¡2 DE OCTUBRE DE 1968 NO SE OLVIDA!, ¡NI PERDÓN, NI OLVIDO, NI RECONCILIACIÓN!

¡2 DE OCTUBRE DE 1968 NO SE OLVIDA!
¡NI PERDÓN, NI OLVIDO, NI RECONCILIACIÓN!

A 2 de octubre de 2020, Michoacán

A 52 años de la matanza del 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco y a 54 años de la represión contra estudiantes nicolaítas en la ciudad de Morelia en 1966, crímenes de Estado y de lesa humanidad que continúan en la impunidad que les otorga el estado de derecho burgués. Ambas son muestra de que el actual régimen es en esencia represivo, autoritario, antipopular y profascista, la represión contra el movimiento estudiantil-popular sigue siendo la respuesta del Estado Mexicano ante las legítimas demandas de un pueblo explotado y oprimido que carga con el yugo que le impone el capital nacional y extranjero.

Para los estudiantes proletarios queda fresca aún en la memoria la saña con la cual desde el palacio nacional se giraron las instrucciones a los granaderos, al ejército y al Batallón Olimpia para masacrar y reprimir a estudiantes, obreros, amas de casa y demás sectores que sólo demandaban cese a la represión, el desmantelamiento del aparato represivo y la libertad de los presos políticos.

Demandas que en la actualidad siguen siendo vigentes dado que se sigue orquestando la política de terrorismo de Estado para someter a las masas populares.
La responsabilidad de estos actos criminales recae en el Estado mexicano: Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez, los responsables directos quienes al igual que los actuales gobernantes fueron instrumentos serviles al imperialismo norteamericano y Agustín Arriaga Rivera, un personaje nefasto en la historia de Michoacán que se caracterizó por su vocación profascista, represivo y autoritario al igual que el actual gobernador Silvano Aureoles Conejo. Desde su investidura orquestaron la represión asumiendo las posiciones reaccionarias y antimarxistas dictadas desde el Pentágono y la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

La lucha tanto de los estudiantes universitarios y de los estudiantes nicolaítas fue (y sigue siendo) justa y necesaria, en aquellos años el movimiento estudiantil luchó por la defensa de la autonomía universitaria y de la educación científica, laica, gratuita y popular; lucha que se enfrentó a la bota policiaco militar con la entrada del ejército a la Ciudad Universitaria de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y al Colegio Primitivo de San Nicolás de Hidalgo en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

Para el caso de la universidad nicolaíta, la convicción reaccionaria de Arriaga Rivera hizo desaparecer la entonces Ley Orgánica más avanzada en América Latina, en ese entonces fueron encarcelados por motivaciones políticas luchadores sociales y activistas estudiantiles entre ellos Elí de Gortari, otros más fueron exiliados del país, así mismo, fueron cerradas por el ejército las Casas del Estudiante.

El movimiento estudiantil de 1966 y 1968 tuvieron su origen en las demandas populares de los movimientos que le antecedieron como el ferrocarrilero, médico y magisterial; hecho que demuestra el carácter proletario de esta lucha y confirmando por la vía de los hechos la indisoluble unidad entre el proletariado y los estudiantes, o sea, que la lucha de los diferentes sectores es en esencia la lucha de clases en la cual los explotados y oprimidos tienen la obligación de conquistar libertades y derechos por medio de la lucha combativa y la coordinación entre los sectores del pueblo trabajador.

A más de medio siglo del 2 de octubre de 1966 y 1968, las conquistas del movimiento estudiantil-popular hoy son coartadas de forma autoritaria por los gobiernos antipopulares y represivos. En la actualidad al igual que Demetrio Vallejo, siguen existiendo luchadores sociales, sindicalistas, profesores y personas del pueblo trabajador que se encuentran en las cárceles del país como rehenes políticos del Estado mexicano, ejemplo de ello es el caso del Prof. Leobardo Reyes Meza, los comuneros de Nahuátzen, el comunero de Caltzontzin en Michoacán; y los casos de Javier González Díaz, Armando Hernández Sánchez, Venturino Torres Escobar y Asunción Gómez Sánchez y los miembros del FREDROC Juan Díaz Montejo y Rosa del Carmen Hernández Sánchez en Chiapas.

Nuestros derechos como la salud, educación y trabajo se enfrentan a la embestida neoliberal que los pone en bandeja de plata a la burguesía ocasionando así que miles de jóvenes encuentren cercenadas sus aspiraciones por mejorar sus condiciones de vida ante la falta de oportunidades y preparación académica, se nos impone la lógica del capital que solamente nos demanda una actitud pasiva y sumisa para alimentar los procesos productivos sin poder disfrutar de la misma riqueza que generamos.

Para los estudiantes y juventudes proletarias, conmemorar el 2 de octubre significa enarbolar nuevamente las banderas y consignas que los caídos nos dejaron, es atender el llamado a organizar y construir el movimiento estudiantil-popular por la defensa de nuestros derechos como a la educación, la cual bajo el proceso de privatización convierte a las universidades públicas en espacios elitistas y reaccionarios, exigir la libertad de los presos políticos, la presentación vida de los detenidos desaparecidos y el cese a la represión contra el pueblo. Pero, sobre todo, el llamado es a coadyuvar en la lucha de los oprimidos y explotados por la transformación de la realidad, por el socialismo en México.

FRATERNAL Y COMBATIVAMENTE:
¡POR UNA EDUCACIÓN CIENTÍFICA, POPULAR Y SOCIALISTA!

CASA COMUNAL Y DEL ESTUDIANTE “LA COMUNA DE PARÍS