en Chiapas no han hecho disminuir el fenómeno de la violencia, sino la han hecho más compleja, al grado de arribar a contradicciones políticas innecesarias, como las consecuencias políticas que generaron la presencia de las FRIP en Guatemala.

Apelar a la porosidad, por ser un lugar fronterizo, la orografía, entre otros factores, es tratar de justificar lo sucedido y aminorar la consecuencia política.

El fenómeno del crimen organizado tiene patente en las instituciones de Estado, donde distintos funcionarios están coludidos, y cuando estos se descubren se esgrime que son elementos de menor rango o del nivel municipal.

Este hecho, ha puesto de relevancia mediática la forma en que las FRIP son usadas en la entidad, si bien se anunció que sería para poner fin a la violencia e “inseguridad”, lo real es que estos dos fenómenos no manifiestan un descenso, pero sí afloran un conjunto de quejas abiertas y veladas respecto a la forma de proceder de esta corporación policíaca.

Lo más destacado es el asesinato político del normalista Jesús Alaín Vázquez Pérez el 15 de mayo, de la Normal Rural Mactumactzá, que pese a la versión ampliamente difundida por la Fiscalía General del Estado de Chiapas, al retomar todo el contexto político y específico de tal suceso, no puede eximirse la responsabilidad de las FRIP en ello.

Hasta el momento las instituciones como el Ejecutivo estatal, la FGE, la Secretaría de Seguridad del Pueblo (SSP), se han mantenido en la defensa férrea de las FRIP, y pasan por alto el cúmulo de quejas, inconformidad y negativa del pueblo a su despliegue. Posterior a la crítica oficial desde el gobierno federal y de su exigencia para que los policías sean sancionados, el Congreso local mostró su desacuerdo con la posición y defendió la forma de operar de la corporación.

El pueblo sabe de sobra que las FRIP es una institución policíaca de élite que en esencia no se distingue de las anteriores que se caracterizaron por ejecutar la represión, la violencia, la extorsión y el robo descarado. Los municipios donde han hecho presencia las denuncias y comentarios de su proceder antipopular crecen y reafirman la idea de que son más de lo mismo.

Esta ha sido la fisonomía de los grupos políticos al interior de Morena y su proceder, que ante la contradicción y el error político se aferran a la defensa de sus cotos de poder, donde los intereses del pueblo son contemplados en arengas y eslóganes de campaña.

En Chiapas, los hechos de violencia han plantado un gran cuestionamiento y ha desmentido al gobernador, acerca de que como entidad ya está totalmente pacificada, las muertes de sus elementos policíacos y los “enfrentamientos” se conforman en escenarios que evidencian la contradicción entre los grupos de poder, y que la llamada pacificación pende de un hilo, el del reparto del mercado y el botín que deja las actividades económicas subterráneas.

La estrategia de seguridad y el cuerpo castrense del gobierno estatal en turno ha quedado expuesto en el escenario internacional como lo que son, un conjunto de herramientas políticas que pretender cerrar el paso a la inconformidad organizada, garantizar los intereses empresariales y consolidar un grupo de poder que hoy es parte de las estructuras del Estado.

La apuesta por una política de seguridad pública basada en la afición por el uso de cuerpos policíacos militares devela un carácter autoritario y reaccionario, a pesar de que se le quiera maquillar con una estrategia de medios en redes sociales o discursos elocuentes; un hecho que sólo atiza con mayor fuerza la inconformidad popular, y tarde o temprano termina por emerger en crítica política.

Las contradicciones entre los gobiernos estatal y federal al no ser antagónicas, se resuelven con el acuerdo, con mutuos condicionamientos, que se descargan en el pueblo con medidas profascistas.

El pueblo está en su legítimo derecho en cuestionar por la vía organizada, de manera independiente, este tipo de políticas que sólo laceran aún más la condición de oprobio en la que vivimos.

¡Por la unidad obrera, campesina, indígena y popular!

Frente Nacional de Lucha por el Socialismo
FNLS

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