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OTIS, OTRA VEZ TRAGREDIA SOCIAL

Miércoles 1ro de noviembre de 2023, por Huasteca

OTIS, OTRA VEZ TRAGREDIA SOCIAL

El Huracán OTIS de categoría 5 que impactó en las costas del pacífico mexicano, ocasionó mayores estragos en el estado de Guerrero. Derivó en devastación y tragedia para el pueblo, al tiempo reveló, entre otras vicisitudes, la omnipotencia del fuero militar que interfiere una vez más, de forma violenta y prepotente en los rubros económico, social y político de la vida del país.

Omnipresencia militar respaldada por el ejecutivo federal con la declaración qué, “los únicos que podrían incursionar a las zonas de desastre y transportar víveres era el ejército mexicano” la excusa de la decisión presidencial es de evitar la corrupción.

La disposición oficial trunca de tajo la solidaridad natural que otorga el pueblo para el pueblo. En repetidas ocasiones frente a las desgracias naturales y afrentas propinadas por el Estado, la solidaridad popular a socorrido a los suyos en la desgracia, ahora con la medida tomada por el representante del Ejecutivo federal se sabotea la ayuda del pueblo a sus hermanos de clase.

Ante la tragedia de pérdidas humanas, destrucción de bienes materiales y daños cuantiosos para la economía familiar de los desposeídos, el gobierno ha decidido imponer la esencia del Plan DN III. En guerrero, principalmente, las vías que conducen a Acapulco se desplegó más el ejército y Guardia Nacional para el control social con fines políticos y promover la militarización.

De acuerdo a las cifras oficiales van 49 muertos y 35 desaparecidos, en el fondo los muertos y desaparecidos son víctimas de la política económica de gobierno. La enorme cifra de víctimas que ha dejado a su paso el huracán OTIS se debe a las malas condiciones materiales de existencia en la que vive el pueblo de Guerrero, los muertos y desaparecidos son en su mayoría gente orillados a vivir marginados, en la pobreza y la miseria.

En el actual régimen de explotación y opresión capitalista, la historia de las desgracias que azotan al pueblo producto de los fenómenos naturales, se repite una vez tras otra, la causa de esas repeticiones es la desigualdad socioeconómica que genera el modo de producción y la agudización de la misma por el autoritarismo gubernamental.

Imponer desde el Ejecutivo federal que, toda ayuda o solidaridad para los damnificados por el huracán OTIS, sea canalizada únicamente por el ejército, profundiza la desgracia que vive el pueblo de Guerrero.

Es mezquina la medida tomada por el Ejecutivo federal porque se privilegian intereses de grupo, contrainsurgentes y planes transexenales de Estado, para el gobierno federal son más importantes estos factores que la penuria por la que atraviesan las masas populares y damnificados en Guerrero.

El gobierno ha colocado los tiempos electorales por encima de vidas humanas; se ha situado la militarización del país sobre la tragedia humana; y, se ha impuesto el monopolio de la fuerza armada para trocar la solidaridad del pueblo en acaparamiento y prerrogativa de los militares.

Al igual que en sexenios anteriores los fondeos a nombre de los desastres naturales benefician principalmente a empresarios y gobernantes. Los desposeídos y damnificados que pertenecen a ésta parte de la población son usados como cheque al portador para justificar recursos asignados a cámaras empresariales, el desvió de dinero a campañas electorales y a cuentas de particulares vinculados al poder político.

Cualquier azote de un fenómeno natural es devastador en las familias y pueblos enteros. Son los marginados, los explotados y los miserables quienes sufren más los estragos de los fenómenos naturales; mientras que, en el polo de los potentados del poder económico y político, el desastre natural significa oportunidad de crecer por medio del lucro.

Los empresarios ven crecer sus ganancias; los políticos de oficio se esfuerzan por incrementan su popularidad con el falso humanismo y a costillas de la solidaridad popular; y, los gobernantes acarrean agua a su molino por medio de la demagogia y el uso del erario público.

Es completamente opuesto lo que ocurre en los hogares y colonias donde viven los sectores populares, éstos tendrán que atenerse a los ciclos políticos de la democracia burguesa, trienios o sexenios principalmente, trascurre el tiempo y como no es prioridad económica, acumulan más y mayores desgracias, sea por otro fenómeno natural, por la expoliación capitalista o por la violencia de Estado en sus distintas manifestaciones.

La solidaridad popular no puede ser coartada, menos convertirse en un instrumento del Estado, como es la pretensión del Ejecutivo federal; es un principio universal basado en el humanismo que los pueblos ejercen por conciencia social o instinto de clase.

El pueblo organizado de manera independiente practicamos este principio político por conciencia de clase y humanismo proletario, hoy, el gobierno pretende coartar este principio del pueblo e imponer una medida autoritaria que destroza la solidaridad popular y fortalece la militarización del país.

ATENTAMENTE

¡POR LA UNIDAD OBRERO, CAMPESINO, INDÍGENA Y POPULAR!
FRENTE NACIONAL DE LUCHA POR EL SOCIALISMO

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