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Caso Tila: omisión y aquiescencia gubernamental

Martes 25 de junio de 2024, por Chiapas

San Cristóbal de Las Casas, Chiapas a 25 de junio de 2024

A los medios de comunicación
A la opinión pública

Caso Tila: omisión y aquiescencia gubernamental

Los problemas al que se enfrenta el pueblo del municipio de Tila, Chiapas, forman parte de viejos problemas agrarios que el Estado pretende resolver a partir de la imposición de sus condiciones en un escenario de una política del paramilitarismo y la contrainsurgencia. Las consecuencias que derivaron en muertes o asesinatos se cometieron por una política de omisión y aquiescencia gubernamental durante largos años.

Las fuerzas encontradas son las mismas de antaño, el Estado a través de sus instituciones que quiere al costo de la sangre del pueblo instalarse como poder municipal y, la otra, la inconformidad popular en la negativa de aceptar la instalación del poder del Estado. Esto ha implicado la disputa de tierra en el ejido Tila, donde años atrás fue desplazado el poder municipal y desde entonces la violencia escala.

El Estado mexicano y algunos medios pretenden diluir la esencia del problema en una supuesta confrontación entre bandas delictivas. Se habla del efecto como son los asesinatos y el desplazamiento masivo pero no de las causas y el objetivo contrainsurgente del Estado en esta región y en particular en este municipio.

La larga lista de muertes o asesinatos que se dan en este municipio son responsabilidad del Estado ya sea por omisión o aquiescencia. Como dijo el presidente de la república, “es un problema de hace décadas”, y en este caso, al no atender el problema del que él tiene conocimiento, se vuelve corresponsable de todos los hechos derivados del conjunto de este problema.

Existe una larga lista de víctimas mortales que igual que en otras regiones del estado el gobierno minimiza su existencia o por connivencia los deja al amparo del actuar de grupos de carácter paramilitar. La región selva norte, en particular, en el municipio de Tila existe antecedentes históricos con presencia paramilitar auspiciados desde el poder en turno.

Con el desplazamiento de cientos de familias que se refugiaron en los pueblos circunvecinos como el ejido Petalcingo y el municipio de Yajalón, después de la escalada de la violencia en Tila, todo se quiere poner a la luz de la delincuencia organizada y el narcotráfico y dejan a un lado el papel del Estado en su labor contrainsurgente.

El retorno de los desplazados de manera forzada tampoco se resuelve sin la existencia de condiciones reales, es decir, sin el respeto y la solución de la exigencia que dio origen el descontento popular, menos aún, con la militarización de este municipio que traería consigo el apuntalamiento de grupos paramilitares, por ende, mayor descomposición social de la que existe hasta la fecha.

El Estado debe escuchar la voz del descontento popular y dar una solución, más allá de escuchar a sus agentes como acostumbran los gobiernos en turno, sea para dilatar o simular la atención del problema o agudizarla. La responsabilidad por omisión y aquiescencia gubernamental esta a la vista, ningún gobierno de los tres niveles dan una solución responsable del problema y más que resolverla pretenden administrarla a su conveniencia.

Atentamente
¡Por la Unidad Obrero, Campesino, Indígena y Popular!
Frente Nacional de Lucha por el Socialismo

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