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Los derechos humanos no se negocian ni están sujetos a actitudes prepotentes de corporaciones policíacas

Domingo 29 de agosto de 2021, por Ciudad de México

Ciudad de México a 29 de agosto de 2021

A la opinión pública

Los derechos humanos y el acceso a la justicia no se negocian, mucho menos están sujetos a actitudes indolentes y prepotentes de individuos, quienes se sienten superiores por el simple hecho de portar uniforme, armas e insignias de corporaciones policíacas, independientemente si es mujer y hombre, ambos son sujetos desclasados, a quienes no les importa reprimir a sus hermanos de clase.

En la Ciudad de México, se ha hecho cotidiano la actitud prepotente de la policía de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, en sus actos expresan la política de gobierno hacia el pueblo en general, y en específico al que protesta, al que exige justicia por tener familiares víctimas de desaparición forzada, asesinados o presos políticos.

La protesta popular es un derecho del pueblo, un instrumento político para manifestar y expresar opiniones o ideas, también para denunciar, demandar o exigir el cumplimiento de los derechos y libertades políticas del pueblo trabajador, sobre todo cuando son transgredidos por los gobiernos en turno por su política antipopular o represiva.

Las acciones de protesta están asociados a la defensa de los derechos del pueblo trabajador, en muchas ocasiones se recurre a este derecho como una forma de manifestar inconformidad por hechos puntuales de violencia cuyas expresiones son represión, detenciones arbitrarias, hostigamiento, amenazas de muerte, desapariciones forzadas o asesinatos políticos.

Exigir la presentación con vida de los detenidos desaparecidos no es un “delito”, demandar la libertad inmediata de los presos políticos no es “peligroso”, pero, tal parece que para el gobierno de la Ciudad de México exigir memoria, justicia y libertad es un acto “delincuencial”, por eso a través de sus corporaciones policíacas, nos hostigan y amenazan con pasar a “otro nivel” en el plantón que tenemos instalado afuera de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Es perverso que el gobierno de la Ciudad de México a través de sus agentes policíacos intente impedir este derecho, la arrogancia, prepotencia y agresividad con la actúan es una expresión de la política que ejecutan contra las organizaciones populares e independientes. En su acción expresan el desprecio hacia sus hermanos de clase.

Lo que hacen no es casual o espontáneo pasa por el consentimiento de sus superiores y éstos en cadena de mando por las decisiones de la jefatura de gobierno, por tanto, no es desconocimiento de la Dra. Claudia Sheinbaum el plantón que tenemos afuera de la SCJN.

Las expresiones de los agentes policíacos denotan desprecio al pueblo que protesta, su actuar es producto de lo que aprenden en las academias de policía, por tanto, no es novedosa, eso los identifica como lo que son, hombres y mujeres desclasados al servicio del gobierno mexicano, quienes se sienten con el poder en la mano por su insignia, uniforme y arma.

Nuevamente vuelven a insistir, “tengo órdenes de no dejarlos pasar”, a quién se refieren estos señores, a su jefe, el titular se la Secretaría de seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Hartfuch o a la jefa de gobierno, la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, porque ellos son sus máximos superiores, de lo contrario, entonces, ¿quién es el que da la orden a esos elementos policíacos de agredirnos?, ¿quién es el que les dice que prohíban el paso a nuestros compañeros?

La actitud de los elementos policíacos no es casual, es una política de gobierno, en este caso, el que da las órdenes no presenta el rostro, sólo envía a sus emisarios a provocar y generar las condiciones para justificar la represión, a ello obedece el siguiente comentario de la oficial, “si siguen, lo pasamos a otro nivel”, ¿a qué nivel se refiere?, ¿acaso la intimidación y hostigamiento policíaco pasa por distintos niveles?

Lo que hacen es hostigar, en los hechos se convierte en represión contra el pueblo organizado que protesta para exigir la presentación con vida de los detenidos desaparecidos y la libertad de los presos políticos; demanda que desde hace años hemos enarbolado, porque en México la desaparición forzada no se ha erradicado, esta práctica deleznable tiene continuidad en un gobierno que alardea de “respetar los derechos del pueblo”, así como “pacificar el país” y “terminar” con la violencia.

Pedir los nombres de “líderes”, las credenciales de nuestros compañeros son actos de intimidación de la policía capitalina, no es la primera vez que lo hacen, es una característica de esta corporación policíaca, a quien la quieren presentar como “pueblo uniformado”, no obstante, lo que pretender obviar, es que son sujetos que reciben un salario de nuestros impuestos y por ese dinero nos reprimen.

La pregunta está hecha, ¿para qué pedir una identificación oficial a personas que sólo quieren pasar por una calle? Eso sólo lo hacen los gobiernos autoritarios y fascistas como una medida de control en la población, de lo contrario, qué tipo de administración gobierna en la Ciudad de México, siempre alardea de respetar los derechos humanos, pero la realidad expresa todo lo contrario.

En el FNLS somos hombres y mujeres, sujetos políticos quienes luchamos por mejores condiciones de existencia, así como por el socialismo en México, por tanto, son diversos sectores los que lo conformamos, en tanto que todos participamos en ella y contribuimos al desarrollo de las tareas políticas, no son las individualidades las que hacen la organización sino la colectividad en su conjunto. En consecuencia, no hay líderes en nuestra organización.

Nos queda claro que lo ocurrido con nuestros compañeros es política de gobierno, es del pleno conocimiento del gobierno de la Ciudad de México y del gobierno federal, las demandas que enarbolamos como presentación con vida de los revolucionarios Gabriel Alberto Cruz Sánchez, Edmundo Reyes Amaya, la de nuestro compañero Fidencio Gómez Sántiz, así como la libertad de nuestros compañeros Javier, Armando, Venturnio, Asunción, Leobardo e Higinio, presos políticos en los estados de Chiapas, Michoacán y Veracruz, son de su entero conocimiento, ello testifica que no tienen el mínimo interés de atenderlas.

En esas condiciones no vamos a dejar de denunciar ni realizar actividades de protesta, mientras las cárceles alberguen a nuestros compañeros, presos políticos de la actual administración morenista las razones de luchar sobran; mientras los detenidos desaparecidos de manera forzada no sean presentados con vida ni se enjuicie y castigue a los responsables materiales e intelectuales de tan aberrantes crímenes, miles de razones habrá para salir a las calles a consignar, ¡porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!, ¡presentación ya!

Atentamente
Frente Nacional de Lucha por el Socialismo
FNLS

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