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Participación del FNLS en el foro internacional “La lucha contra la desaparición forzada a la luz de la experiencia internacional

Miércoles 24 de mayo de 2017, por Ciudad de México

Ciudad de México a 23 de mayo de 2017
Nuestra experiencia en la lucha por la presentación con vida de todos los detenidos-desaparecidos en el país

Antes que nada reciban un fraternal y combativo saludo del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo a todas las personas que nos acompañan en este Foro Internacional. “La lucha contra la desaparición forzada a la luz de la experiencia internacional”. Las madres de la plaza de mayo en México.

Un especial y merecido reconocimiento a la compañera Nora Cortiñas, integrante de las Madres de la Plaza de Mayo Línea Fundadora, quien nos acompaña, desde su país natal Argentina, en esta Jornada Nacional de Lucha, quien viene a compartir con nosotros su vasta experiencia de lucha y a escuchar la nuestra, los testimonios de las víctimas del terrorismo de Estado en nuestro país, así como la incansable lucha por exigir la presentación con vida de nuestros seres queridos.

En México la desaparición forzada es una violación grave y múltiple de derechos humanos; es crimen de lesa humanidad porque sus efectos nocivos se extienden más allá de la víctima directa al ser actos sistemáticos, recurrentes y generalizados, lesiona a la humanidad en su conjunto; es también crimen de Estado porque el responsable directo en el cometido de ella son las instituciones y representantes de las estructuras gubernamentales; constituye una expresión del terrorismo de Estado porque la violencia institucionalizada se ejerce contra el pueblo organizado y no organizado; es también elemento de la Guerra de Baja Intensidad (GBI), cuyo propósito es acallar mediante el terror la protesta popular, fundamentalmente contra aquellos que luchan y se organizan para mejorar sus condiciones de vida
En nuestro país las desapariciones forzadas se han incrementado de manera exponencial en los últimos diez años, tiempo que nos conduce a reflexionar sobre esta práctica fascista y nuestro qué hacer respecto a la lucha contra este flagelo represivo que lacera a miles de hogares, familias, organizaciones populares y pueblo en general.

Hace diez años, Felipe Calderón Hinojosa mediante una declaración de “guerra contra el narcotráfico y la delincuencia organizada”, impuso la militarización en nuestro país, con lo cual allanó el camino para la imposición de un Estado policíaco militar mediante los llamados “Operativos conjuntos”. Hecho que marca una premisa para el análisis porque a partir de ese momento las desapariciones forzadas y violaciones a los derechos humanos se incrementaron exponencialmente.

En este sexenio se comete la desaparición forzada de los luchadores sociales Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya el 25 de mayo de 2007, ambos reivindicados por el Partido Democrático Popular Revolucionario-Ejército Popular Revolucionario (PDPR-EPR). Acontecimiento represivo que señala un punto en la historia contemporánea de nuestro país, porque se comete por motivos eminentemente políticos, por ser parte del movimiento armado revolucionario.

Es a partir de este momento que familiares y organizaciones populares y de derechos humanos se decide emprender la lucha por la presentación con vida de todos los detenidos desaparecidos, en un contexto donde la incredulidad invadió a muchos y se puso en tela de juicio la veracidad de la denuncia, y por ende, la de las víctimas de este crimen deleznable.

Resulta más fácil rememorar el fenómeno de las desapariciones forzadas que atañen a las décadas del 60, 79 y 80 del siglo pasado, pero las que son del presente se otorgó el beneficio de la duda, sobre todo por la campaña mediática y de represión contra quienes abrazaban con la solidaridad a las víctimas; política represiva que poco a poco derrumbó los muros de la indiferencia y el temor y hoy son muchas más las voces que señalan como los responsables de estos crímenes al Estado mexicano.

Aún hasta nuestros días es mucho más sencillo levantar las banderas de los detenidos desaparecidos por motivos sociales, porque en ellos pareciera que la responsabilidad política se diluye conforme pasa el tiempo, no obstante, de aquellas que se cometen por motivos políticos, cuando se trata de luchadores sociales o revolucionarios, aún cuesta romper con el estigma.

Consideramos que el factor tiempo hoy nos da la razón, y este crimen se ejecuta tanto por motivos políticos o sociales, independientemente de si estamos organizados o no, por lo que toda investigación seria, toda denuncia política consecuente y toda expresión política honesta debemos sumar esfuerzos por definir la fenomenología del cometido de este crimen en nuestro país, concretamente como parte del terrorismo de Estado.

La militarización trajo consigo graves y múltiples violaciones a los derechos humanos como son, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, desplazamientos forzados, tortura y tratos crueles inhumanos y degradantes. En todas las entidades federativas se cometieron a diestra y siniestra crímenes de Estado y de lesa humanidad, con el objetivo de imponer el terrorismo de Estado para infundir miedo y contener el enorme descontento popular.

Sobre los detenidos-desaparecidos se tendió el estigma, la descalificación para intentar justificar su condición de víctimas de este flagelo, por ser supuestos “delincuentes”, “malosos” o “mafiosos”, con ello se pretendió incriminar a las víctimas y criminalizar a los familiares por tener un hijo o hija supuestamente delincuente.

El gobierno de Enrique Peña Nieto continuó con esta política, las desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales se incrementaron en todo el país, principalmente en lugares donde los consorcios empresariales fincan el desarrollo de sus intereses, donde el pueblo se encuentra entre el supuesto “enfrentamiento” de grupos de la “delincuencia organizada”, así los crímenes de Estado se presentan como “fuego cruzado” o “daños colaterales” para eludir la responsabilidad del gobierno mexicano en el cometido de éstos.

Para nosotros está claro que las desapariciones forzadas son una política de Estado, práctica transexenal, que sexenio tras sexenio se cometen, no importa quien esté en la silla presidencial. En su conjunto son la expresión del terrorismo de Estado que se impone a sangre y fuego en las masas proletarias.

Es la expresión más cruda de esta realidad que lacera a todo el pueblo y sus organizaciones; práctica profascista que inspiró en los manuales de contrainsurgencia de los cuerpos policíaco-militares del imperialismo para tratar de infligir el mayor daño posible a los luchadores sociales, organizaciones populares y tratar de contener el avance del descontento popular.

El resultado de esta política de Estado son miles de víctimas de la desaparición forzada, las cifras oficiales datan de 30 mil personas en esa condición, pero, nosotros decimos que son muchas más, porque muchos casos no son denunciados, ya sea por temor o amenazas sobre sus familiares. Investigaciones periodísticas señalan la cifra escalofriante de 300 mil, cuya magnitud expresa el tamaño de la herida abierta en el pueblo.

Lo anterior lo confirmamos en el recorrido que hicimos en esta Jornada Nacional de Lucha. Las víctimas del terrorismo de Estado son del pueblo, no desistiremos ¡Hasta Encontrarlos!, que dio inicio el 6 de marzo del presente año y que pasó por los estados de Chiapas, Veracruz, Puebla, Hidalgo, Michoacán; esta jornada nos permitió conocer más víctimas en la misma condición, y a su vez evidenciar la política de gobierno hacia ellas y la impunidad con la que son cobijados los autores materiales e intelectuales de estos aberrantes crímenes.

En estos meses constamos una cosa, todas las víctimas son del pueblo trabajador, y todos los casos permanecen en la impunidad, porque no hay avances en las investigaciones ante los ministerios públicos, la dilación, desgaste, negligencia son una constante con los familiares de las víctimas, fenómeno que se agudiza al no contar con un marco jurídico adecuado que garantice el acceso a la justicia de las víctimas.

Cada entidad federativa tiene una particularidad, pero es el mismo fenómeno el que se expresa, el terrorismo de Estado como política de gobierno cuya expresión son desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales.

En Chiapas, la impunidad es la que domina en las instituciones encargadas de hacer “justicia”, la garantizan a los perpetradores, refleja la complicidad de las autoridades con los responsables de las desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales. Su política es evitar que se haga de manera pronta y expedita la investigación del crimen.

Como muestra están los casos de nuestros compañeros Héctor Sántiz López, asesinado el 29 de septiembre de 2015; Fidencio Gómez Sántiz, detenido-desaparecido el 5 de marzo de 2016; la ejecución extrajudicial del menor Humberto Morales Sántiz el pasado 28 de febrero, en todos no hay avances en las carpetas de investigación y se refleja la complicidad de los fiscales con los perpetradores.

Veracruz es la entidad federativa lacerada por el terrorismo de Estado en su expresión de desaparición forzada y ejecuciones extrajudiciales bajo el sofisma de la delincuencia organizada, la prueba fehaciente de estos dos crímenes de Estado y de lesa humanidad son las incontables fosas clandestinas encontradas recientemente. Hecho que refleja la sistematicidad y generalidad con la que se cometen estos dos crímenes.

Puebla refleja que no es ajena a la política de terrorismo de Estado, son varios los detenidos desaparecidos en esta entidad federativa, que a muchos de ellos los caracteriza no romper con el muro del silencio que los hace permanecer en el anonimato. La razón se encuentra en que las amenazas se vierten sobre los familiares de las víctimas quienes son obligados a cerrar un duelo forzoso que les taladra constantemente su ser.

El estado de Hidalgo pretende guardar una relativa calma en torno a los crímenes de lesa humanidad, sin embargo, eso va más allá de las buenas intenciones, por lo que la existencia de la desaparición forzada y la ejecución extrajudicial es un fenómeno real e inocultable.

En Michoacán, un estado donde la violencia institucional y el terrorismo de Estado son una constante, con un gobierno que dice ser de izquierda, sólo demuestra su política represiva con el pueblo organizado y no organizado. Este hecho nos comprueba que el distintivo partidista no es la limitante para cometer crímenes de lesa humanidad, todos se pliegan a los designios del capital nacional y trasnacional.

La desaparición forzada es un fenómeno real e inocultable, cada día es más evidente la participación del Estado mexicano en el cometido de ella a través de los cuerpos policíaco-militares, a fuerza de denuncia política la verdad sale a flote y se evidencia el hilo conductor que lleva a definir como los responsables a las distintas policías, militares y marinos en el cometido de este crimen.

Nos corresponde denunciar y señalar a los responsables, romper con el miedo para no permitir que se comenten más desapariciones forzadas en el país. Combinar lo jurídico con lo político y de derechos humanos es una parte importante para impulsar la lucha contra las desapariciones forzadas de manera organizada. Los detenidos desaparecidos son del pueblo, y es éste el que debe exigir su presentación con vida.

En todo estos años de lucha por la presentación con vida son muchas las enseñanzas que se abstraen, la primera es no abandonar a ningún detenido desaparecido bajo ninguna circunstancia, independientemente del sector al que pertenezca o las convicciones políticas por las que conduzca su práctica político todos son hermanos de clase, hijos del pueblo que deben ser reconocidos en cada acción política de masas.

Ahí donde se pierde combatividad, donde se deja de luchar es el campo fértil para que la represión y la violencia de Estado se ensañe contra el pueblo inerme; por lo que el llamado es a organizarnos antes de ser víctimas, antes de que el terror nos arranque abruptamente a un ser querido o un familiar.

No olvidar, no perdonar a los responsables es la consigna para no permitir que más hijos del pueblo se encentren en esa condición, la lucha es por la verdad, justicia y memoria histórica; dignifiquemos a nuestros seres queridos, no permitamos más crímenes de Estado y de lesa humanidad. ¡Porque vivos se los llevaron! ¡Vivos los queremos!

Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS)

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