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Ensayo. Pobreza y miseria en la alcaldía de Iztapalapa y su relación con el Covid-19

Martes 21 de julio de 2020, por Ciudad de México

Ciudad de México a 21 de julio de 2020

Documento publicado en Consigna Socialista No 50

Introducción
La situación actual de la pobreza y la miseria que vive el pueblo, son fenómenos cuya explicación reside la crisis profunda que vive el régimen capitalista en el mundo, esta condición origina una serie de afecciones a la vida cotidiana de las masas proletarias en México, este hecho concuerda con lo que viven los trabajadores y sus familias en la alcaldía Iztapalapa, de la Ciudad de México, fenómeno que tiene en el Covid-19 un factor explicativo de cómo la pandemia impacta en las condiciones materiales de vida del pueblo mexicano.

El régimen capitalista en el mundo está en crisis hace más de una década, este fenómeno económico es la condición sine qua non para dilucidar un conjunto de fenómenos políticos y sociales que vivimos en el país. Esa situación socava aún más las vilipendiadas condiciones de vida de amplios sectores populares.

Iztapalapa es un caso icónico que ilustra el fenómeno, porque ésta se ubica en una de las principales metrópolis del país, la Ciudad de México, espacio geográfico con una concentración demográfica considerable donde reúne a la población cuya composición socioeconómica describe a la clase proletaria en nuestro país.

Esta alcaldía es una de las 16 que compone la Ciudad de México, empero, su condición sociodemográfica se distingue por un índice de pobreza y miseria característica de una metrópoli que alberga nítidas condiciones de desigualdad social y económica, causal que permite comprender cómo la población enfrenta situaciones adversas que atentan contra su derecho a la vida, el trabajo, a la alimentación y a la salud.

El Covid-19 es un fenómeno microbiológico y viral cuya expresión en el género humano evidenció lo hondo de la contradicción entre capital y trabajo, lo cual significó para la humanidad desvelar el comportamiento sociológico de las dos clases fundamentales y la pequeña burguesía en la afrenta de los efectos perniciosos que provoca el virus.

México por su papel en la división internacional del trabajo y por su carácter funcional y dependiente al imperialismo norteamericano la pandemia demostró cómo trastocó los ámbitos económicos, políticos y sociales del pueblo trabajador ya que éste enfrenta el desempleo, precarios servicios de salud y serias dificultades para garantizar la alimentación de miles de familias pobres de la ciudad.

A partir de aquí podremos constatar la fenomenología que alberga tanto las condiciones sociodemográficas asociadas con los efectos del nuevo coronavirus en particular en la Ciudad de México, cuya expresión palpable repunta la delegación Iztapalapa del cual deriva en la siguiente interrogante, ¿por qué esta delegación registra el mayor número de contagios y decesos en la capital del país?

Consideraciones socio-demográficas
Para identificar las causales del fenómeno en cuestión es necesario escudriñar las bases materiales del grueso de la población en la alcaldía Iztapalapa, hacerlo permitirá establecer en qué actividades económicas está distribuida la fuerza de trabajo, este indicador es elemental, ya que a través de él aporta aspectos que dilucidan las condiciones socioeconómicas de la población en la lucha constante por sobrevivir de las familias proletarias.

La Alcaldía Iztapalapa ocupa el cuarto peldaño de mayor extensión territorial y la de mayor población en la Ciudad de México ya que ésta cuenta con una población de 1, 903, 552 habitantes hasta el 2015, según datos divulgados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).

De las 16 alcaldías, Iztapalapa por su densidad poblacional ocupa el primer lugar al ser la más poblada en la Ciudad de México. Este indicador coloca a este espacio sociodemográfico desentrañar la complejidad de la vida cotidiana de las familias proletarias que habitan en ella, ya que es notable la enorme desigualdad social y económica que se vive en ésta.

En materia de salud las cifras son reveladoras, el CONEVAL registra 428, 322 habitantes quienes carecen por acceso a los servicios de salud. Dato duro que evidencia el estado del derecho humano a la salud de las familias proletarias en esta delegación, sin embargo, son estimaciones que a la fecha ha sufrido cambios por la permanente tasa de natalidad que hacen de la objetividad del fenómeno representarse con limitaciones.

Respecto a la carencia por alimentación el organismo oficial cuantificó una cifra de 234,535 personas. Esta variable desvela el rasgo oprobioso y degradante del régimen, dado que con los medios que cuentan las familias trabajadoras no garantizan el derecho a la alimentación, por tanto, es fácil deducir que para el 2020 en medio de un ambiente económico crispado por la crisis económica la situación de los sectores proletarios es cada vez más precaria.

De la población total en la alcaldía 665,408 habitantes están en condición de pobreza, cifra que representa el 35 por ciento, empero, ese dato dista de reflejar la realidad del fenómeno, ya que transcurrió un quinquenio y el aumento demográfico es una realidad, no obstante, el aumento poblacional va acompañado de precariedad material.

Aunque la cifra no representa la mitad de la población, es ilustrativa la magnitud de cómo el pueblo paralelo al desarrollo de la contradicción entre trabajo y capital ve cómo lentamente se degradan la existencia de miles de familias proletarias, aunado a este, es un factor explicativo de por qué en esta alcaldía se registra el mayor número de muertes por la pandemia.

Más revelador son las estimaciones estadísticas en torno al fenómeno laboral, este factor socioeconómico evidenciará el grado de explotación a la que es sometida la fuerza de trabajo y las diversas actividades económicas en la que es distribuida. Estos aspectos económicos develan el oprobio al que es sometido el grueso de los trabajadores y su dependencia al trabajo asalariado.

En la alcaldía destacan la actividad comercial e industrial, condición que coloca a ésta como un principal centro de circulación y realización de mercancías. Centros comerciales, mercados públicos, fábricas y tianguis, distinguen esta zona geográfica de la Ciudad de México, de este conjunto destaca la popular central de abastos.

Desde el comercio formal y comerciantes ambulantes alberga la central de abastos, esta situación explica la constante concurrencia de la población en el lugar, es el principal centro de abastecimiento de la gran metrópoli, en este se puede apreciar la capacidad de compra de la población y de quienes forzados por la miseria y el hambre son obligados a sobrevivir de los desechos de los contenedores de las diferentes naves con alimentos perecederos.

El comercio ambulante es un fenómeno económico característico del país a causa de la naturaleza desigual del régimen, en este contexto, se cuantifica que la “(…) tasa de ocupación informal en la Ciudad de México es ligeramente mayor (27.60%)” en comparación al comportamiento nacional que corresponde a 27.21%.

El INEGI por ejemplo, calcula que en Iztapalapa más del 40 por ciento de sus habitantes está en condición “económicamente activa”, aunque de ese universo se desprende que el 21 por ciento se ocupa en el mercado informal.

Esa cifra es conservadora, aunque el porcentaje refleja que el comercio ambulante es predominante no sólo en Iztapalapa sino en toda la metrópoli, este hecho describe que la sobrevivencia de las familias proletarias, depende fundamentalmente del trabajo asalariado y el ambulantaje.

Aunque las cifras no son homogéneas al momento de explicar el fenómeno laboral o en las actividades en las que se ocupa la fuerza de trabajo, empero, constituye en un ápice para desentrañar la cotidianidad de las masas trabajadoras. Máxime cuando el pueblo está obligado a sortear los efectos de la crisis capitalista y la pandemia.

Fuentes oficiales sostienen que en la alcaldía se práctica la actividad minera de extracción de minerales metálicos y no metálicos, manufactura de productos alimenticios, bebidas, tabaco, papel entre otros productos derivados de esta materia prima, además, persiste la producción de mercancías metálicas, maquinaria, en suma, actividades industriales que representan el 73.8 por ciento de la actividad productiva en la delegación.

Desde esa lógica, en apariencia describe “oportunidades” para los trabajadores, empero, oculta la realidad de explotación y enajenación en la vive el pueblo. Condición que explica las múltiples dificultades que enfrentan las familias proletarias cuando se trata de resolver sus necesidades básicas.

Otros datos ilustrativos explican que la Alcaldía Iztapalapa “(…) ocupa el 4º lugar a nivel estatal de acuerdo al Índice de marginación” este rasgo deriva en que se ubican comunidades que se encuentran sin drenaje, servicio de agua potable y en condiciones de hacinamiento.

Respecto a las condiciones de vivienda se estima de acuerdo a la encuesta intercensal de 2015 114.7 mil personas en condición de carencia por acceso de calidad y espacios de vivienda, empero, del universo de habitantes en la alcaldía se desprendió que 136.8 mil habitantes están en condiciones de hacinamiento, esto revela que esa condición supera la media, por tanto, un amplio número de masas trabajadoras vive en condiciones de inhumanas.

Si a esa condición agregamos el cálculo de la CONEVAL respecto a la variable de población vulnerable por ingreso, registró la cantidad de 166,466 mil habitantes. Este es otro elemento palpable de que las familias proletarias tiene ante sí, condiciones adversas para superar una política sanitaria del gobierno federal como el de la Ciudad de México violatoria de los derechos humamos.

El comportamiento sociodemográfico en Iztapalapa es revelador en tanto que describe con nitidez lo taladrante de las condiciones materiales de vida en la que viven miles de familias proletarias, al mismo tiempo, por simple deducción es tangible por qué es esta zona de la Ciudad de México una de las más afectadas del país por el Sars Cov-2.

La cotidianidad del pueblo en Iztapalapa está determinada por la dependencia al trabajo asalariado, es reflejo de las consecuencias que provoca la concentración de la riqueza social en pocas manos, mientras los miles de trabajadores ven cómo su humanidad se degrada al no tener garantizados sus derechos a la salud, alimentación y vivienda digna.

Iztapalapa en el contexto de la crisis capitalista en México
El Sars Cov-2 es un fenómeno microbiológico que reveló una marea de contradicciones en el mundo en los ámbitos económico, político y diplomático. Por esto, en México fue ilustrativo sus manifestaciones en los tres niveles de gobierno, específicamente en la vida económica y política del pueblo, por esto en la alcaldía Iztapalapa son tangibles las consecuencias sobre todo en las condiciones socioeconómicas de las masas, en particular al derecho a la salud.

El comportamiento sociodemográfico en la alcaldía, expone un hecho concreto, la pobreza y miseria que estruja la existencia de los pobres de la ciudad desnuda lo hondo de la explotación y la opresión a la que es sometida el pueblo trabajador, fenómeno cuya intensidad es alentada por la crisis económica y política del régimen.

Si el ser social determina la conciencia social, las condiciones materiales de vida de las masas desposeídas encuentran en la crisis económica capitalista en relación con la pandemia causales del comportamiento sociológico en Iztapalapa, ya que, las adversidades de tipo económica y social conjugan hechos complejos que configuran en la población determinadas actitudes ante la perversidad de las decisiones políticas que afectan a las masas.

Desde el gobierno de la Ciudad de México se arguyó como argumento para “enfrentar” el nuevo coronavirus replicar la política pública del confinamiento social en materia de salud. Esta medida política, desnuda los daños que provoca a los sectores populares pauperizados a causa del proceso de privatización del derecho a la salud y la intensificación de la explotación económica.

Tanto la crisis económica y la pandemia derivó, a que el gobierno mexicano con el argumento de proteger a los pobres, impulsara otras medidas económicas que se traducen en control político, así como en un esfuerzo por granjearse simpatía en el pueblo. Verbigracia, la implementación de programas asistencialistas a modo de paliar los efectos oprobiosos para los miles de trabajadores, y al mismo tiempo mantener el descontento popular en la pasividad.

Por cada medida económica y política implementado por el régimen se infiere que su materialización fue, que con el pretexto de la pandemia intentó minimizar lo taladrante de la crisis económica y con el confinamiento social su intención de mediatizar la deficiencia del sistema de salud, así como mantener la ruta privatizadora del derecho a la salud del pueblo, de ese modo, reproducir la precarización de las masas, pero el Estado intentó evadir esa realidad.

Las medidas económicas y políticas implementadas en Iztapalapa a causa de la pandemia se traducen en paliativos para enmendar los efectos de los vaivenes del mercado capitalista, las consecuencias del desempleo, la devaluación del peso, el alza o la baja de los productos de primera necesidad y su intención de desmovilizar el descontento popular.

Ofertar dinero en plena contradicción del flujo de capital financiero en apariencia resulta un revés, sin embargo, para el régimen no lo es, la prueba es la apertura de posibilidades de crédito para las masas populares, esto revela necesidad del poder burgués por mantener en la pasividad a los sectores populares.

La Ciudad de México, un lugar donde se concentraron masivamente los contagios del nuevo coronavirus, el gobierno federal implementó una campaña que consistió en ofertar créditos y “apoyos” para “los pobres”, según la retórica del gobierno federal, que consistió en sostener que no dejaría en el desamparo a los más vulnerables.

Créditos Fondeso por 10 mil pesos para pequeños comerciantes; Microcréditos para zonas marginadas de 6 mil pesos a pagar en 12 meses quincenalmente; préstamos para el sector informal “apoyo económico” que ofreció la Secretaría del Trabajo de la CDMX que consistió otorgar 1500 pesos por beneficiario. Esto expresa que los mercaderes de la banca lucran con las necesidades del pueblo.

Lo anterior revela un hecho concreto, los créditos son paliativos, con ellos el gobierno intenta granjear simpatía del pueblo, de paso, silenciar a las masas, sin embargo, eso no minimiza la magnitud de la crisis capitalista en la capital del país, mucho menos excluye la alcaldía, pero sí somete al pueblo dado que el hambre se supedita a los intereses mezquinos del capital.

Implementar créditos a comerciantes, al sector estudiantil y entre otros, es el indicador de que intenta paliar las necesidades de ingreso a la economía familiar, en este sentido, implementó el programa Mi beca para empezar para estudiantes de educación básica que consistió en 500 pesos por niño o niña

Los mecanismos económicos de carácter institucional ofertados al pueblo es una evidencia de la política corporativista, mediatizadora del poder político de la clase dominante, paralelo a éstos, se objetiva la realización de determinadas mercancías, que a juzgar por del desarrollo de la contingencia sanitaria en la CDMX, fue para un sector de la burguesía quien aumentó sus fortunas.

El programa Mercomuna es otro medio para acercar los fondos del régimen a un sector específico, las familias registradas en Liconsa quienes serían beneficiarías con mil 50 pesos en vales, empero, ¿Qué hay de las familias que no cuentan con un pequeño comercio, no tienen hijos inscritos en el nivel de educación básica? Lo real es que no todo el universo de habitantes en condición de pobreza en Iztapalapa serán beneficiarios con dichos préstamos.

La crisis capitalista tiene entre sus expresiones tangibles lo que ocurre con los sectores populares en la alcaldía. No benefició al pueblo pobre como lo expusiera el mandatario federal, por el contrario, aplicó una política selectiva, sobre todo, a sectores populares vinculados con la economía y el estudiantil en el nivel básico, porque es en éstos donde la mirada de los políticos de oficio encuentra material fértil para la corporativización.

Es a la pequeñaburguesía y a determinado sector de la burguesía fueron los principales beneficiarios con créditos millonarios o propiciarles prebendas para abrir paso a la inversión de capital financiero, como ocurrió con el Grupo Carso y Grupo Salinas. Eso refleja el curso de la lógica de las crisis en el capitalismo.

Mientras una parte de la burguesía se beneficia otras tienden a perecer, esa contradicción al interior de la clase en el poder afecta la vida económica del pueblo, porque los intereses del capital en medio de la crisis es garantizar su reproducción por encima de los derechos humanos de los desposeídos, por esto es que los créditos o “apoyos” constituyen en paliativos más que un trato digno a las masas trabajadoras.

No hay bondad ni buenas intenciones en las promesas de los hombres del régimen cuando hacen referencia que el gobierno protegerá a la población marginada, esto se traduce en demagogia y abrir paso al lucro para amasar ganancias con las necesidades del pueblo, por tanto, un indicativo de lo hondo que taladra la crisis capitalista en la base estructural de la economía mexicana.

Por esto los reveses que sufren los programas asistencialistas en la Ciudad de México no tiene el objetivo de hacer prosperar la economía de las familias proletarias, sino paliar los efectos de los vaivenes del mercado en la capital metropolitana, de paso, contener las manifestaciones de descontento.

Pese a dichas medidas económicas y la política sanitaria en la metrópoli, diversos sectores salieron a las calles. Taxistas, pequeños comerciantes (formal y ambulante), artesanos, meseros, sector salud, porque en los hechos, el gobierno de la Ciudad de México no cumplió con las promesas vertidas de “apoyar” a los trabajadores, pero impuso, por ejemplo, el cierre de tianguis en Iztapalapa.

La alcaldía cuantificó al inicio de la fase tres de la contingencia el cierre temporal de 354 tianguis semanales, actuaciones realizadas a principios del mes de abril, y para mediados de éste, las autoridades forzaron el retiro de 56 mil 400 tianguistas que equivale al 60 por ciento de total de comerciantes de la zona. Pasar inadvertido este fenómeno implica negar las consecuencias de lo caudaloso de las contradicciones del capital en esta parte de la metrópoli.

La vida productiva o laboral de la fuerza de trabajo en la alcaldía Iztapalapa hace de este espacio sociodemográfico, un componente necesario para comprender porque en ésta se concentran un número importante de contagios y decesos, por esto, no es fortuito, muchos menos afirmar desde la lógica formal que es debido a la pobreza.

Ciertamente se coincide con la apreciación de los funcionarios públicos del lugar que es debido a la pobreza, sin embargo, diferimos diametralmente en el aspecto teórico metodológico que nos conduce a tal conclusión, por tanto, el pueblo perece porque sus derechos humanos y constitucionales están en segundo término, mientras los intereses empresariales figuran en primer orden, de ahí que, seamos los oprimidos y explotados quienes tengamos que soportar cada adversidad que provoca la avaricia de unos cuantos.

El coronavirus el velo que oculta la pobreza y la miseria

Los decesos en la alcaldía Iztapalapa a causa de la nueva cepa viral, no es un fenómeno fortuito, sus causales indudablemente están asociadas a la naturaleza del virus lo que hace a este mortal para determinado sector vulnerable, empero, que esa demarcación capitalina registre mayor número de muertes se explica por las precarias condiciones materiales de existencia de los trabajadores.

Las condiciones sociodemográficas evidencian que la precariedad de las masas está asociada con la actividad económica que impera en Iztapalapa, la fuerza de trabajo es dependiente al trabajo asalariado a tal grado que el paro forzoso vivido por centenares de proletarios con el pretexto de la pandemia, hoy la crisis económica capitalista coloca a las familias pobres ante un panorama cada vez más adverso.

El coronavirus desde la versión gubernamental fue usado para infundir temor, con las disposiciones oficiales confinó a la población sin prever las garantías de sobrevivencia de las familias pobres de la Ciudad de México y en particular en Iztapalapa; esto se traduce en que el derecho a la salud, el trabajo y a la vida no son garantizadas por el Estado.

El Sars Cov-2 no provocó la crisis económica capitalista, como lo pregonan los ideólogos del régimen en el mundo y en el país, lo que hay tras este fenómeno microbiológico son las contradicciones que las relaciones sociales de producción capitalista que desde el 2008 la oligarquía no logra resolver.

La causa de la pobreza y la miseria que vive el pueblo la encontraremos en las relaciones sociales fundadas en la propiedad privada, en la apropiación de la riqueza social por la clase burguesa. Este hecho económico, su comprensión es fundamental, porque esto permite explicar con mayor objetividad las consecuencias que genera en tiempos de crisis.

Si las condiciones son de precariedad para amplios sectores populares, esto significa que el derecho a la salud no será enmendado de acuerdo a lo que exigen los requerimientos nutricionales y físicos ante la amenaza de contagiarse del virus, por esto, de esto se deduce que los mil 661 decesos en Iztapalapa cuantificados hasta el 3 de julio, refleja la crudeza con la que la precariedad material, la ignorancia resultado de la opresión política de siglos desemboca en muerte.

Los testimonios de familiares o pacientes contagiados por el Covid-19 revelan que el derecho a la salud es escamoteado. Las autoridades de salud mas que aducir científicamente el fenómeno, generaron estigmatización, temores infundados, paliativos como frutas, verduras para simular apoyos a los “pobres”.

En muchas familias predominó la necesidad de trabajar, continuar con el comercio ambulante para asegurar su sustento. Sin embargo, lo pernicioso del aislamiento social consistió en que muchas de éstas se arriesgaron al contagio y a los abusos de funcionarios públicos, todo esto, en aras de sobrevivir, pero de esto, la jefa de gobierno insistió una y otra vez, en sus programas asistencialistas e imponer medidas punitivas mediante policías y la guardia nacional.

Con la pobreza y miseria de centenares de familiares en Iztapalapa es difícil ocultarlo con el pretexto del Sars Cov 2, lo que se vive en la alcaldía como en Xochimilco por ejemplo, refleja que una metrópoli como la Ciudad de México expresa que las relaciones sociales de explotación del hombre por el hombre degradan la humanidad de las masas.
Conclusiones

Lo que el Covid-19 generó en la presente coyuntura fue revelar las miserias del capitalismo en México, y que la incidencia del fenómeno afecta sobremanera a las familias proletarias que se concentran en la alcaldía Iztapalapa como en otras con similares condiciones sociodemográficas.

La pobreza sin duda alguna es una realidad, esta condición en amplios sectores populares describe que son éstas quienes enfrentarán en condiciones adversas no sólo para asegurar los productos de primera necesidad sino superar en óptimas condiciones en caso de contagio.

El Covid-19 demuestra que en una sociedad divida en clases sociales únicamente la oligarquía y la pequeñaburguesía son quienes sortean en mejores condiciones los efectos de la crisis económica, asimismo, lucran con las necesidades de las masas empobrecidas al ofertarles créditos, a promover compras de pánico y la adquisición de medicamentos.

Iztapalapa es una de las alcaldías donde concentra una población numerosa, este rasgo hace de ésta, un espacio geográfico que concentra fuerza de trabajo numerosa, característica que favorece por un lado el contagio, debido a que es forzada a garantizar su existencia y por la otra, las condiciones de hacinamiento son inhumanas.

Pese a la concentración de medios de producción y fuerza de trabajo en Iztapalapa, es ilustrativo que en una sociedad capitalista como México las ganancias son concentradas por la oligarquía nacional y extranjera, mientras los desposeídos perecen por inanición, enfermedades crónico-degenerativas, resultado del trabajo explotado y la ignorancia.

Los derechos a la salud, el trabajo, la educación son negados, la vida del pueblo pasa a segundo término cuando se favorecen los intereses del capital, por esto, si las autoridades gubernamentales no garantizan nuestros derechos humanos, la movilización y la denuncia política son legítimas.

Frente Nacional de Lucha por el Socialismo
FNLS

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