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Lo acontecido contra nuestros compañeros en Chiapas es un acto de flagrante violación a los derechos humanos
Lunes 4 de junio de 2018, por
Ciudad de México a 4 de junio de 2018
A la opinión pública
La represión generalizada es la respuesta del Estado mexicano ante la exigencia y el clamor por el cese a los crímenes de lesa humanidad; el cometido de más crímenes es el distintivo del actual régimen ante el avance del descontento popular que generan las políticas de hambre y miseria; la herida que causa el terrorismo de Estado es real y dolorosa, pero es aún más grande la dignidad del pueblo que aprende a identificar a sus opresores.
El gobierno de Chiapas que representa Manuel Velasco Coello se exhibe como un fiel representante de los intereses oligárquicos, ejecuta a pie juntillas los métodos contrainsurgentes para tratar de inhibir la solidaridad entre hermanos de clase; esta es la realidad que encierra el acto de desalojo brutal del que fueron objeto nuestros compañeros del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS) en esta entidad del sureste mexicano.
Reprimir con sadismo una actividad de denuncia de los miles de crímenes de lesa humanidad únicamente se puede describir desde una vocación profascista, de una mente maquiavélica que observa al pueblo como su enemigo, de tal manera pierde todo vínculo político con el pueblo que en un principio dijo “representar”. Una verdad es reafirmada una vez más, desde las instituciones del régimen no emerge el representante de la voluntad popular.
La acción represiva del gobierno chiapaneco y el partido verde ecologista que lo distingue significa la revictimización de las víctimas, porque no sólo niega el derecho de exigir presentación con vida de los miles de detenidos desaparecidos en el país, sino que además comete más crímenes contra sus familiares, amigos y organizaciones solidarias con la intención de cercenar la combatividad el pueblo.
La revictimización tiene punto de partida en un gobierno que ejecuta más crímenes de Estado ahí donde la exigencia es de justicia, donde las voces y los pasos del pueblo se unen para marchar, consignar y sostener que si el Estado mexicano fue quien cometió estos crímenes de lesa humanidad, sea él mismo quien los presente con vida.
No existe una falsa dicotomía en esta exigencia, no es un empecinamiento popular el sostener la responsabilidad gubernamental en el baño de sangre que inunda el territorio nacional, es ante todo, la claridad del origen de clase de la violencia, por lo que es ilusorio pretender lograr la justicia sin la lucha organizada de las masas proletarias, por esta razón, la respuesta popular tendrá cabida en cualquier momento independientemente del objetivo y taladrante que sea el sentimiento del dolor.
La política de criminalizar la protesta popular es una peculiaridad que no distingue nomenclaturas partidistas ni jerarquías institucionales, paulatinamente todo el andamiaje gubernamental se armoniza para ejecutar al pie de la letra el terrorismo de Estado como política de gobierno, en consecuencia, no existe diferencia entre el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en esencia son la manifestación del mismo fenómeno.
Chiapas es un estado golpeado por el abandono y las políticas de hambre que generan precariedad en la vida de millones de trabajadores, en la actualidad, esta condición se exacerba con las balas, tolete, el gas lacrimógeno, el paramilitarismo, la estigmatización… para evitar que el pueblo luche contra el régimen oprobioso.
El FNLS es parte de estas condiciones deplorables, nos identifica el mismo dolor de millones de familias que son golpeadas diariamente por la violencia institucional y represiva, pero nos negamos a mantener una actitud sumisa ante nuestros verdugos; por más que seamos vilipendiados o reprimidos, la voluntad de luchar no puede ser quebrantada donde existe la dignidad.
Lo acontecido en Chiapas contra nuestros compañeros no es un fenómeno aislado, es la política general de gobierno que representa los intereses de oligarcas, la expresión puntual de cómo se impone la voluntad de una cúpula de magnates que ambiciona los recursos naturales, energéticos y minerales, el fiel testimonio de la configuración del Estado policíaco militar para garantizar la continuidad de neoliberalismo como política rapaz del capitalismo.
En la represión no se observan actos casuales, lo que existe es una línea de acontecimientos concatenados donde la primacía la tienen los intereses de una cúpula voraz de empresarios nacionales y extranjeros. En cada crimen de lesa humanidad y de Estado que se comete en nuestro país, de manera sutil se encuentra en vínculo inequívoco del poder económico y el político.
Sostenemos categóricamente y por enésima ocasión, la actividad de denuncia donde fueron desalojados nuestros compañeros el pasado 30 de mayo se enmarcó en una jornada de lucha a nivel nacional e internacional en la exigencia de presentación con vida de todos los detenidos desaparecidos, por lo tanto, sostener que nuestra protesta era parte de una “bienvenida” al candidato de la ultraderecha a la presidencia de la república es un sofisma.
Reconocemos de manera invaluable la labor de denuncia que algunos medios de comunicación realizaron de estos acontecimientos tristemente célebres, sin embargo, nos vemos en la necesidad de aclarar el motivo de la movilización en este volanteo carretero debido a que nuestra organización no se conduce por la vorágine de las coyunturas institucionales, mucho menos por la “fiebre” electoral.
Al candidato de la alianza “Por México al Frente” no tenemos que darle ninguna bienvenida, porque el pueblo sabe distinguir al partido electoral responsable de la continuidad del régimen de hambre y quien consumió miles de vidas en una absurda “guerra contra el narcotráfico”; quien expresa una actitud soez ante el pauperismo y precariedad social.
Nuestra posición ante un escenario de efervescencia electoral es clara, desde las miasmas del régimen no es posible conseguir cambio social alguno; del estercolero electoral se antoja difícil la trasformación de las condiciones de vida de millones de trabajadores, sin embargo, aquellas posiciones honestas, pero sobre todo el pueblo que aún mantiene la esperanza en estos vericuetos deberán estar prestos para defender la voluntad popular ante la configuración inminente de un nuevo fraude.
Ni bienvenida al candidato Anaya, ni “enfrentamiento”, lo acontecido contra nuestros compañeros es un acto de flagrante violación a los derechos humanos, una acción represiva en consonancia a los manuales de contrainsurgencia para tratar de inhibir la solidaridad popular, una evidencia clara de la vocación profascista de distintos signos partidistas y jerarquías institucionales.
Exigimos garantías efectivas de atención médica a los compañeros que resultaron con lesiones de este acto represivo, así como el respeto de la integridad física y psicológica de nuestros compañeros en Chiapas y en todos los estados donde tenemos presencia y arraigo. La responsabilidad de todo acto que atente contra la integridad de nuestros compañeros será responsabilidad de Enrique Peña Nieto y Manuel Velasco Coello como titulares del ejecutivo federal y estatal respectivamente.
Fraternalmente
¡Presentación con vida de todos los detenidos desaparecidos de ayer y hoy por el régimen!
¡Alto al terrorismo de Estado!
¡Alto a la criminalización de la pobreza y protesta popular!
¡Por la unidad obrero, campesino, indígena y popular!
Frente Nacional de Lucha por el Socialismo