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A 9 años de Ayotzinapa, en unísono consignamos ¡fue el Estado!

Miércoles 27 de septiembre de 2023, por Huasteca

Xalapa de Enríquez, Veracruz. 26 de septiembre de 2023

A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
A LAS ORGANIZACIONES POPULARES
A LOS COLECTIVOS EN LUCHA
AL PUEBLO EN GENERAL

A 9 años de Ayotzinapa, en unísono consignamos ¡fue el Estado!

La desaparición forzada de los 43 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa, la tortura de unos de ellos y la ejecución extrajudicial de dos más fue un crimen de Estado, con el propósito de castigar al movimiento estudiantil y al conjunto del movimiento popular que dirige su lucha por el camino independiente. Es una expresión del terrorismo de Estado implementado por el represor Enrique Peña Nieto y Ángel Aguirre.

Hace 9 años fuimos testigos del crimen de lesa humanidad cometido contra los compañeros estudiantes de Ayotzinapa, ante este crimen atroz gritamos que fue el Estado el autor. El tiempo nos ha dado la razón, pero también el tiempo y la lucha contante de los familiares, colectivos, organizaciones del pueblo y especialistas que se han encargado de demostrar que la desaparición forzada fue cometida por el ejército en colusión con el paramilitarismo, disfrazado en delincuencia o narcotráfico.

De manera perversa desde el gobierno federal se trató de imponer una verdad absoluta conocida como “verdad histórica” sobre los hechos, en esta se escondieron hechos, testigos e investigaciones científicas para mantener en la impunidad el crimen y proteger a los perpetradores. Estas maniobras gubernamentales fueron para lograr el objetivo inicial que, a través del terror desmovilizar al movimiento estudiantil que defendía la educación y el normalismo rural.

Algunos elementos que debelaron la autoría del Estado sobre los hechos fue la imposición de que todos los estudiantes fueron quemados en el basurero de cocula, la negación en la entrega de los videos de las cámaras, presentación de testimonios de supuestos testigos arrancadas a través de la tortura, la detención del presidente municipal y su esposa, quienes fueron procesados por otros delitos y no por desaparición forzada, la negación del ejército de entregar archivos que son claves para el esclarecimiento de los hechos.

Lo más trascendental que vino a confirmar la responsabilidad del Estado fue el informe y el anuncio del retiro del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) sobre el caso, quienes denunciaron las trabas y negación de las instituciones gubernamentales al acceso a la información para el esclarecimiento de la desaparición forzada de los estudiantes.

Mientras el gobierno maniobraba para proteger a los responsables y endosar el crimen a la delincuencia y el narcotráfico el pueblo organizado desarrollaba incansables acciones políticas de masas en las calles, parques, pueblos y todo espacio público que le permitiera desenmascarar al Estado, aparato que utilizó el terrorismo para callar el descontento y golpear al conjunto del movimiento popular expresado en el cometido de la desaparición forzada y la ejecución extrajudicial.

No podemos olvidar este hecho que movió conciencias por la magnitud del crimen, que incluso traspasó fronteras con el único objetivo, justicia por los 43 estudiantes. Crimen de lesa humanidad que algunos se resistían a creer que en México los gobiernos utilizaban las prácticas de la desaparición forzada contra el pueblo, porque se pensó que estas formas de castigo quedaron en los años 60 cuando se dirigió contra la lucha de Lucio Cabañas.

La desaparición forzada es una práctica transexenal, en momentos se ha convertido en política de gobierno, y es el caso del sexenio de Enrique Peña Nieto, a nivel federal y de Javier Duarte de Ochoa en Veracruz.

En la actualidad continua esta práctica contra los sectores populares, las cifras de víctimas aumentan día con día, es indicativo de la continuidad de este flagelo, aunque los gobiernos nieguen esta realdad. Los eufemismos con que se dirigen en cada desaparición forzada quitan la esencia del fenómeno, es decir, diluyen la participación del Estado y abona al reforzamiento de la tesis gubernamental de que si fueron desaparecidos es porque en algo andaban, cosa que no podemos permitir.

Ayotzinapa es un caso que ilustra la realidad que vive cada sector que se organiza por sus derechos humanos y constitucionales. Por ejemplo, lo que sucede contra los compañeros del FNLS en Chiapas, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y prisión por motivos políticos. En cada rincón del país existen víctimas, nos corresponde darles rostro y voz a aquellas que les han quitado.

Un caso ilustrativo y emblemático es el de los revolucionarios Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cuz Sánchez; militantes del Partido Democrático Popular Revolucionario (PDPR), de igual manera la desaparición forzada de nuestro compañero del FNLS; Fidencio Gómez Santis, de las indígenas triquis; Virginia y Daniela Ortiz, de Teodulfo Torres Soriano y de los más 350 mil detenidos desaparecidos en el país.

El pueblo esta azorado por la violencia de Estado, ello convoca a unir esfuerzos y de esta forma enfrentar esa violencia, con combatividad atravesar los caminos espinosos por los que conducen los gobiernos la vida del pueblo trabajador.

Los desaparecidos son del pueblo, y ante esta premisa no debemos olvidarlos, por consiguiente, es el pueblo organizado y no organizado quien tiene que exigir su presentación con vida.

FRATERNAL Y COMBATIVAMENTE
¡Por la Unidad Obrero, Campesino, Indígena y Popular!
Frente Nacional de Lucha Por el Socialismo
FNLS

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