Suspensión de aranceles está lejos de ser una victoria para México

México, a 3 de febrero de 2025

A los medios de comunicación
A la opinión pública

Luego de la imposición de los aranceles a las importaciones de los productos mexicanos y la consecuente comunicación entre la presidente Claudia Sheinbaum y el mandatario Donald Trump, se acordó la suspensión de esta medida coercitiva durante un periodo de un mes, en el cual el gobierno mexicano se comprometió a entregar resultados sobre temas de migración, tráfico de drogas y comercio.

Tales resultados son presumidos desde la oficialidad como una "victoria" y desde la voz de diferentes políticos de oficio se pretende engañar al pueblo de México sobre una "heroica" defensa de la soberanía nacional, sin embargo, los mismos acuerdos y declaraciones de ambos presidentes indican que los aranceles sirvieron de instrumento de presión para la llegada de acuerdos más benéficos a los intereses de la presente junta administrativa estadounidense.

El envío inmediato de 10 mil elementos de la Guardia Nacional a la frontera con Estados Unidos confirma lo que anteriormente hemos denunciado, se nos impone el papel de patrulla migratoria para cuidar la frontera estadounidense, condición a la que diferentes gobiernos han aceptado como el de Enrique Peña Nieto que aceptó reducir el transito de inmigrantes a condición de dar marcha atrás a los aranceles impuestos sobre el acero y el aluminio en el 2018, así como, la militarización de la frontera sur de México y la aceptación del programa "Quédate en México" por el gobierno de Andres Manuel López Obrador ante la amenaza trumpista de imponer aranceles.

Sobre el tráfico de drogas de México a Estados Unidos, este se ha hecho un fenómeno inherente al capitalismo, donde estas sustancias figuran como una mercancía más que aporta importantes ganancias para importantes oligarcas. La obtención de tales beneficios se logra a través del lavado de dinero por operaciones bancarias de diversa índole y en bancos tanto nacionales e internacionales.

Como ocurrió con el opio en Asia, las drogas son usadas como herramienta para mantener la dominación sobre las masas populares, quienes se ven como principales consumidores, no por gusto o voluntad propia, sino por las condiciones de miseria y hambre a las que se les obliga soportar y la promoción de la descomposición social. Por lo tanto, este fenómeno afecta tanto al pueblo de Estados Unidos y de México y se profundiza más en medida que la crisis económica capitalista persiste.

Está comprobado que en el proceso de producción y distribución de drogas participan diversos actores que van desde la Agencia Central de Inteligencia (CIA), el FBI, la DEA y funcionarios mexicanos de diverso color partidario como Genaro García Luna, Salvador Cienfuegos y Manuel Bartlett, este último, ex militante del PRI reciclado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador para ocupar un puesto estratégico durante su gobierno, pero con un pasado que lo involucra con el asesinato el agente de la DEA Enrique Camarena. En conclusión, en el fenómeno del narcotráfico y la delincuencia organizada existe toda una red de complicidad que va desde los grupos criminales, pasa por diversos funcionarios y mandos militares y llega hasta los organismos de inteligencia norteamericana.

Las palabras de Donald Trump tienen cierta verdad, si no "tuviera los pelos de la burra en la mano", no se atrevería a realizar tales declaraciones, pero deliberadamente omite que este fenómeno es alimentado desde el imperialismo norteamericano con la finalidad de seguir abrazando millonarias ganancias y utilizarle como instrumento de contrainsurgiencia y terrorismo de Estado.

Tenemos entonces que la pausa a los aranceles, en los hechos significa un respiro, una oportunidad para que el gobierno mexicano acate la agenda económica y migratoria de la presente junta administrativa, es decir, no se ha roto la dependencia económica de nuestro país respecto al imperialismo norteamericano, siendo negociables solamente las formas de cómo continuar ejerciendo el dominio económico sobre nuestro país. Por lo que los aranceles quedan como amenaza latente y un mensaje de "o se subordinan o cambiamos la reglas".

Nuestro llamado sigue vigente, la defensa de la soberanía nacional reside en el conjunto de oprimidos y explotados, levantemos la voz para repudiar la política agresora imperialista y ejerzamos la protesta en todas sus formas y modalidades.

Atentamente:
¡Por la defensa de nuestra soberanía nacional, abajo el imperialismo!
¡Por la Unidad Obrera, Campesina, Indígena y Popular!

Frente Nacional de Lucha por el Socialismo
FNLS