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Testimonio de tortura y denuncia de Carlos César Cruz Huacuz, detenido durante la represión estatal contra las casas de estudiantes

Viernes 4 de mayo de 2012

los policías federales nos iban torturando física y psicológicamente, nos daban toques con un aparato en diferentes partes del cuerpo y otros compañeros estudiantes los golpeaban, me percate también que ocho de mis compañeros los policías federales los mantenían siempre juntos y decía un policía, “estos son los especiales les pido que los traten de una manera muy especial” y los demás policías los golpeaban y torturaban con más saña.

Denuncia de tortura y detención arbitraria

CARLOS CESAR CRUZ HUACUZ, Mayor de edad, estudiante la de la Facultad de Odontología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) en Morelia, Michoacán, morador de la Casa del Estudiante Nicolaíta y perteneciente a la Organización Campesina, Indígena y Popular Ricardo Flores Magón, (OCIP-RFM) y del FRENTE NACIONAL DE LUCHA POR EL SOCIALISMO, (FNLS); por mi propio derecho con residencia y domicilio en calle Mariano de Jesús Torres Número 75, colonia DR. Miguel Silva, Morelia, Michoacán, con el debido respeto comparezco y expongo lo siguiente:

Que mediante el presente escrito presento FORMAL QUEJA Y/O DENUNCIA, en contra del Licenciado FAUSTO VALLEJO FIGUEROA Gobernador Constitucional del Estado de Michoacán, contra el C. ELIAS ALVAREZ HERNÁNDEZ Secretario de Seguridad Pública en El Estado de Michoacán, COMANDANTE DEL GRUPO DE OPERACIONES ESPECIALES (GOE), así como a los elementos a su disposición inmediata, y quienes resulten responsables por los cargos de, Tortura Psicológica y Física, amenazas de muerte y robo, homicidio en grado de tentativa, Violación de mis Derechos Humanos y Constitucionales y lo que resulte, por lo que me permito hacer la siguiente narración de hechos y consideraciones de derecho:

Sábado 28 de abril

El 28 de abril de 2012, en Morelia, Michoacán, entre las 3:30 y 4:00 de la mañana aproximadamente, me encontraba durmiendo en el dormitorio de la Casa del Estudiante Nicolaíta que está situada sobre la Avenida Madero de la cual soy parte. Posteriormente me desperté porque escuche varios gritos de pánico por parte de mis compañeros estudiantes que estaban avisando que los granaderos ya habían llegado y que nos iban a golpear y a desalojar.

Enseguida me levante y me percate que la casa estaba rodeada por 200 granaderos aproximadamente y varias patrullas de la policía federal PF, elementos de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), policía estatal y el Grupo de Operaciones Especiales (GOE). Posteriormente me percate también que en la otra “Casa del Estudiante Lucio Cabañas Barrientos” que está situada también sobre la avenida madero y que se encuentra a dos cuadras de nuestra casa, estaba rodeada por patrullas y granaderos.

Momentos después los granaderos derribaron la puerta de la casa con un vehículo blindado y posteriormente empezaron a lanzar gases lacrimógenos en contra de nosotros, después corrimos a resguardarnos en la azotea de la misma casa. Desde arriba nos percatamos que los granaderos se metieron a los cuartos a robar nuestras pertenencias como computadoras, ropa y dinero, también rompían todas las cosas que se encontraban a su paso como vidrios, puertas, y bancos. Nos persiguieron por todas partes, a varios de mis compañeros los agarraron inmediatamente y me percate de como los golpeaban los policías con macanas y toletes. A mí me detuvieron 30 minutos después ya que varios policías llegaron al lugar en donde estábamos resguardados y nos golpearon con macanas y patadas en varias partes del cuerpo y nos decían “ya se los cargo la chingada bola de mugrosos”, también escuche que decían “este cabrón ya se lo cargo la chingada” refiriéndose a un compañero que tenía la cabeza rota y a consecuencia de ello lo trasladaron al hospital y horas después murió.

En el momento en que nos detuvieron inmediatamente decenas de policías formaron dos hileras que abarcaba de la azotea hasta puerta principal de la casa y nos bajaron obligándonos a todos pasar por en medio de las dos hileras de policías quienes brutalmente nos proporcionaban patadas y golpes con sus macanas, nos escupían la cara y nos insultaron verbalmente diciendo, “no que muy cabroncitos, esto les pasa por pendejos hijos de su chingada madre”.

Después nos concentraron a todos los estudiantes en frente de la casa, éramos 280, nos sentaron en avenida madero y los periodistas y fotógrafos que también estuvieron de manera permanente, nos tomaron varias fotos y decían “qué bueno que los policías los hallan reprimido y desalojado”. Los policías federales nos decían que teníamos que cerrar los ojos y agacharnos porque si veían a alguien levantado la cabeza lo golpearían. Momentos después nos subieron en patrullas y microbuses y nos trasladaron a una casa, en el transcurso duramos 40 minutos, los policías federales nos iban torturando física y psicológicamente, nos daban toques con un aparato en diferentes partes del cuerpo y otros compañeros estudiantes los golpeaban, me percate también que ocho de mis compañeros los policías federales los mantenían siempre juntos y decía un policía, “estos son los especiales les pido que los traten de una manera muy especial” y los demás policías los golpeaban y torturaban con más saña. Al llegar al lugar nos metieron a la casa y en su interior estaban tres secretarias quienes nos tomaron los datos personales y nos agredían verbalmente y decían “ya se lo tenían bien merecido”, me percate que los ocho compañeros los encapucharon y los metieron en otro cuarto. Después nos formaron y nos desnudaron quitándonos nuestras pertenencias como celulares y dinero. Mientras transcurría el tiempo nos seguían torturando física y psicológicamente y decían burlonamente “nosotros somos los meros chingones de Morelia y de todo México, les hemos partido su madre a los putos narcos de la familia y los zetas, y ahora siguen ustedes bola de mugrosos, huevones” y nos seguían dando toques con sus aparatos eléctricos y cuando mis compañeros y yo sangrábamos, los policías federales nos daban un trapo y decían que nos limpiáramos bien y posteriormente seguían dándonos toques en diferentes partes del cuerpo, el que llorara o gritara lo golpeaban con sus macanas.

Siendo a las 7:30 am aproximadamente nos volvieron a subir en patrullas y microbuses, los policías nuevamente nos golpeaban con toletes y macanas al momento de subir a los microbuses y decía “bajen la cabeza hijos de la chingada, que me ves, no me veas porque te voy a dar una putiza”. Ahí adentro permanecimos dos horas porque los policías y granaderos decían “tenemos que ir por más revoltosos, así es que nos esperan tantito”, ya que iban nuevamente a reprimir a nuestros compañeros que se manifestaban para exigir nuestra liberación.

Como a las 10 am aproximadamente nos trasladaron a barandillas que está en la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), al momento de bajarnos nos bajaron uno por uno formando una hilera y los policías decía “ya verán que aquí les va ir peor hijos de puta, de aquí no saldrán y no se la van a acabar”. En el interior ya nos esperaban varias personas y policías, uno de ellos dijo “pinches mugrosos así los queríamos ver, no que muy cabroncitos, son más mugrosos que un pinche tapete, es más ahorita mismo voy a caminar sobre ustedes”, todos los policías y las demás personas se reían y se burlaban de nosotros. Nos mantuvieron mucho tiempo agachados sin hablar ni voltear para ningún lado, el que volteara y dijera algo los policías lo golpeaban mucho rato. Momentos después nos pasaron uno por uno a declarar con dos policías que nos vigilaban y sin ningún licenciando, en ese momento supe que éramos 350 compañeros presos. Nos mostraron fotos de varios compañeros que ellos tenían y nos preguntaban si los conocíamos.

Como a las 12 horas escuchamos en la parte de afuera a nuestros familiares que exigían nuestra liberación inmediata, los policías solo se reían. En todo el transcurso del día no nos dieron de comer, les pedíamos agua y comida y solo nos decían que nos calláramos y se volvían a reír, ya hasta las altas horas de la noche nos pasaron comida y agua, algunos compañeros ya no quisieron comer porque estaban muy golpeados y estaban muy temerosos.

Domingo 29 de abril

Al día siguiente en la mañana nos revisó un doctor unos por uno y nos decía que son golpes muy leves y que no era nada, dando entender así que estábamos bien y que no nos habían reprimido, cuando en realidad. Después nos llamaron nuevamente para que pasáramos a firmar documentos y nosotros preguntamos cual era el contenido de los documentos y las secretarias nos decían “tú solo firma, no preguntes y retírate”.

En el transcurso del día seguíamos escuchando voces de nuestros familiares y les decían a los policías que los dejaran a pasar a vernos y ellos contestaban que no se podía porque no había algo muy preciso para conceder el permiso. Nos dimos cuenta que nuestros familiares nos enviaban comida y refrescos porque sabían que no nos daban de comer, los policías lo recibían y lo concentraban en una mesa y nunca nos pasaron la comida que nos pasaba nuestros familiares y ellos mismos se lo comían. Después nos seguían llamando a declarar, ahora ya estaba un licenciado pero se veía que se conocían entre ellos y solo se ponían a platicar.

Por la noche nos llevaron a dormir, a quince compañeros nos metieron a un cuarto de 4 por 5 m de medida y los demás se quedaron en un pasillo. Horas después nos llamaron por nuestros nombres de diez en diez compañeros y nos dijeron que ya podíamos salir, dejando en libertad a cientos de compañeros y se quedaron en la cárcel a catorce compañeros, que los policías y secretarias decían que les sirviera de escarmiento se iban a quedar.

Quedamos en libertad a la 1:30 de la madrugada del día 30 de abril de 2012, quiero denunciar también que el Gobernador Fausto Vallejo Figueroa, el Secretario de Gobernación Jesús Reina, el Rector de la Universidad Salvador Jara Guerrero, quienes conjuntamente mienten en sus declaraciones al decir que no hubo muertos en la represión, que no se violó la autonomía universitaria, así como también al nombrarnos pseudoestudiantes y parásitos que vivimos del erario público, pretendiendo así justificar aquel artero crimen.

Por lo antes expuesto y fundado en el Art. No. 8vo. Constitucional y demás.

A USTED CUIDADANO ATENTAMENTE PIDO:

  1. Tenerme por presentando FORMAL QUEJA Y/O DENUNCIA, en contra del Licenciado FAUSTO VALLEJO FIGUEROA Gobernador Constitucional del Estado de Michoacán, contra el C. ELIAS ALVAREZ HERNÁNDEZ Secretario de Seguridad Pública en El Estado de Michoacán, COMANDANTE DEL GRUPO DE OPERACIONES ESPECIALES (GOE), así como a los elementos a su disposición inmediata, y quienes resulten responsables por los siguientes cargos como, Tortura Psicológica y Física, amenazas de muerte y robo, homicidio en grado de tentativa, Violación de mis Derechos Humanos y Constitucionales y lo que resulte.
  2. Se tome en cuenta lo arriba señalado, se investigue de manera minuciosa a los funcionarios mencionados y se emita la Recomendación correspondiente.
  3. Juicio y castigo a los responsables intelectuales y materiales de las graves violaciones a los derechos humanos y constitucionales.
  4. Se nos regrese nuestras pertenencias como dinero, ropa y computadoras laptops.

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