Las fuerzas militares representan el sostén del régimen burgués

Michoacán, a 19 de febrero de 2024

El Estado -burgués- no es el Reino de la razón, sino de la fuerza; no es el Reino del bien común, sino del interés parcial; no tiene como fin el bienestar de todos, sino de los que detentan el poder.
Karl Marx

A los medios de comunicación
Al pueblo de Michoacán, México y allende las fronteras

Las fuerzas militares representan el sostén del régimen burgués

En el 111 Aniversario del Ejército Mexicano, las fuerzas armadas fueron vestidas de elogios y pureza. Desde el estrado oficialista en Michoacán llamaron a los elementos castrenses "pueblo uniformado, símbolo de valor, disciplina, marcialidad y lealtad institucional el cual antepone los intereses de la nación y del pueblo de México a los personales"; mientras que Andrés Manuel López Obrador insistió en defender la imagen de las fuerzas castrenses y subrayó la "importante" labor de estas en la imposición de los proyectos oligárquicos de la autodenominada 4T.

Dejando de lejos todas las bellas palabras con las que los gobernantes y funcionarios de distinto nivel intentaron limpiar la imagen del Ejército Mexicano, los mexicanos debemos reflexionar sobre el papel que esta institución en la presente coyuntura marcada por la profundización de la crisis capitalista y el incremento de la violencia contra los oprimidos y explotados, pues la realidad dicta que las fuerzas armadas representan el principal sostén del régimen capitalista mexicano, el cual se mantiene en pie a base de represión y violaciones a los derechos humanos cometidos principalmente por elementos del "glorioso" Ejército Mexicano".

Desde su creación el 19 de febrero de 1913 por Venustiano Carranza, la institución militar se ha encargado de ejercer el dominio de la burguesía sobre el pueblo, en vista del contexto histórico, el Ejército Mexicano representa el brazo armado de la clase exploradora, por lo que combatió a las verdadera fuerzas revolucionarias representadas en ese momento por las banderas levantadas por Emiliano Zapata y Francisco Villa, ambos asesinados por quienes transformaron a la revolución mexicana de una lucha popular a una revolución democrático burguesa.

Es verdad que las fuerzas armadas se nutren de los hijos del pueblo, no existe destacamento alguno donde algún elemento no provenga de algún sector popular, obrero o campesino; sin embargo, la formación en las academias militares y campos de adiestramiento tiende a generar en los soldados una conciencia desclasada, sin lazos ideológicos con sus hermanos de clase más los dictados desde el poder burgués y una sed insaciable de sangre que les permite cometer aberrantes crímenes de lesa humanidad como la ejecución extrajudicial, la desaparición forzada y la tortura. Por lo tanto, la nación que defienden no es la del pueblo mexicano, sino la de la burguesía y oligarquía, se trata de un nacionalismo burgués que les obliga a subordinarse a los intereses egoístas y mezquinos del capital privado.

Es el carácter inhumano y desclasado de los centros de adiestramiento y cuarteles militares quien hace que las cifras de deserciones de las filas del ejército se mantengan constantes, son cientos de testimonios donde se denuncian los abusos y actos crueles y degradantes ejercidos sobre los cadetes y miembros de las milicias. Así mismo, ni generales ni funcionarios hacen algo ante la cantidad de militares que se encuentran también en condición de desaparición forzada.

Desde el 2019 estas han recibido un incremento presupuestal del 180%, les han sido entregados las ramas estratégicas de la economía como PEMEX, CFE, los puertos y las aduanas, el AIFA el Tren Maya, e importantes fideicomisos para aumentar sus arcas consolidando un poder económico grandes. Mientras que desde el curul y la silla presidencial, los políticos de oficio les garantizan impunidad y protección legislativa. De esta manera la presencia de militares en las calles rebasa la cifra de los 20 mil, de los cuales, tan sólo en los dos primeros meses del años, han sido desplegados tres mil elementos en Michoacán. De esta manera el presumido "perfeccionamiento" y "profesionalización" de las fuerzas armadas representa el fortalecimiento del Estado policiaco-militar, pues en medida que el fetiche sobre el "crimen organizado" continúa siendo el principal argumento para justificar la militarización, la presencia de militares en tareas de seguridad pública incrementan en razón que incrementa la violencia contra las masas trabajadoras.

Mientras que los mandos y políticos de oficio celebran este día, las violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad cometidas por estos "heroicos defensores de la patria", la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), la Secretaría de Marina y la Guardia Nacional acumulan quejas ante los organismos de derechos humanos gubernamentales y no gubernamentales. Mientras los verdugos del pueblo alzan sus copas para brindar, las víctimas del terrorismo de Estado continúan luchando en medio de un camino tortuoso que les impide alcanzar a la justicia.

Por tal motivo, para la nación mexicana, no hay nada que conmemorar en este día, pues para la mayor parte del pueblo mexicano, las fuerzas armadas representan el brazo represivo con el cual se configura un régimen de tendencia profascista, autoritario y criminal. Las voces que claman justicia y el juicio y castigo a los criminales de Estado como lo son las fuerzas armadas incrementan conforme la violencia de clase permanece.

Esta reflexión debe estar presente en la conciencia de los proletarios mexicanos, a quienes solamente nos queda la organización independiente y la lucha por el socialismo como alternativa para enfrentar la violencia burguesa, ejecutada hoy por los cuerpos policiacos y las fuerzas armadas.

Antentamente:
Por la Unidad Obrera, Campesina, Indígena y Popular

Frente Nacional de Lucha por el Socialismo
FNLS