Portada del sitio > Michoacán > Análisis. Esencia y fundamento del paramilitarismo
Análisis. Esencia y fundamento del paramilitarismo
Jueves 24 de agosto de 2023, por
Análisis. Esencia y fundamento del paramilitarismo
Definiremos como paramilitarismo a las organizaciones o grupos de civiles que son entrenados y pertrechados por las estructuras de Estado o grupos de poder con el fin de utilizarles para ejercer la represión contra el pueblo y organizaciones independientes. Al no ser parte de las fuerzas oficiales y legales del régimen, es usado para cometer desde desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, detenciones ilegales y demás crímenes de lesa humanidad sin que las fuerzas represivas estatales actúen directamente, pero dejándoles actuar bajo la aquiescencia del Estado.
Bajo esta práctica se pretende ahogar el descontento popular, ejecutar de manera impune la represión contra las masas populares, someterlas bajo el terrorismo de Estado y, atacar a los diferentes esfuerzos organizativos que son calificados desde las estructuras de inteligencia como adversarios políticos.
Al constituirse como el brazo armado no oficial del régimen para ejecutar la represión, se pretende diluir la responsabilidad directa del Estado en la ejecución de la contrainsurgencia y el terrorismo de Estado. Diferentes investigaciones periodísticas nacionales e internacionales dan cuenta que detrás de cada grupo paramilitar, existe toda una cadena de mando y responsabilidad gubernamental, quien es el que le garantiza entrenamiento, armamento, financiamiento e impunidad.
El paramilitarismo tiene como fuente histórica el fascismo, siendo los Cuerpos libres y las Tropas de Asalto del partido nazi y los Camisas negras italianos los primeros referentes de esta práctica, cuya finalidad fue atacar a todo disidente político de los gobiernos fascistas, en lo particular, contra el movimiento comunista. Después de la Segunda Guerra Mundial los Estados Unidos retoman y sistematizan esta estrategia en América Latina para combatir a las organizaciones revolucionarias que intentan transformar su país por medio de la lucha armada. Los Escuadrones de la Muerte en el Salvador y las Autodefensas Unidas de Colombia que fueron formados para combatir a la guerrilla salvadoreña y a las FARC-EP, dan cuenta de la injerencia de la CIA y demás organismos de inteligencia norteamericana en la formación y preparación de dichas agrupaciones que fueron en su momento, punta de lanza contra el movimiento revolucionario.
En medida que América Latina y México representan eslabones importantes para el sostenimiento económico del imperialismo norteamericano, los grupos paramilitares son instrumento para garantizar los intereses de los grandes oligarcas y la burguesía nacional y extranjera. A ello se debe que en aquellos lugares que son fuente de recursos estratégicos para las élites empresariales, el paramilitarismo nace, crece y actúa en relación directa con el fenómeno de la militarización. Ahí donde llegan las fuerzas armadas para “garantizar” la seguridad de la población, proliferan los grupos paramilitares para ejecutar la violencia de Estado, para luego, bajo el argumento de mantener la seguridad, justificar la permanencia de las fuerzas armadas en las calles.
En aquellos lugares donde el paramilitarismo ha pisado terreno, se desata una cruel violencia contra el pueblo como es el caso del norte del país, donde la población vive bajo el terror; así mismo, en diversas regiones del occidente y el sureste nacional, los grupos paramilitares son instrumento para ejercer el despojo de las tierras y provocar el desplazamiento forzado de miles de personas. No es ninguna casualidad que dentro de las víctimas no exista algún miembro de la oligarquía nacional y extrajera, al mismo tiempo que, la propiedad privada burguesa se mantenga incólume pese a la violencia desatada por el “crimen organizado”.
En México han sido varios los episodios donde el Estado ha hecho uso de los grupos paramilitares como fue el caso de la matanza del 10 de junio de 1971 por el grupo “Los Halcones”; la represión y cometido de ejecuciones extrajudiciales, asesinatos y desapariciones forzadas en contra de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO); la incursión paramilitar en contra de la comunidad de Acteal en Chiapas y de manera más reciente, las agresiones armadas en contra de las comunidades zapatistas y hacia las comunidades de “El Carrizal” y “Rio Florido”, integrantes del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS) en el estado de Chiapas.
Ahora en los tiempos de la autodenominada “4T”, el paramilitarismo continúa creciendo al mismo tiempo que es puntal para ejecutar la represión contra el pueblo y las organizaciones populares independientes. En nuestro caso, desde el surgimiento del grupo paramilitar “Los Petules”, nuestros compañeros han sido objeto de agresiones armadas, asesinatos políticos y la detención ilegal de nuestro compañero Daniel Gómez Sántiz, todo ello cometido bajo la aquiescencia de los gobiernos federal y estatal. Pese a la denuncia de los propios pobladores del Nacimiento (lugar donde los Petules mantienen su campamento paramilitar) cuando fueron desplazados y despojados del recurso obtenido por la rifa del Avión Presidencial, las estructuras del Estado permiten las actividades de este grupo y les otorga impunidad.
La más clara evidencia de la complicidad gubernamental es el pago de una importante cantidad económica y la asignación de obras para el campamento paramilitar de los Petules, a modo de premio por haber cometido la detención desaparición forzada y privación ilegal de la libertad de Daniel Gómez Sántiz. Todo este recurso obtenido por medio de la violencia es usado finalmente para la compra de armamento y pertrecho para que Los Petules puedan continuar sus agresiones armadas en contra de Rio Florido y El Carrizal, regiones que son de sumo interés para empresarios que, junto con el Estado, buscan llevar a cabo el despojo de las tierras a través de la violencia paramilitar.
En conclusión, la esencia y fundamento del paramilitarismo se encuentra en las mismas fuentes que dieron origen al fascismo en Europa y la campaña contrasinsurgente en México y América Latina. Dicho fenómeno crece en medida que la crisis económica del capitalismo obliga al Estado e a ejercer mayor violencia para garantizar la sobrevivencia del régimen y los intereses oligarcas.
En medida que el imperialismo no pueda salir de la crisis económica y política en la que se encuentra, el uso de los grupos paramilitares para mantener su dominio en México y América Latina será constante. Como fenómeno que emana desde el Estado, el paramilitarismo forma parte de la represión contra el pueblo, por lo que la lucha y la denuncia política constituyen importantes herramientas para resistir.
Atentamente:
Por la Unidad Obrera, Campesina, Indígena y Popular
Frente Nacional de Lucha por el Socialismo
FNLS