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Estado mexicano niega el derecho a la salud al pueblo trabajador

Martes 14 de junio de 2022, por Chiapas

Chiapas a 13 de junio de 2022

A los medios de comunicación

A los organismos defensores de los derechos humanos

Al pueblo en general

Estado mexicano niega el derecho a la salud al pueblo trabajador

La salud es un derecho plasmado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos como un derecho humano público y gratuito que el Estado Mexicano está obligado a garantizar, independientemente de la voluntad política de los gobiernos en turno, pero en los hechos, este derecho se les niega a los trabajadores del campo y la ciudad al no existir condiciones mínimas para satisfacer las exigencias populares en esta materia.

Si la salud es un derecho humano reconocido en la Constitución como un derecho que el Estado debe garantizar de forma obligatoria, el pueblo trabajador también está en el derecho de exigir su sentido público y gratuito. Los gobiernos en turno solo recurren mediáticamente a la demagogia para engañar al pueblo y esconder las condiciones deplorables, denigrantes y todas las carencias en infraestructura, tecnología, medicamentos e insumos básicos para ofrecer este servicio.

Para una intervención médica básica en los hospitales del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y, de acuerdo a las necesidades del paciente se le solicita, por ejemplo: un Normogotero, Omeprazol, motoclopramida, entre otros, dinámica diaria que el pueblo urgido por atención médica es forzado a obtener si desea entrar en un proceso de “recuperación” y no fenecer en el peor de los escenarios. Realidad que nos remite, no a cientos de casos en el país, sino a miles.

El derecho a la salud no está garantizado, el pueblo pobre se da cuenta de ello cada vez que acude por necesidad a un centro de salud u hospital, cada paciente tiene que hacer largas filas o esperar horas, días, semanas o incluso meses para una consulta médica, estudios o intervención quirúrgica en todas las especialidades, situación agravada en los estados del sur-sureste del país como Oaxaca, Tabasco y Chiapas.

La contradicción entre los intereses populares y los burgueses es cada vez más profunda, se expresa en las condiciones de existencia y los derechos no garantizados por el Estado al pueblo del campo y la ciudad. El contexto no es exclusivo a experiencias en la administración actual, sino resultado de una política de continuidad neoliberal que profundiza las contradicciones entre la satisfacción de las necesidades populares y empresariales.

Es demagógico sostener que la gratuidad de la salud avanza, existe negación y limitaciones en el acceso a este servicio al que se enfrenta el pueblo y está en estrecha relación a la política económica que prevalece en el país, el capital convierte en mercancía toda necesidad humana como la salud.

En el capitalismo la salud es un servicio que entra en las leyes de la oferta y demanda, se ofrece como mercancía, quien la necesite y pueda adquirirla debe comprar, y quien la vende, procura que tal mercancía se realice de acuerdo a las leyes de explotación y opresión capitalista aunado a la política de gobierno.

El gobierno actual privilegia el adiestramiento, la construcción y acondicionamiento de los cuarteles de la Guardia Nacional para el fortalecimiento del Estado policíaco militar y salvaguardar los intereses oligárquicos, pero no es así con los centros de salud y hospitales que extienden sus salas de espera en aceras y banquetas de nosocomios. Es más cercano un cuartel policíaco militar que un hospital general y de alta especialidad.

La formación de médicos en México y su fuerza de trabajo especializado, está expuesta y trastocada por las relaciones sociales de producción capitalista. La moral con la que éstos se desenvuelvan en el ejercicio de su profesión se encuentra imbuida en general a principios burgueses, los principios humanos de sensibilidad y solidaridad con el paciente y con el pueblo explotado reman a contra corriente.

Los gobiernos en turno recurren insistentemente a la aplicación del estado de derecho cuando el objetivo es ejercer el uso de la fuerza pública contra el pueblo organizado y movilizado, unen fuerzas para reprimir al descontento popular y quedan inmóviles ante la obligación del Estado de garantizar la salud como derecho humano. Se viola sistemáticamente la Carta Magna al no garantizar los derechos básicos del pueblo trabajador en su carácter interdependiente, indivisible y progresivo.

El pueblo esta en el legítimo derecho de mantener sus exigencias y protestar para que este derecho sea garantizado como parte de las obligaciones del Estado Mexicano independientemente de la voluntad política del gobierno en turno.
Combativamente

¡Por la unidad obrero, campesino, indígena y popular!
Frente Nacional de Lucha por el Socialismo

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