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Tinta socialista. No 42. Sr. Meade ¿Qué dice su conciencia ante las miles de víctimas que deja el terrorismo de Estado?

Viernes 25 de mayo de 2018, por Ciudad de México

25 de mayo de 2018

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Las víctimas de los múltiples crímenes de lesa humanidad proliferan en toda la geografía mexicana, desde luchadores sociales, activistas políticos, revolucionarios, defensores de los derechos humanos, periodistas, pueblo sin militancia política y extranjeros; cada uno expresa una particularidad de la política del terrorismo de Estado que trastoca violentamente en sus hogares por esta política de gobierno.

Víctimas directas que son sometidas a múltiples violaciones a los derechos humanos, desde la detención ilegal, tratos crueles inhumanos y degradantes, tortura física y psicológica, en algunos casos la ejecución extrajudicial; las víctimas indirectas son los familiares, amigos, personas cercanas y cuando ésta pertenece a una organización popular, revolucionaria o de derechos humanos sus compañeros también padecen las consecuencias atroces porque es el mensaje del Estado para contener y acallar las voces de protesta o en su caso las plumas críticas.

Con las miles de víctimas que existen en todo el país ¿Por qué no se pronuncian los contendientes a la silla presidencial para erradicar este flagelo y hacer justicia a cada una de ellas? Las declaraciones de José Antonio Meade resultan hipócritas, dolosas y tendenciosas cuando señala “estoy de lado de las víctimas y la legalidad. Es tiempo de definiciones”.

Sr. Meade, ¿qué dice su conciencia ante las miles de víctimas que deja el terrorismo de Estado?, política de gobierno intensificada por la actual administración que encabeza el partido que lo postula en la contienda electoral ¿podrá conciliar el sueño cuando los gritos desgarradores de mujeres y hombres exigen la presentación con vida de sus seres queridos?, ¿por qué no les da tiempo de la publicidad que utiliza en su campaña para que denuncien la desaparición forzada de sus familiares?

¿Por qué no señala lo que han hecho los militantes del partido político que hoy usted representa en esta disputa electoral por la silla presidencial?, por si la amnesia lo mantiene absorto, el 25 de mayo del año 2007 fueron detenidos desaparecidos los revolucionarios Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya en la ciudad de Oaxaca, Oaxaca, durante el gobierno que encabezó el represor Ulises Ruiz Ortiz, hombre profascista emanado de las filas del PRI, al que se le señala de haber cometido múltiples crímenes de lesa humanidad, como tortura, desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales contra el movimiento popular y magisterial de esa época, cuyos delitos permanecen sin castigar a los responsables materiales e intelectuales.

No nos equivocamos al señalar que a las víctimas sólo se les acuña cuando se trata de denostar al adversario, cuando pretenden “espantar con el petate del muerto”, por lo tanto, con este tipo de actitudes develan su condición antipopular, la indolencia que los caracteriza.

Investigaciones periodísticas, intelectuales y la Comisión de la Verdad, conformada por destacadas personalidades, entre ellas el padre Alejandro Solalinde, quienes a través de los testimonios de los familiares de las víctimas narraron los hechos ocurridos contra sus seres queridos, los cuales evidencian que durante la administración de Ulises Ruiz se cometieron múltiples violaciones a los derechos humanos, a través de los cuerpos policíacos y la creación de grupos especiales de élite, quienes eran los encargados de torturar, detener desaparecer, ejecutar extrajudicialmente e intimidar a todo aquel que consideraran sospechoso.

En el caso de Gabriel Alberto y Edmundo fueron detenidos ilegalmente y trasladados en ese entonces a las instalaciones de la PGR de la ciudad de Oaxaca, cuyo nombre de los dos revolucionarios quedó anotado en los libros de registro de la dependencia, misma que posteriormente desapareció “misteriosamente”; en un estado muy deplorable fueron trasladados al campo militar No 1, versa en la recomendación de la CNDH.

Hasta la fecha los familiares en coordinación con organizaciones populares y defensores de los derechos humanos exigen al gobierno mexicano su presentación con vida, luchan incansablemente porque documentada está la responsabilidad del Estado en el cometido de este crimen de lesa humanidad.

¡Qué podemos decir del exgobernador Mario Marín en el estado de Puebla!, mejor conocido como el “gober precioso”, quien en su periodo de gobierno, la periodista Lidia Cacho a través de su libro Los demonios del Edén, el poder que protege la pornografía infantil, puso al descubierto la protección que recibía de empresarios, como Jean Succar Kuri. Hombre del régimen señalado por corrupción, represor y manejos sucios de pederastia.

Ni que hablar del actual representante del poder ejecutivo, Enrique Peña Nieto, cuya administración tiene el sello y patente de los miles de crímenes de Estado y de lesa humanidad. Administración que intensificó la violencia institucional contra el pueblo organizado y no organizado.

Gobierno antipopular, profascista y prooligárquico que impuso a través de la represión y el cometido de graves violaciones a los derechos humanos las reformas neoliberales, modificó el marco jurídico para garantizar la entrega de los recursos naturales y energéticos al capital monopolista transnacional.

Estos son algunos ejemplos de los representantes del poder ejecutivo que han estado en la presidencia de la República, cuya militancia partidista es de las filas priistas, mismos que no son ajenos a los que representa y actúa en su carrera política; por esta razón no sorprenden los discursos difamatorios y demagógicos de José Antonio Meade, quien responde a los mismos intereses de sus antecesores.

Desde que inicio la contienda electoral los candidatos a la presidencia de la República no han hecho pronunciamiento alguno por las miles de desapariciones forzadas, en sus propuestas no figuran las víctimas mucho menos los familiares, quienes son los que constantemente pisan los pasillos de las fiscalías para denunciar o exigir avances en las carpetas de investigación, cuya respuesta gubernamental es la indolencia.

La legalidad que mencionan es aquella que emana del estado de derecho burgués, cuya base jurídica es para perpetuar el interés privado por encima del interés colectivo; desde su lógica como político del régimen, los “delincuentes” son los luchadores sociales, activistas políticos, revolucionarios, defensores de los derechos humanos, todo aquel que realice acciones políticas de masas, denuncia política y se organice por los cauces de la independencia política, económica e ideológica del Estado.

No hay duda de que los autores materiales e intelectuales de los crímenes de lesa humanidad se encuentran se encuentran en las estructuras e instituciones del gobierno mexicano, en las altas esferas políticas es donde se orquestan los planes contrainsurgentes para acallar las voces de protesta, por tanto, como políticos de oficio, todo discurso que emane de sus gargantas es para perpetuar el régimen e intensificar las condiciones de muerte, hambre, miseria y desolación a las masas trabajadoras.

El panorama está bastante claro, las opiniones que abonan a la criminalización de la pobreza y protesta popular se desnudan en todo su esplendor proempresarial y profascista. Ante este escenario, ¿Qué actitud debemos adoptar los oprimidos? El horizonte quizá se presente aún turbio, pero de lo que no existe duda es de los personajes que representan la continuidad del régimen neoliberal, hombres emanados de las estructuras gubernamentales que son responsables de la miseria y hambruna que pulula en nuestro pueblo.

Frente Nacional de Lucha por el Socialismo
(FNLS)

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