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Pronunciamiento. Día internacional de la mujer y el derecho a la protesta

Martes 8 de marzo de 2022, por Ciudad de México

08 de marzo de 2022

“La mujer proletaria lucha mano a mano con el hombre de su clase contra la sociedad capitalista”
Clara Zetkin

El Día internacional de la mujer es una conquista histórica de las mujeres proletarias, organizadas bajo la bandera de los ideales comunistas; fecha reivindicativa que a través de los años se traduce en lucha por su emancipación de la explotación económica y, por extensión, la opresión política; a la vez, se traduce en jornadas de lucha por mejorar las condiciones materiales de vida, igualdad de derechos y contra la dictadura que vivimos en el capitalismo.

La lucha por el reconocimiento de la mujer como sujeto político fue organizada e impulsada como demanda política por el movimiento comunista internacional, en el que destacaron mujeres como Clara Zetkin, Alexandra Kollantai, Nadiezda Krupskaia, Inesa Armand, Rosa Luxemburgo, entre otras, quienes dedicaron su vida y esfuerzos a la causa del socialismo en el mundo.

Desde la ideología burguesa, los gobiernos y las instituciones que representan los intereses y exigencias de los que explotan, se pretende desvirtuar la esencia y carácter de esta fecha histórica, lo transmutan en un acto de consumismo exacerbado que promueve el individualismo y la confrontación entre hermanos de clase.
El pueblo trabajador, las organizaciones populares, sindicales y estudiantiles con carácter independiente, reivindicamos esta fecha como una efeméride política que llama a la acción política de masas, a la defensa y el ejercicio irrestricto del derecho a la protesta, a su vez, a la denuncia política de las calamidades que engendra el capitalismo.
En el contexto de agudización de la crisis capitalista, de creciente violencia que tiene origen en el Estado y la descomposición social que engendra el capitalismo, de permanente anulación de facto de los derechos laborales, sindicales, humanos y constitucionales, la mujer está llamada a ser partícipe junto con sus hermanos de clase a luchar no sólo por sus demandas y reivindicaciones inmediatas, ante todo, por la emancipación total de las cadenas que impone el capitalismo.

Pese a los discursos demagogos desde la institucionalidad y los “esfuerzos legislativos” por lograr la “igualdad de género” y el “empoderamiento de la mujer”, la realidad es que millones de trabajadoras en México aún laboran sin ningún tipo de prestación y derechos laborales, otras tantas, sobreviven en el desempleo, el subempleo, la precariedad laboral, la prostitución y las injusticias sociales inherentes al capitalismo.

La explotación y la violencia que emana de las instituciones del Estado mexicano, es la condición que enfrenta la mujer trabajadora en los centros industriales y zonas maquiladoras del país; en el campo enfrenta la sumisión, vejación, la degradación humana, la miseria material y el atraso cultural; en al ámbito profesional está sojuzgada por la concepción patriarcal que reconoce sus derechos de manera formal, pero en el acto se anulan; la sindicalizada se enfrenta a la opresión política que emana de todo el modo de producción; en el medio estudiantil, al igual que en las otras esferas de la sociedad es objeto de acoso sexual e inferiorizada por su condición de ser natural; en los cinturones de miseria en las grandes ciudades, la mujer está subsumida en un proceso de descomposición social y tiene que lidiar con el fantasma de la hambruna.

La mujer que decide participar en las organizaciones populares independientes se enfrenta a la violencia institucional que impone el gobierno mexicano, ésta se expresa en persecución política, prisión por motivos políticos, desaparición forzada, asesinatos políticos, desplazamientos forzados, tortura, discriminación y criminalización de la protesta popular.

Un botón de muestra de lo anterior es el encarcelamiento injusto que enfrentó nuestra compañera Asunción Gómez Sánchez, a quien el gobierno de MORENA en Chiapas mediante un expediente incriminatorio encarceló por más de dos años de manera injusta para tratar de obligarla a desistir de luchar por el socialismo y los derechos del pueblo; otro caso es el de la activista política Kenia Hernández, quien aún permanece en prisión por ejercer su derecho legítimo a la protesta.

Pese a que enfrentamos a un gobierno que dice respetar los derechos de la mujer, en los hechos se manifiesta en su contrario, es la condición de la compañera, Licenciada en Psicología Noemia Calles Ríos, quien por ejercer su derecho a la organización y manifestación de ideas está en condición de perseguida política, junto con el compañero, profesor de educación indígena Jorge Ceja Ramos.

En similar condición de injusticia enfrentan las compañeras Rosa Morales Díaz, quien queda viuda por efectos de las balas paramilitares el 29 de septiembre de 2015; Sebastiana Pérez Hernández, quien vive la zozobra que causa la desaparición forzada de su esposo, el 5 de marzo de 2016; María Sántiz, quien enfrenta el dolor por la pérdida de su hijo de 13 años el 28 de febrero de 2017, asesinado por el grupo paramilitar Los Petules; Claudia Guadalupe González Pérez, quien enfrenta el dolor del asesinato político de su compañero Víctor Alfonso Pérez López, el 10 de diciembre de 2017.

La entereza de las compañeras, Erika Sántiz, quien quedó viuda con dos niños por el asesinato político de su compañero a manos del mismo grupo paramilitar, el 20 de febrero de 2021; el caso más reciente, nuestra compañera Martha Guadalupe Vázquez Ramírez, quien exige justicia por el asesinato político de su esposo Efraín Hernández a manos del grupo paramilitar Alianza San Bartolomé de los Llanos y la Guardia Nacional el 5 de mayo de 2021.

La violencia que se ejerce contra la mujer en México tiene carácter de clase, su origen está en el Estado, en las condiciones de pobreza y miseria que engendra el capitalismo. Ésta es una realidad lacerante presente en todo el país.

Así como hay mujeres que se organizan y luchan por sus derechos, también hay mujeres que definen su condición de clase al formar parte de las filas de los cuerpos represivos, aunque lo nieguen desde la institucionalidad son mujeres represoras, quienes no tienen miramientos para golpear a una mujer ni asumir posiciones que nieguen en la vía de los hechos los derechos y libertades políticas del pueblo trabajador. En su actuar destilan odio de clase, por eso no nos sorprende que desde el gobierno de la Ciudad de México las feliciten o les den premios por reprimir, lo que indica extravío en su conciencia de clase.

La lucha de la mujer se debe enfilar a fortalecer los procesos organizativos que promueven la emancipación de la humanidad, porque la que sea conducida por los derroteros de la inmediatez, la espontaneidad y la superficialidad de los fenómenos sociales, está condenada al fracaso o a convertirse en comparsa del reformismo y las concepciones reaccionarias sobre la mujer.

En la presente coyuntura de la posibilidad de una tercera guerra mundial, la lucha de mujeres y hombres por el socialismo adquiere mayor relevancia histórica, constituye propuesta de emancipación del ser genérico para superar la explotación del hombre por el hombre y todo el conjunto de oprobios que engendra la sociedad capitalista.

No se puede concebir la igualdad de la mujer, ni mucho menos su emancipación mientras persista la explotación y opresión capitalista, porque la verdadera igualdad tiene como punto de partida la abolición de la propiedad privada y las relaciones de producción basadas en la explotación del hombre por el hombre.

Este ocho de marzo, en el marco del Día internacional de la mujer, nos convoca a redoblar esfuerzos en la lucha contra el capitalismo, que conduce a la humanidad por el sendero de la degradación y la decadencia.

La exigencia de la libertad de los presos políticos sigue firme, en particular la de nuestro compañero Higinio Bustos Navarro; no cejaremos la bandera de lucha por la presentación con vida de los detenidos desaparecidos, en específico la de los revolucionarios Gabriel Alberto Cruz Sánchez, Edmundo Reyes Amaya y la de nuestro compañero Fidencio Gómez Sántiz; así como exigir alto a la persecución política y el encarcelamiento injusto contra integrantes del FNLS.

¡POR LA UNIDAD OBRERO, CAMPESINO, INDÍGENA Y POPULAR!
FRENTE NACIONAL DE LUCHA POR EL SOCIALISMO
FNLS

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