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08 de marzo: Día internacional de la mujer proletaria

Lunes 8 de marzo de 2021, por Puebla

H. Puebla de Zaragoza a 08 de marzo de 2021

A las organizaciones populares e independientes
A los medios de comunicación
Al pueblo en general

Una vez más las organizaciones populares e independientes conmemoramos el día internacional de la mujer proletaria, fecha en que recordamos las grandes movilizaciones de obreras que en algunos países llegaron a ser verdaderas insurrecciones, luchando por mejorar las condiciones de vida para ellas y sus familias, en varios lugares del mundo desde los planteamientos marxistas. Dichos acontecimientos se enmarcan a mediados del siglo XIX y principios del siglo XX.

Nuestro país no fue la excepción, antes de que fuera corporativizado, el movimiento obrero fue empujado desde los hogares; asumiéndose ideológicamente como parte del proletariado, las madres se movilizaron y eran parte fundamental en las huelgas; conforme el avance de las fuerzas productivas, la mujer continuó participando activamente no solo como aliada de la fuerza de trabajo sino como parte de ella.

La lucha de las mujeres trabajadoras en Puebla es basta, ejemplo de ello son el movimiento de obreras de la industria del tabaco; el de obreras textiles en distintos municipios del estado, las movilizaciones de trabajadoras de la agroindustria y posteriormente las mujeres participan en las movilizaciones de las industria automotriz. Cabe mencionar que no solo hubo participación de la mujer en mejorar las condiciones laborales en la industria, sino también dentro del gremio magisterial o el sector salud e incluso mujeres que se dedicaban al comercio. Pues todas ellas eran y somos objeto al igual que el hombre de la explotación y opresión política; varias movilizaciones fueron de carácter espontáneo y terminaron siendo reprimidas o corporativizadas.

En la Ciudad de Puebla, en la década de los 80, miles de mujeres participaron en la conformación de colonias populares y se organizaron por mejorar las condiciones de vida en los hogares como lo fue la Unión de Amas de Casa, cuyo fundador fue el luchador Gumaro Amaro Ramírez quien fue asesinado por motivos políticos el 17 de febrero de 1989, acontecimiento que puso el fin de la organización, pues los demás dirigentes dejaron de participar a cambio de puestos en partidos políticos electorales.

Este es un breve esbozo de la trayectoria de lucha de la mujer como sujeto social, productivo, político y transformador en los diferentes ámbitos de la vida. Sin embargo, lejos de reconocer el papel revolucionario de la mujer en este día, el Imperialismo y los Estados burgueses mediante la dictadura de opinión reducen esta fecha a actos de consumo y promueven la celebración del estereotipo de mujer que impone la ideología burguesa, como sujeto apolítico, sin consciencia de clase, cuyo único elemento importante es su feminidad como objeto estético.

Otro de los matices, promovido más desde las posiciones reformistas, oportunistas y nuevos oportunistas reducir la lucha de las mujeres al marco de demandas economisistas, o restringir su participación política en la emisión de un voto, en ocupar un puesto de elección o un cargo como funcionaria pública. Estas acciones son aplaudidas y celebradas, anunciadas con bombo y platillo como uno de los máximos acontecimientos de igualdad y democracia plena.

Tales prácticas niegan el carácter de clase y generan una visión reduccionista de la lucha, la encasilla en reivindicaciones únicamente por su condición de sexo e inclusive a caer en el error de centrar las exigencias políticas en el antagonismo entre el hombre y la mujer; cuando en realidad están, en palabras de Rosa Luxemburgo, profundamente arraigadas en el abismo social que separa a la clase de los explotados de la clase de los explotadores, es decir, en el antagonismo entre el capital y el trabajo.

Al imponer a la mujer como único campo de participación, desarrollo y acción política, los marcos y formas de la democracia burguesa la hace cautiva del principal yugo que oprime a la humanidad: el Capitalismo.

Tiene tiempo que el papel de la mujer dejó de ser, como una generalidad, el ama de casa, sumisa cuya función social se reducía a la procreación y cuidado de los hijos y el procurar el bienestar y satisfacción del cónyuge. Como Alexandra Kollontai afirmó que con cada nuevo progreso industrial o técnico la mujer se involucra en el proceso productivo y con ello una nueva piedra en la firme fundamentación de la igualdad de derechos políticos de las mujeres –y una nueva también en las contradicciones entre burgueses y proletarios-. La educación y la inteligencia de la mujer se han hecho necesarias para el mecanismo económico.

Desde el Estado mexicano y todo su aparato ideológico se difunden los conceptos de violencia de género y feminicidios como los principales problemas sociales a vencer, enfocan la raíz del problema en un asunto de sexo y género. Dicha posición solo confunde y desvía la lucha, permite el espontaneísmo y el sectarismo al interior de los esfuerzos organizativos, y no se señala al verdadero responsable de las desigualdades sociales; Si se habla de violencia de género y feminicidios, ambos son fenómenos inherentes al Capitalismo, en la época actual se dan esencialmente como práctica del terrorismo de Estado, como una concebida y consensuada determinación en las más altas esferas del Estado mexicano y la élite burguesía, la oligarquía.

La violencia no dimana del hombre por su condición de sexo o género, la violencia y descomposición social dimana del Estado, esta violencia azota a hombres y mujeres del pueblo trabajador, producto inherente de la imposición de las políticas neoliberales que no sólo empobrecen a la clase explotada, sino la someten a un proceso intenso de deshumanización lacerando su cuerpo y su psique.

Es el Estado que ejerce el monopolio de la violencia, es él el responsable de los crímenes de lesa humanidad como ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas, es él el que pone el ejemplo de que puede ejercerse la violencia con completa impunidad, pues cuenta con el andamiaje jurídico, ideológico, político así como la estructura represiva y los medios y recursos para reproducir la cultura de la violencia.

La brutalidad de los crímenes es igual para hombres y mujeres, en esencia se atenta contra la dignidad humana, no son muertes por su condición de ser hombres o mujeres; en todos los casos las víctimas de esa barbarie somos los pobres, desposeídos y que pertenecemos al pueblo, todos somos víctimas del Terrorismo de Estado. Es por ello que el enemigo a vencer es el sistema actual y la clase a destruir la burguesía, clase que se compone también hombres y mujeres, todos parásitos que han acumulado y concentrado el poder económico y político a costa de la explotación y la miseria de nuestro pueblo.

Los medios masivos de comunicación de manera perversa señalan como únicos responsables a hombres, parejas sentimentales en la mayoría de los casos y omiten la esencia del problema; miles de mujeres ejecutadas y desaparecidas tenían o tienen por destino la explotación sexual, actividad que genera grandes ganancias para funcionarios y empresarios. Dichos medios hacen nula difusión de las demandas de las mujeres que forman parte de organizaciones populares; de las madres, hijas hermanas, esposas de las víctimas de prácticas de Terrorismo de Estado o de las mujeres que luchan por el Socialismo y se encuentran en prisión por motivos políticos como nuestra compañera Asunción Gómez Sánchez, porque estos casos evidencia que no es una lucha de género sino de clases.

El día de la Mujer, es una fecha emblemática para conmemorar el papel de la mujer proletaria en la historia lucha obrera, sirva este día para elevar la conciencia de la mujer trabajadora para alcanzar la unión de la clase obrera en la construcción del Socialismo.

Fraternal y combativamente
¡8 de marzo no es de fiesta, es de lucha y de protesta!
¡Libertad a la compañera Asunción Gómez Sánchez!
Presos políticos, ¡¡Libertad!!
¡Por la unidad, obrero, campesino, indígena y popular!

Frente Nacional de Lucha por el Socialismo
FNLS

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