Tsajal Ek’ 32: La incongruencia de los políticos de oficio

La incongruencia de los políticos de oficio

Los políticos de oficio al hablar de derechos humanos no son congruentes, sino demagogos, sus conceptos vertidos en la materia hacen referencia a su retórica oficialista cuya finalidad es ganar simpatía en determinados sectores populares, limpiar su imagen por su pasado reciente como promotores de la represión contra el pueblo.

Hablar de derechos humanos, para los políticos de oficio es parte de su retórica, es una manera para llegar a los ojos y oídos del pueblo despolitizado a fin persistir en su labor para limpiar su imagen manchada por sus actos de represión cometidos en el presente sexenio como del pasado.

Basta recordar la ofensiva represiva cometida contra el Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS) en julio de 2019, la ejecución extrajudicial de activistas políticos, la represión contra estudiantes de la Normal Rural Mactumactza, desplazamiento forzado contra integrantes del MOCRI-EZ, hechos acaecidos en el presente sexenio.

Dichos acontecimientos no los podemos obviar, mucho menos olvidar, porque son casos recientes como evidencia de la contradicción entre el discurso y la práctica de los políticos de oficio cuando refieren respetar o promover los derechos humanos y “libertades fundamentales” del pueblo.

El pasado titular de la Fiscalía General del Estado, el gobierno de Chiapas en turno, por mencionar un par de ejemplos, prueban con precisión nuestras tesis, porque alardear acerca del tópico de los derechos humanos debe reflejarse en la práctica, en hechos concretos, no de manera vacua a través del discurso.

El contexto actual en la entidad está marcado por la violencia institucional, es otra prueba del amplio trecho entre el discurso y los resultados del mismo, o, la no correspondencia entre teoría y práctica, aunque de todo hombre del régimen, el pueblo nunca debe confiar.

El ambiente político en la entidad está marcado por la intensificación de la militarización, el paramilitarismo, así como el acelerado avance de la descomposición social, que en suma, arrojan resultados negativos en materia de derechos y libertades políticas del pueblo, aunque, paradójica e irónicamente favorable para el Estado.

Por otro lado, con la pandemia el derecho a la educación, la salud, el trabajo fueron escamoteados. Respecto del tema educativo, los pobres y miserables en Chiapas acceder a ese derecho durante la contingencia generó un retroceso, profundizó el rezago en la materia, por tanto, es falso el argumento de los políticos de oficio chiapanecos de combatir el rezago, si miles de infantes se forman como analfabetos funcionales.

La causa es obvia, los salarios de hambre no garantizan el derecho a la alimentación, mucho menos para las “recargas”, renta por el servicio de internet o la adquisición de teléfonos o computadoras, ¡vaya!, en algunas comunidades no cuentan con servicio de energía eléctrica.

Ni “estrategia integral”, mucho menos combatir el rezago educativo, luego entonces, no hay garantías para el pleno ejercicio de los derechos humanos, por lo tanto, esa fraseología es demagogia, los políticos de oficio mienten.

Abordar el tema educativo en general desde la óptica de los derechos humanos en boca de quienes presiden las autoridades de gobierno y senadores chiapanecos, sin atender las particularidades es fácil engullir la verdad, promover la confusión, por ejemplo, nada dicen de la persecución contra trabajadores de la educación consecuentes por la defensa de sus derechos laborales como al derecho a la educación.

Por ejemplo, el caso de profesores de la Asamblea Estatal Democrática de la Sección 40 (AED-40) objeto de judicialización por la defensa de la educación pública, gratuita, así como evidenciar las medidas político administrativas contra el sector.

Hablar de los derechos humanos para los políticos embestidos por los colores de uno y otro partido político electorero es fácil, pero en los hechos, en Chiapas, las desapariciones forzadas aumentan, la descomposición social crece, con ello, la justificación para la ejecución de operativos policíaco militares a riesgo de recrudecerse el cometido de más violaciones a los derechos humanos.

El discurso de los gobiernos en turno, diputados, senadores, presidentes municipales buscarán siempre la conquista del pueblo despolitizado, de las mentes ingenuas, pero jamás obtendremos de los políticos de oficio pleno respeto a nuestros derechos humanos, sino es a fuerza de organización los trabajadores del campo y la ciudad.

Luchar por la vía independiente y combativa por el respeto a nuestros derechos humanos y constitucionales implica estar conscientes de la necesidad de lucha por ellos, porque de ello dependerá paso a paso, una vida digna para los pobres del campo y la ciudad, hasta convencernos de la necesidad de luchar por el socialismo.

¡Por la unidad obrero, campesino, indígena y popular!
Frente Nacional de Lucha por el Socialismo