Aguas Blancas: crimen de Estado e impunidad

Chiapas, México. 28 de junio de 2021

A los medios de comunicación

Al pueblo en general

Aguas Blancas: crimen de Estado e impunidad

El día de hoy se cumple 26 años de la masacre de campesinos suscitado en el Vado de Aguas Blancas en el estado de Guerrero, crimen perpetrado por elementos policiacos bajo órdenes de los gobiernos estatal y federal, lo que constituye un crimen de Estado que hasta la fecha continua en la impunidad, además de ello, más crímenes como este se cometen en la actualidad en contra del pueblo organizado y no organizado.

El hecho de que se cometa este tipo de crímenes expresa la existencia de una política represiva y autoritaria por parte de los gobiernos en turno, no ha habido sexenio donde no se haya documentado graves violaciones a los derechos humanos o crímenes de lesa humanidad. Lo sucedido en Aguas Blancas fue durante el mandato de Ernesto Zedillo, los posteriores gobiernos también cargan con crímenes de esta índole.

Tlatelolco, Golonchán, Acteal, Nochixtlan, son algunos ejemplos que ilustran la existencia de los crímenes de Estado y la impunidad, donde los responsables materiales e intelectuales son protegidos y muchos de ellos premiados con cargos públicos en las diferentes estructuras del gobierno, ejemplo concreto Ardelio Vargas Fosado recientemente designado como Secretario General en el estado de Puebla, este funcionario está vinculado a la represión en San Salvador Atenco, y hacia la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) en el 2006.

No podemos dejar de mencionar el caso de Jorge Luis Llaven Abarca, ex Fiscal General del Estado en Chiapas, quien es responsabilizado por actos de tortura, detenciones arbitrarias y demás graves violaciones a los derechos humanos, hoy es premiado con un curul en la Cámara de Diputados.

Desde esos nuevos cargos los criminales de cuello blanco buscan mantener la represión y la violencia contra el pueblo, de ahí que se mantenga el paramilitarismo y el asesinato de luchadores sociales, el despojo de tierras, el desplazamiento forzado, detenciones arbitrarias y la tortura como método de investigación policiaca.

El conjunto de estos hechos expresan que sin importar quien preside la silla presidencial la represión y la impunidad se impone como política de Estado para silenciar la voz de protesta y lucha por justicia y la defensa de los derechos del pueblo, así como para imponer los intereses económicos y políticos de la clase en el poder.

Los cuerpos represivos (Policías, Militares y paramilitares) están señalados en diversos crímenes, como por ejemplo en la desaparición forzada de los revolucionarios Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, hay mandos de la policía, y el ejercito que tienen que ver con este acto deleznable pero que viven en la impunidad y en la protección que les brinda las instituciones de “justicia”.

La maniobra del actual gobierno fue la de promover el “perdón” y el olvido hacia los crímenes de Estado, con la idea de que la llegada de un “gobierno del pueblo”, era el suficiente castigo para los “represores”.

Sin embargo, los familiares de las víctimas y las organizaciones populares dejaron en claro que la única y verdadera consigna es ¡Ni perdón, ni olvido! ¡Castigo a los asesinos!, por tanto, nuestra exigencia en estos momentos es la de justicia, presentación con vida de los detenidos desaparecidos y el juicio y castigo a los criminales de Estado, máxime cuando la represión sigue siendo parte medular de la actual política gubernamental.

No puede haber un crimen de Estado sin castigo, Aguas Blancas es un crimen que el pueblo no olvida ni perdona, la justicia debe de llegar tarde o temprano, eso requiere de seguir impulsando las banderas de justicia, juicio y castigo a los criminales de Estado y de impulsar la lucha contra la represión.

¡Por la unidad obrero, campesino, indígena y popular!
Frente Nacional de Lucha por el Socialismo