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Análisis y opinión. México es un Estado capitalista dependiente, sujeto a las decisiones del imperialismo norteamericano

Miércoles 18 de noviembre de 2020, por Ciudad de México

Ciudad de México a 18 de noviembre de 2020

A la opinión pública

México es un país capitalista con un desarrollo limitado, sujeto a los designios del capital monopolista traNsnacional, por esta condición no figura como economía pujante a nivel internacional, por el contrario, las relaciones económicas y políticas con la principal potencia imperialista, los Estados Unidos es un ejemplo ineludible de su condición dependiente, así lo demuestran los acontecimientos recientes en materia de relaciones comerciales y políticas con el país vecino.

Los sucesos económicos y políticos recientes en América del Norte en torno al Tratado México Estados Unidos Canadá (TMEC), las elecciones en Estados Unidos y la actitud del gobierno mexicano en cada fenómeno caracterizan la relación dialéctica entre un Estado imperialista y uno dependiente, éste tiende a determinar el curso de los acontecimientos entre las naciones de Norteamérica.

México por su papel en la división internacional del trabajo, es predominante en proveer de materia prima y fuerza de trabajo a los países imperialistas, entonces, las decisiones político económicas erigidas desde el gobierno mexicano no prescinden de todo del curso de los acontecimientos en los Estados Unidos, basta con no olvidar que las relaciones sociales y políticas tienen su fundamento en las leyes del desarrollo capitalista.

Expuesto el fenómeno en esos términos, el gobierno federal no le asiste la razón al considerar a México un país libre y soberano en el marco de las relaciones económicas y respecto a la polémica surgida, si éste debe o no felicitar al ganador de las elecciones en los Estados Unidos, dichas declaraciones albergan juicios fundados en la emotividad más no de carácter científico.

El hecho no estriba en el acto de consentir o no el triunfo del “demócrata”, sino en los intereses de uno o de otro gobierno norteamericano hacia México, en cómo se materializan los designios del capital allende las voluntades personales de cada político de oficio, por lo que, de fondo, son los dueños del capital monopolista trasnacional quienes marcan el ritmo de las relaciones comerciales y políticas.

Verbigracia, cuando el representante del Ejecutivo federal expresó que México no será pelele de ningún gobierno extranjero, en esa expresión es evidente la carga subjetiva, porque en las relaciones comerciales el elemento voluntarioso está desterrado, quienes presiden la política exterior se sujetan a los designios del poder imperialista, eso explica la retórica del mandatario federal movido más por elementos emotivos que objetivos.

Cuando el presidente mexicano, por ejemplo, expresó su beneplácito por el actual gobierno norteamericano al referirse a él como no intervencionista, pero espera buena relación con Biden, esa actitud ambivalente es propia de un hombre del régimen quien debe someterse a los planes imperialistas.

Considerar no intervencionista y respetuoso a quien preside el régimen norteamericano, significa un acto diplomático y de sumisión para ocultar el carácter funcional del Estado mexicano. El entrenamiento del Ejército mexicano y la Marina por la armada yanki, la opresión política de Estados Unidos y Canadá a través del acuerdo comercial T-MEC, la orden de aquel para detener el flujo de migrantes, el acuerdo firmado el 2 de mayo de 2019 entre EU, Canadá y México en el marco de las sanciones arancelarias y en el contexto de la guerra comercial sostenida con China, reflejan intervencionismo económico y político, en otros términos, sometimiento.

¿Qué significa entonces la llegada de Joe Biden? Es simple, es un cambio de una administración pública en un Estado imperialista, de forma, pero la esencia y el contenido es el mismo, éste hará cambios de matiz a los planes económicos y política en marcha para México, aunque, el gobierno mexicano ante los estragos que genera la crisis económica capitalista, hará los ajustes a su política económica en función de las exigencias del capital norteamericano.

Las investigaciones en materia económica respecto al comportamiento de la economía mundial revelan, que pese a las medidas proteccionistas ejecutadas por Donal Trump en torno a la guerra comercial con China en el marco de la crisis económica capitalista “(…) el déficit comercial de Estados Unidos aumentó 5,4% en los primeros nueve meses del 2019 y se ubicó en 481.339 millones de dólares, una trayectoria que apunta a un saldo negativo mayor que el 2018”. Esa circunstancia no favorece al capital, por el contrario, en ese fenómeno sustentará exigencias para los países dependientes.

Las contradicciones al interior del régimen estadounidense vaticinan una respuesta violenta del mismo, la ofensiva imperialista en países latinoamericanos es expresión de éstas; las divergencias económicas y políticas del imperialismo norteamericano en la solución de la crisis colocaron en riesgo el devenir inmediato del establishment imperialista.

Los estudios económicos auguraron, con los acuerdos alcanzados entre los EU y China a causa de la guerra comercial bilateral derivó en “(…) que el acuerdo evitó una nueva ronda de aranceles que podría haber llevado a los EE.UU. y a la economía mundial a una recesión y a colapsar los mercados bursátiles mundiales.” En esta tesitura, el gobierno mexicano, en su retórica, dista mucho de hablar con honestidad al pueblo, de ahí que el Estado mexicano sea funcional a los intereses del capital.

Los sucesos de la economía norteamericana inciden forzosamente en la nuestra, una evidencia más es que la Reserva Federal norteamericana “(…) anunció un ambicioso paquete de estímulos por 2,3 billones de dólares para otorgar préstamos a pequeñas y medianas empresas que gozaban de buena salud antes de la pandemia” este aspecto, es un indicativo de que no es la pandemia el meollo de la crisis en México, sino la crisis económica que los EU salpicaban desde el año 2018, por ejemplo.

Lo atroz de la crisis económica en el seno imperialista, señalan las investigaciones en esa materia que “(…) la deuda total de los sectores público y privado de Estados Unidos asciende ya a casi 70 billones de dólares” y con la llegada de Donald Trump el déficit fiscal aumentó 984, 000 millones de dólares en 2019, aspectos cuantitativos reveladores para explicar el comportamiento político actual tanto del gobierno estadounidense y el gobierno mexicano.

La dependencia económica y política es ineludible, por esto, el criticismo, la diatriba, política del PAN es cínica e hipócrita, durante los sexenios gobernados por éste, reafirmaron su servilismo a las exigencias del imperialismo norteamericano, por ello, las declaraciones tanto del Ejecutivo federal en turno como de la derecha, son de forma no de esencia, son las formas vulgares de hacer política.

La diatriba o la demagogia de los políticos de oficio únicamente expresa la crisis política del régimen, persisten las contradicciones a raíz de mantener cotos de poder, canonjías económicas como políticas; su génesis está ampliamente explicada por la realidad imponente de efectos perniciosos provocados por la hecatombe de la crisis económica capitalista.

La vida económica y política de nuestro país no se puede comprender a cabalidad sin conocer el desarrollo de la fase superior del capitalismo, el imperialismo, por esto, la dependencia del Estado mexicano es inexorable, sin embargo, la organización de los explotados y oprimidos es una necesidad imperiosa, asimismo, reivindica el llamado histórico y político de las masas a luchar por el ideal socialista en México.

¡Por la unidad obrero, campesino, indígena y popular!
Frente Nacional de Lucha por el Socialismo
FNLS

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