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Hoy, el pueblo de México, reivindicamos este hecho histórico en un contexto de represión y terrorismo de Estado
Jueves 13 de octubre de 2016, por
Ciudad de México a 12 de octubre de 2016
A los pueblos del mundo
A las organizaciones populares, democráticas e independientes
A los organismos defensores de los derechos humanos
A los medios de comunicación nacional y del extranjero
A las víctimas del terrorismo de Estado
Al pueblo en general
Los pueblos del mundo mantienen en su memoria las luchas que ha librado a lo largo de la historia contra sus opresores y explotadores, situación al que este 12 de octubre se cumplen 524 años más de lucha y resistencia de los pueblos contra sus opresores, contra los atropellos de caciques de horca y cuchillo que despojaron y saquearon. Fecha importante para el pueblo de México porque este constituye la expresión e intenso inicio de la lucha de clases en la historia de nuestro país.
Lo que para los ideólogos de la burguesía es el “encuentro de dos culturas, “de dos mundos” o “el descubrimiento”, para el pueblo trabajador es la conquista, dominio y exterminio de los pueblos de México y América, momento histórico que marca un proceso truncado para los pueblos nativos del siglo XV y hoy reivindicativa para no olvidar la lucha y resistencia que han ofrecido los pueblos contra el sometimiento en el periodo colonial en este proceso dialéctico histórico de nuestro país.
Hoy, el pueblo de México, reivindicamos este hecho histórico en un contexto de represión y terrorismo de Estado contra el pueblo organizado y no organizado, cuya expresión son el cometido de crímenes de Estado y de lesa humanidad con desapariciones forzadas por motivos políticos y sociales, ejecuciones extrajudiciales, tortura, prisión por motivos políticos, amenazas de muerte, hostigamiento y seguimiento a activistas políticos y defensores de los derechos humanos.
En la vía de los hechos el gobierno mexicano es quién ejecuta esta política contra el pueblo de México, a través de sus agentes policíacos, militares y paramilitares; cuerpos represivos que actúan, ya sea por comisión o aquiescencia, bajo órdenes de sus mandos supremos, en este caso en cadena de mando conduce hasta el ejecutivo federal. No hay acto que realicen sin el consentimiento de su jefe superior: el presidente de la República.
La ejecución extrajudicial del luchador social Ricardo Mejía Samaniego, las amenazas de muerte contra integrantes del Comité Cerezo México, el seguimiento policíaco contra integrantes del FNLS, la ejecución de los dos estudiantes de la normal Rural de Ayotzinapa, la detención desaparición de 4 jóvenes y posterior ejecución de 3 en Veracruz, son expresiones de esta política de terrorismo de Estado, medidas que adopta el régimen actual para imponer con sangre la dictadura de la burguesía.
La respuesta del Estado mexicano a las demandas de justicia de las miles de víctimas es la ejecución de más crímenes de lesa humanidad, es la represión contra el pueblo organizado y no organizado. Querer pasar la factura al “crimen organizado” es para eludir la responsabilidad del gobierno en el cometido de estos crímenes, sin embargo, el pueblo trabajador ha dado cuenta del carácter antipopular del gobierno actual, su afinidad y respaldo total a las políticas neoliberales e imperialistas.
Resulta absurdo que detengan y desaparezcan a las personas y las presenten ejecutadas, decapitadas y desmembradas como cualquier otro objeto desechable que producen los capitalistas, o quieran pasar las ejecuciones extrajudiciales como un simple “robo” o consecuencia de un “asalto”, es decir, de la “delincuencia común”, del “narcotráfico o delincuencia organizada”. Nada más falso, cada uno de los crímenes que se extiende a lo largo y ancho del país de manera generalizada y sistemática y tiene patente en la política de Estado.
Uno de los ejemplos de esta respuesta del Estado mexicano es el caso de los luchadores sociales Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya, detenidos desaparecidos en el año 2007 en Oaxaca. Caso que por la combinación jurídico político se logra que un juez federal emitiera la resolución 29/2014 para su búsqueda y localización en cuarteles militares, siendo este caso, un hecho al que a todas luces nos conducen como autores materiales e intelectuales las fuerzas castrenses y sus altos mandos así como autoridades de los tres niveles de gobierno.
La exigencia del pueblo y sus organizaciones, familiares y defensores de los derechos humanos por el cumplimiento de esta resolución, lleva en sí, el riesgo de ejecutarse nuevos crímenes de Estado y de lesa humanidad contra los que abrazamos esta exigencia como necesidad histórica en la exigencia de juicio y castigo a los perpetradores de la desaparición forzada de los dos luchadores sociales al que el Estado mexicano tiene visible en todas partes las huellas de ser un crimen de Estado, por lo que hoy, el Estado mexicano al frente de Peña Nieto se lanza en casería para que a través de la ejecución de nuevos crímenes el pueblo y sus organizaciones desistan de su exigencia de acato a la resolución jurídica; por ello, el intento de ejecución extrajudicial de 5 compañeros del FNLS en la Ciudad de México; el asesinato de nuestro compañero Héctor Sántiz López; la desaparición forzada de Fidencio Gómez Sántiz; el intento de desaparición forzada de la compañera María Sántiz López; el hostigamiento militar en la casa Campesina de Tecoluco, en Hidalgo; la toma por asalto de la comunidad El Carrizal, Chiapas; el hostigamiento y amenazas policía-militar y del CISEN contra integrantes del FNLS en Oaxaca, Puebla y Chiapas, una práctica de terrorismo de Estado contra el pueblo organizado.
Nuestras aseveraciones no son producto de imaginaciones, sino de la documentación de graves violaciones a los derechos humanos, e incluso, constitucionales que dan cuenta de la política del Estado mexicano hacia este proyecto político organizativo de manera sistemática y generalizada. Son sólo algunos ejemplos de la aplicación de su política de terrorismo de Estado contra el pueblo organizado, de ahí, una infinidad de crímenes contra el pueblo trabajador del campo y la ciudad que forman parte de los lineamientos contrainsurgentes que se aplican con la mano y apoyo total del imperialismo. Un ejemplo de lo que sucede a nivel nacional contra todas las víctimas del terrorismo de Estado.
En este contexto de terrorismo de Estado, el pueblo trabajador de México, independientemente del sector al que pertenezca, se es objeto de esta política de Estado y los estragos se palpan en el campo y la ciudad. La pobreza y la miseria no son exclusiva de un sector. La explotación y opresión de la clase burguesa se extiende sin importar sector, por tanto, entre los trabajadores del campo y la ciudad es necesidad la lucha hombro a hombro, como hermanos de clase.
Se hace imprescindible la coordinación de todos los esfuerzos, no podemos quedarnos callados, debemos salir a las calles a denunciar con dignidad y combatividad, porque las víctimas son del pueblo es éste el que debe exigir justicia, así como juicio y castigo a los responsables.
¡Alto al terrorismo de Estado contra el pueblo organizado y no organizado!
¡Alto al terrorismo de Estado contra los trabajadores del campo y la ciudad!
¡Alto al terrorismo de Estado contra el movimiento estudiantil-popular en el país!
¡Presentación con vida de todos los detenidos desaparecidos en el país!
¡Presentación con vida de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez!
¡Presentación con vida de nuestro compañero Fidencio Gómez Sántiz!
¡Libertad a todos los presos políticos en el país!
¡Por la unidad obrera, campesina y popular!
Frente Nacional de Lucha por el Socialismo