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¿Dónde los tienen? Gira nacional: desaparición forzada en México, caso Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya, un crimen de lesa humanidad, es una obra que expresa el fenómeno de la desaparición forzada a través de una actividad política concreta

Jueves 4 de mayo de 2017, por Ciudad de México

¿Dónde los tienen? Gira nacional: desaparición forzada en México, caso Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya, un crimen de lesa humanidad, es una obra que expresa el fenómeno de la desaparición forzada a través de una actividad política concreta

El libro que ahora se presenta ¿Dónde los tienen? Gira nacional: desaparición forzada en México, caso Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya, un crimen de lesa humanidad es una publicación de gran importancia para el FNLS, pero también para todos los familiares de las víctimas de este crimen aborrecible.

Es una obra que expresa el fenómeno de la desaparición forzada a través del desarrollo de una actividad política concreta, de una Gira Nacional que realizamos en el año 2015 y que recorrió varios estados de la República; en cada uno de ellos nos encontramos con características que ponen en evidencia que este crimen de lesa humanidad es política de gobierno, práctica fascista de un Estado policíaco-militar.

En sus primera líneas expresa la necesidad de la unidad de los familiares, de las víctimas y el pueblo en general para luchar contra la desaparición forzada de personas por motivos políticos y sociales, porque al tratarse de un crimen que lacera al pueblo mexicano, es necesario la coordinación y unidad para frenar esta política criminal, la cual suma ya más de 300 mil víctimas.

El libro nos conduce a reconocer en cada una de las víctimas a un hermano de clase, porque los detenidos desaparecidos son hijos del pueblo, es éste quien exige su presentación con vida, es él quien en cada actividad política dignifica su vida, obra y lucha, porque el gobierno mexicano le apuesta al olvido, para dejar de exigir justicia; mientras no se dé con el paradero, se conozca la verdad de los hechos y se enjuicie a la autores materiales e intelectuales la lucha no tiene descanso.

Conforme se adentra en su lectura conocemos de cerca un poco más sobre el caso de los dos revolucionarios Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya, detenidos desaparecidos el 25 de mayo de 2007 en la ciudad de Oaxaca. A través de sus familiares se nos permite adentrarnos en su infancia, su juventud y condiciones concretas que los llevaron a optar por esa forma de lucha como expresión cualitativa de la lucha del pueblo.

Nos vamos a dar cuenta que Gabriel Alberto desde muy pequeño tenía una pasión por la lectura, lo que le permitió obtener premios en la escuela por terminar de leer sus libros; desde temprana edad mostró cualidades de un niño inteligente, siempre se le veía con sus libros y responsable con sus tareas; sus hermanos lo recuerdan como cariñoso que siempre los protegía.

En la adolescencia cursó la educación secundaria en una institución que pertenecía a la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, donde destacó por ser un alumno brillante, lo que le permitió tener más contacto con las luchas de obreros y campesinos ante las injusticias que eran objeto; destacó por su capacidad de organización y dirección con los estudiantes de su escuela, desde muy joven se le confió la responsabilidad de ser Secretario General del Comité Estudiantil que organizaba la lucha contra el alza al trasporte público y la solidaridad con las demandas inmediatas del pueblo trabajador de Oaxaca.

Edmundo Reyes Amaya sus familiares lo describen como un joven responsable, trabajador, su pasión por el deporte lo llevó a practicar el beisbol en el equipo local “Delfines”. Antes de su detención desaparición forzada leía libros de psicología y filosofía para entender la complejidad del ser humano. A sus hijos siempre daba consejos y siempre cariñoso con ellos; les enseñó cómo enfrentar los problemas de la vida.

Esta parte del libro es esencial, porque a través del testimonio de sus familiares, nos damos cuenta que los detenidos desaparecidos son seres humanos, son hombres, mujeres, tienen una vida, una historia de vida que debe conocerse, no son sólo cifras; son elementos del pueblo que por su condición de militantes del PDPR-EPR fueron objeto de este crimen de lesa humanidad.

En líneas generales expresa la denuncia concreta de cómo se ejecuta la desaparición forzada por motivos políticos o sociales en nuestro país. Si bien parte de un caso en particular, el de los revolucionarios reivindicados por el PDPR-EPR, los alcances jurídicos y políticos que aquí se exponen resultan de gran valor en tanto que es el caso concreto que coadyuva a comprender la generalidad con se ejecuta esta práctica pro fascista.

En casi diez años de lucha, todo el cúmulo de experiencias se engarza en este material impreso para señalar una ruta metodológica por la que podemos transitar todos quienes seamos víctimas de la política represiva del Estado mexicano. En cada boletín de prensa, denuncia o posicionamiento, se podrá advertir en someras líneas el pulso preciso en cual fue escrito. Algunos versan más para denunciar un acontecimiento con que el Estado intentaba cobrar más víctimas y hacernos desistir, otras para exponer nuestra concepción ante una coyuntura concreta.

No es una simple recopilación de boletines y notas periodísticas, vistos en conjunto es la manifestación de todo un proceso de denuncia y lucha política, donde paulatinamente se rompe la censura que intenta imponer el cerco mediático, a la vez que se recoge solidaridad de un amplio sector del pueblo.

Gabriel Alberto y Edmundo Reyes son reconocidos en este material como lo que son, dos revolucionarios, dos seres humanos cuya cotidianidad se lucha se forjó en las condiciones concretas en las que se desenvuelve el pueblo trabajador. Son ilustrados aquí por sus familiares como el “hermano cariñoso” “siempre preocupado por los problemas que aquejan a las comunidades”; el “padre preocupado por sus hijos” dos “autodidactas” cuyo deseo de luchar por sus ideales los condujo a hacer el esfuerzo necesario para ser congruentes y que por su militancia política el Estado los detuvo y desapareció de manera forzada.

El caso que se recoge en este libro se puede tomar desde el ángulo que se desee y por todos ellos se puede tomar como punto de partida para ilustrar el problema de las desapariciones forzadas como en fenómeno exponencial y generalizado. Cuando se comete este crimen de Estado en Oaxaca en el año de 2007, no era un tema que fuera de la ocupación de muchos, se llegó incluso a minimizar el hecho al suponer que crímenes de esta naturaleza sólo quedaban en el pasado.

La realidad es más terca y con paso firme colocó en los reflectores que la desaparición forzada no es un tema que deba dejarse solamente al historiador, por esa razón el caso de los luchadores sociales ilustra para situarnos en tiempo y espacio en que los crímenes de lesa humanidad se colocan a la orden del día, con la particularidad que se cometen por motivos políticos o sociales. Es de hecho, en el marco de la supuesta guerra contra el narcotráfico, la cortina de humo con el cual se pretende encubrir todos los crímenes y endosarlos a una sobredimensionada delincuencia organizada.

Desde el Estado se negará el hecho se ser el partícipe en las desapariciones forzadas, no obstante, este caso, cuyo testimonio recoge el libro, cada vez más son las evidencias que exponen a las fuerzas armadas como las responsables de objetivar el terrorismo de Estado; el Doctor Gilberto López y Rivas señaló al inicio de la gira que a las “fuerzas armadas no se les toca ni con el pétalo de una recomendación” en alusión a la resolución jurídica en torno al caso, donde se ordena la apertura de los cuarteles y zonas militares para la búsqueda de los detenidos desaparecidos y que hasta la fecha no ha sido acatada, lo que refleja la impunidad para los autores materiales e intelectuales de crímenes de lesa humanidad.

En cada uno de los estados donde realizamos la gira se conocieron elementos que imprimieron condiciones concretas a esta actividad de denuncia, cada colectividad abonó a la denuncia y hoy colocados en este material impreso, nos permite observarlos en orden concatenado que nos lleva a entender que la desaparición forzada no es obra de la casualidad ni casos aislados.

En Chiapas se definió que cuando este crimen se comete por motivos políticos se torna más perverso porque se impide el derecho a organizarse y resistir cuando un gobierno no garantiza el mínimo necesario para satisfacer las necesidades del pueblo, coarta el derecho a la protesta y la resistencia popular.

En Veracruz nos dimos cuenta de que el pueblo está muy lacerado por los crímenes de Estado y de lesa humanidad, es tanta la impunidad con la que actúan los cuerpos castrenses y son cobijados desde el gobierno, que a los familiares les invade el miedo y les impide denunciar a los responsables, lo mismo sucede con los periodistas. En esta entidad es importante destacar al fotoperiodista Rubén Espinoza, quien dio seguimiento periodístico a la gira mientras desarrollamos las actividades; días después es víctima de la ejecución extrajudicial.

En Tabasco nos encontramos con el hostigamiento de la policía estatal lo que expresa que desde el gobierno federal y estatal consideran como delincuentes a quienes desarrollamos la denuncia de la represión contra el pueblo trabajador; por esa razón el abogado comentó que al pueblo se nos exige que cumpla la ley, pero cuando es el Estado mismo es quien debe respetarla y acatar sus propias resoluciones, lo niega totalmente.

En Puebla el Maestro Santiago Corcuera expuso con magistral elocuencia la necesidad de tipificar una ley contra la desaparición forzada, no es posible que ante tantos crímenes de esta magnitud no haya un marco jurídico que contemple el tipo penal de la desaparición forzada y las penas de acuerdo a la gravedad del crimen.

En Hidalgo a pesar de que la labor de denuncia y documentación no permite establecer una cifra exacta de los crímenes de lesa humanidad cometidos en esta entidad, la sistematicidad e intensidad con que se ejecutan se puede advertir a través de años en que se practica, desde el momento en que se reprimió campesinos que exigían tierra en la región Sierra y Huasteca.

En Michoacán la censura y autocensura de los medios de comunicación fue lo relevante, cómo es posible que al tratarse de un tópico tan delicado como es la desaparición forzada, se le hizo el vacío en los periódicos; eso nos refleja la forma de gobernar de la administración siguiente y la consigna de Estado de no dar voz a los familiares de víctimas.

En Jalisco se hizo un merecido reconocimiento a quienes participaron en distintos procesos de mediación, personalidades ¬de gran condición moral, lo que llevó al Estado a reconocer tácitamente la desaparición forzada contra los dos luchadores sociales. Este hecho significó un elemento importante del partido que los reconoce como parte de su militancia, porque le llevó la delantera con esta iniciativa.

En su paso por varios estados del país y con la participación de connotadas personalidades, entre ellos el padre Miguel Concha Malo, el Maestro Santiago Corcuera, los abogados Leonel Rivero, Sandino Rivero, académicos y distintas organizaciones de derechos humanos y populares; lo que en los hechos objetiva la solidaridad que cobija a todas las víctimas, independientemente de sus convicciones por las cuales se conduzca en la lucha de nuestro pueblo, todos son hermanos de clase.

En el recorrido de la gira conocimos a familiares de las víctimas, se recogieron las voces de los familiares como es el caso de Teodulfo Torres Soriano; en Oaxaca del profesor Carlos René Rompan Salazar y la niñas triquis Daniela y Virginia Ortiz Ramírez; en Chiapas el caso de Luisa Margaret Castillo Mora; en Veracruz los familiares de Gabriel Gómez Caña; en Michoacán el caso de los jóvenes Antonio Maldonado Castañeda, Ana Belem Sánchez Mayorga, Luis Enrique Castañeda Nava, detenidos desaparecidos en Paracho. Casos que conocimos durante la gira.

Es importante destacar el hostigamiento de que fuimos objeto en el recorrido, no hubo estado sin la presencia de agentes policiacos vestidos de civil, otros se hicieron pasar por periodistas; algunos se presentaban con sus insignias y directamente preguntaban por los responsables de las actividades, como fue el caso de Pachuca donde se presentaron como elementos de inteligencia militar.

Lo anterior es necesario hacer mención porque después de realizar la gira comenzaron los asesinatos, intentos de ejecución extrajudicial de nuestros compañeros, como fue el asesinato político de nuestro compañero Héctor Sántiz López el 29 de septiembre de 2015; el intento de ejecución extrajudicial de cinco compañeros en la Ciudad de México ocurrida el 7 de noviembre del mismo año. El mensaje del perpetrador fue se sienten muy chingones, se sienten de muchos “huevos”, ya se los cargó la chingada y les disparó a quemarropa.

Esto último se encontrará en el epílogo, es la respuesta del gobierno mexicano ante la exigencia de justicia y del cumplimiento de la resolución 29/2014 a favor de los luchadores sociales Gabriel Alberto y Edmundo.

El libro, con un buen ojo crítico nos podemos dar cuenta que es una guía de cómo se debe hacer la denuncia política y acciones políticas de masas, ante una política de gobierno se responde con la movilización, denuncia política y organización.
Es la historia escrita por los mismos actores, es la forma concreta de la coordinación de diferentes esfuerzos, la parte jurídica, política y de derechos humanos para denunciar y desenmascarar al Estado mexicano como responsable en el cometido de cientos de miles de crímenes de Estado y de lesa humanidad.

De un caso particular expresa la generalidad dela desaparición forzada en el país, fenómeno exponencial que no debe quedar en el olvido, mucho menos perdonar a los responsables de esta política criminal.

Frente Nacional de Lucha por el Socialismo

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