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Jueves 13 de diciembre de 2018, por
Huasteca y Sierra Oriental, 10 de diciembre de 2018.
DÍA INTERNACIONAL DE LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS
Respetar y garantizar los Derechos Humanos establecidas en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el compromiso hecho por parte de los Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas, declaración aprobada y proclamada en el año de 1948, de la cual México es signatario. Es también legendario discurso que repite ante el pueblo cada que llega un nuevo representante del Estado burgués mexicano.
En la toma de protesta de cada nuevo gobierno uno de los temas que no falta en su discurso es el de los derechos humanos; durante su sexenio garantizará el respeto, ejercicio y no habrá ninguna transgresión a estos, afirman. Aunque para su llegada a la silla presidencial tuvieron que ejercer, directa e indirectamente múltiples crímenes de lesa humanidad que todos quedan en la impunidad.
Una muestra de ello es el sexenio Peñista, el cual fue erigido sobre múltiples violaciones a los derechos humanos, que durante su administración no cesaron, al contrario, fueron sistemáticas y recurrentes como demuestran los informes de diversos organismos defensores de derechos humanos y organizaciones populares independientes quienes se han encargado de documentar y denunciar graves violaciones a los derechos humanos.
Sobre esta administración pesan miles de ejecutados de manera extrajudicial, desplazados y desaparecidos forzadamente, detenidos de manera arbitraria, torturados, excluidos… son tantas las victimas que hasta el día de hoy son incuantificables porque aún brotan por todo el territorio nacional restos humanos en fosas clandestinas y familiares que testifican el terrorismo de Estado implementado como política de gobierno.
Lo anterior demuestra que lo establecido en; la declaración universal de los derechos humanos, los pactos internacionales que México ha ratificado y la misma constitución política que establece sobre el respeto y garantía de ejercicio de los derechos humanos, es letra muerta y sólo se ha convertido en trámite para ocultar la realidad que se vive en nuestro país.
Muchos han escrito sobre esta materia y se ha dicho que México vive una crisis de derechos humanos, por lo tanto, para superarla hay que sumar voluntades. Lo cierto es que se necesita más que buenas voluntades para terminar con esta larga noche de terror que ha enlutado a miles de familias y arrebatado a un ser querido que no se sabe de su paradero, porque el terrorismo de Estado es una política de gobierno que se ha implementado en nuestro país por designios del capital nacional y transnacional para la concentración y centralización de la riqueza socialmente producida.
Son los costos que ha pagado el pueblo trabajador ante la imposición y perpetuidad del régimen neoliberal en nuestro país, el perdón y la conciliación es garantía de impunidad para los perpetradores de la violencia de Estado; es la doble moral que enmascara y sustenta la continuidad del cometido de más crímenes de lesa humanidad. Quienes proponen el perdón y olvido son corresponsables de los crímenes que se han cometido en todos estos años y los saldos se suman en millones de víctimas directas e indirectas.
Perdón y olvido nunca, porque las víctimas tienen nombre, rostro y familia. No dejaremos de exigir justicia, el tiempo no borra las heridas, nos da la razón y certeza de que los responsables de la violencia de clase son los que conforman el Estado Burgués mexicano, representados por Enrique Peña Nieto en el sexenio pasado, y; el actual, con la política de borrón y cuenta nueva.
El Día Internacional de la Declaración de los Derechos Humanos no debe quedar como simple efeméride, tiene que traducirse en lucha, organización, exigencia de respeto a los derechos humanos y de justicia para las víctimas de la violencia de Estado, sobre todo, juicio y castigo a los altos mandos de las instituciones militares y el entonces jefe supremo de las fuerzas armadas Enrique Peña Nieto autores y ejecutores de los crímenes de lesa humanidad cometidos en todo el territorio nacional durante su mandato.
Deben ser enjuiciados todos los responsables de la violencia de Estado ejercida contra el pueblo organizado y no organizado por gobiernos anteriores. En la memoria colectiva permanecen las víctimas, por lo tanto, deben ser bandera de lucha del pueblo porque no se puede olvidar, ni perdonar a los perpetradores. Los crímenes de lesa humanidad no prescriben, permanecen y no se borra con la reconciliación.
La consigna de los familiares de todas las victimas del terrorismo de Estado debe ser ¡juicio y castigo a los responsables materiales e intelectuales de los crímenes de lesa humanidad y todos los cómplices de ello! La cual debe exigirse con combatividad, por lo tanto, la pasividad no debe ser la opción para tal demanda.
FRATERNAL Y COMBATIVAMENTE
¡10 DE DICIEMBRE NO ES DE FIESTA ES DE PROTESTA!
¡PRESOS POLÍTICOS, LIBERTAD!
¡DESAPARECIDOS, PRESENTACIÓN!
¡CASTIGO A LOS ASESINOS DE LOS CIENTOS DE MILES DE VÍCTIMAS EN TODO EL PAÍS!
¡POR LA UNIDAD OBRERO, CAMPESINO, INDÍGENA Y POPULAR!