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8 de marzo, DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER PROLETARIA
Viernes 7 de marzo de 2025, por
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, 07 de marzo de 2025
A los medios de comunicación
A la opinión pública
La lucha del pueblo por su liberación de las cadenas capitalistas ha sido uno de los objetivos del movimiento feminista de carácter socialista, que en abierta lucha contra el régimen social que se basa en la explotación y opresión llamó a las mujeres del mundo a luchar por las libertades democráticas y para el derrocamiento del sistema capitalista, sobre la base de que la lucha es contra la explotación y opresión como punto de partida para la consecución de otros objetivos políticos, mantenerse en la arena política de la lucha revolucionaria.
Las fuerzas imperialistas y reaccionarias del mundo han hecho todo lo posible por desterrar este planteamiento político que lucha contra la opresión y la explotación para suplantarla por un conjunto de conceptos y luchas que las mantienen dentro del mismo régimen social.
En el actual contexto del país la lucha de las mujeres tiene un carácter reaccionario porque se funda en la lucha contra el sexo opuesto y por el logro específico como sector femenino, así es como desde la democracia burguesa y el Estado hoy han afianzado la frase de que por fin han arribado las mujeres al poder.
Afirmación falsa debido a que la presidente Claudia Sheinbaum no representa a las mujeres del país, a las mujeres que padecen en carne propia la violencia gubernamental, la violencia estructural del régimen económico, la condición de explotadas y oprimidas, así como el conjunto de flagelos que hoy son parte de las denuncias de distintas expresiones políticas.
El feminismo que hoy reduce todo a la denominada paridad de género es reaccionario, porque para ellos la igualdad es cuantitativa sin que se modifiquen las relaciones de explotación y opresión, pretender que éste sea el último peldaño de la lucha del movimiento feminista es castrar políticamente la lucha por la libertad.
Las mujeres que enarbolan este planteamiento le hacen un flaco favor a la clase burguesa, porque sirven de instrumento para legitimar y justificar la existencia del Estado burgués y las relaciones de explotación y opresión capitalista.
Claudia Sheinbaum en su condición de mujer en nada ha modificado el carácter del Estado burgués, los mandatos del imperialismo norteamericano han sido aceptados sin mayor oposición, donde ahora pretende justificar la propia intervención militar de los Estados Unidos de América.
Al interior del país es una firme promotora de prolongar el tiempo de explotación del gremio magisterial con la iniciativa de la Ley del ISSTE, cuya afectación recae sobre las espaldas de los trabajadores de la educación, sin importar si son hombres o mujeres; además del conjunto de hechos represivos que comienzan a presentarse en distintas regiones del país.
Mientras el capitalismo siga de pie el conjunto de problemas y flagelos que padece la mujer se repetirán una y otra vez, donde la degradación humana será el signo distintivo de cada época. Los lastres de las viejas formas de expresión de las relaciones capitalistas se amalgaman con las nuevas formas de explotación y opresión.
Tampoco ha sido impedimento para que la violencia institucional cese contra el pueblo mexicano, ya que en varias entidades del país la violencia se mantiene, donde la mayoría de las víctimas son del pueblo trabajador.
En Guerrero la violencia se dirige contra el pueblo organizado y no organizado, allí donde décadas atrás la voluntad de luchar del pueblo brillo por su combatividad, ahora es presa y objetivo de los cuerpos represivos oficiales y extraoficiales.
En Oaxaca está en marcha una ofensiva contra el movimiento popular independiente, el partido político de Morena emerge como un partido político más y asume una política de omisión, aquiescencia, responsable del baño de sangre.
Chiapas, Veracruz y Tabasco brillan por su condición de violencia, que se ejecuta contra hombres y mujeres, se reprime, ejecuta de manera extrajudicial y se desaparece de manera forzada, que coincide con el despliegue de cuerpos represivos de élite, al amparo del desarrollo capitalista.
Chiapas es escenario de la violencia policíaca, donde ya se escuchan las voces inconformes por los abusos de las Fuerzas de Reacción Inmediata Pakal, un panorama que augura la recurrente violación de los derechos humanos y la anulación de los derechos constitucionales, y desde la titularidad de la Secretaría de Seguridad del Pueblo no hace más que defender y justificar el actuar a toda costa, no importando que las víctimas sean mujeres o niños.
La condición de la mujer en Chiapas aún es de sometimiento y opresión, producto de las relaciones que derivan del sistema capitalista y de aquellas que se fundan en los usos y costumbres, relaciones de épocas pasadas.
En Chiapas aun privan formas de degradación humana donde a la mujer se le considera un objeto o mercancía, donde se le intercambia por la dote o por determinada cantidad monetaria, y que se escuda en los usos y costumbres hoy denominado de manera grotesca “chiapanequidad”.
Para muchos esta forma de degradación humana se le eleva a motivo de culto y admiración, donde el hombre y la mujer se someten a reglas de carácter gentilicio, y la mujer no es considerada como sujeto volitivo, sino como el medio para la consecución de intereses económicos.
La defensa de la mujer desde la institucionalidad es declarativa, no una vocación o política de gobierno, ya que, si por esa condición se ponderan las decisiones políticas, varias de las organizaciones que hoy luchan por libertades democráticas o exigen justicia por sus seres queridos que han sido víctimas de las prácticas del terrorismo de Estado, deberían ser atendidas con prontitud y de manera expedita y sobretodo se hubieran resuelto las exigencias para evitar prolongar el suplicio.
Los programas asistencialistas que están dirigidas a las mujeres no la liberan de las ataduras capitalistas, las someten aún más a la dependencia económica y a la degradación humana, su objetivo político es tener a una masa clientelar para las coyunturas electorales.
El movimiento feminista que reivindica distintas exigencias o lucha por libertades políticas dentro del propio sistema capitalista, debe abrazar la necesidad de la unidad política como hermanos de clase, de arribar a distintos grados de coordinación política contra los mismos fenómenos que nos laceran a hombres y mujeres, de lo contrario el sistema que genera este conjunto de contradicciones y flagelos sólo se presentará en nuevas formas de opresión.
En torno al día internacional de la mujer, queremos expresar que los planteamientos que dieron origen al movimiento feminista en el mundo, del seno de las fuerzas socialistas, las mantenemos con vida, y ondeamos la bandera de la lucha por el socialismo, en la lucha contra el sistema capitalista, en unidad con las clases explotadas y oprimidas.
Fraternalmente
¡Por la unidad obrera, campesina, indígena y popular!
Frente Nacional de Lucha por el Socialismo
FNLS