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Estado y burguesía es “la unidad” contra el pueblo chiapaneco

Miércoles 18 de marzo de 2020, por Ciudad de México

Ciudad de México a 17 de marzo de 2020

A la opinión pública

Estado y burguesía forman un binomio que explota y oprime al pueblo, es la “unidad” para generar oprobio a las masas trabajadoras más no con el objetivo de mejorar las condiciones materiales de vida del pueblo, por tanto, los políticos de oficio en Chiapas, como hombres del régimen, intentan ganarse la simpatía de los pobres del campo y la ciudad con una retórica sobremanera trillada.

El Estado en una sociedad capitalista su función es oprimir a la clase trabajadora, éste actúa acorde a las necesidades del capital, legitima el orden de cosas burgués en apego a las leyes del desarrollo del régimen capitalista, por esto, su actuar es en correspondencia al momento histórico concreto, por tanto, hoy el curso de los acontecimientos revela la objetivación de dicha premisa, un ejemplo ilustrativo es lo que acontece en la entidad del sureste mexicano.

Entre discursos demagógicos y los vaivenes del mercado capitalista transcurre la ejecución de los planes imperialistas en Chiapas escenario que se traduce en la continuidad de la violencia de clase, las mentiras de los políticos de oficio y el pueblo que persiste en exigir el cumplimiento a sus demandas más sentidas.

Con la jerga propia de políticos del régimen, éstos no descansarán en emitir una y otra vez su discurso matizado de benevolencia para referirse a los logros que hasta ahora deja la administración de Rutilio Escandón Cadenas, pese a lo trillado de su retórica, mediante este mecanismo su gabinete intenta controlar al pueblo, pero en los hechos, la violencia institucional no se detiene.

El gobierno de la entidad refiere por ejemplo “(…) estamos muy sumados los tres órdenes de gobierno, haciéndole frente a la inseguridad.” Esto es falso, porque la inseguridad tiene su origen en las relaciones sociales sustentadas en la explotación del hombre por el hombre, en una sociedad donde la clase dominante propicia la descomposición social, la pobreza, la miseria, el desempleo, que muchas veces desembocan en fenómenos como la paramilitarización, el reforzamiento de las fuerzas represivas, la “delincuencia organizada” es obra del Estado, el pueblo exige justicia y mejorar sus condiciones materiales de vida.

La connotación popular que intenta dar el representante del Ejecutivo estatal al concepto de “unidad” es vacía, toda su fraseología estriba en complacer los intereses capitalistas porque miente cuando arguye que “(…) se ha consolidado una nueva relación de bienestar y un trabajo de unidad para impulsar la pacificación completa de Chiapas”, pero en la entidad no hay un ápice de pacificación producto de la administración actual.

Los desalojos y desplazamiento forzados ocurrido durante el año pasado y los casos acaecidos a principios de éste, así como de las víctimas de la violencia institucional en lo que va del sexenio no son de ninguna manera señales de pacificación, por tanto, hablar de completa paz es una quimera, ésta es para el gobierno la de los intereses empresariales; mientras los diversos sectores populares son cada vez más precarios sus condiciones materiales de vida.

La doble moral, como denunciamos en repetidas veces, es un rasgo inequívoco del comportamiento de los políticos de oficio, Rutilio Escandón lo evidencia de este modo “(…) No hay algo que le duela más al pueblo que la incertidumbre de perder no sólo su patrimonio sino también su vida” esto es hipocresía.

En esa expresión del gobierno chiapaneco oculta su vocación demagógica, miente al por mayor, es el clásico actuar de un político servil a los intereses de los grandes empresarios, con arengas incendiarias pretenden ganarse la aceptación del pueblo, pero en los hechos destaca su vocación criminal junto a la del Secretario General de Gobierno y el Fiscal General del Estado.

En las siguientes líneas se específica la política de la administración morenista en Chiapas:
“(…) Por eso, no debemos dejar pasar esta gran oportunidad como autoridades de proyectar una política de trabajo responsable que abone al desarrollo, progreso, bienestar y al porvenir de las y los chiapanecos, y el primer paso es garantizar seguridad.”

Esas declaraciones revelan que en cada frase optimista pretende ocultar los saldos perniciosos que hasta ahora provoca en miles de familias del campo y la ciudad la represión, los desalojos forzados y las detenciones arbitrarias. Sus expresiones no están sustentadas en hechos concretos, sino en buenos deseos y mentiras para atraer la atención del capital monopolista trasnacional.

Miente la terna represora Rutilio, Ismael Brito y Jorge Luis Llaven cuando dicen que el primer paso es la seguridad para que el pueblo perciba “con creces” lo hecho por el gobierno estatal en lo que va de su mandato. Esa expresión alberga una actitud simuladora, porque lo que dichos políticos de oficio ocultan es que la seguridad para ellos es reprimir, hostigar, amenazar, favorecer a los empresarios.

Garantizar la protección de la propiedad privada, es el objetivo del gobierno chiapaneco, más no a los intereses de los amplios sectores populares, de ser así, el desarrollo de las fuerzas productivas, el capital financiero y el Estado favorecería sobremanera las condiciones socioeconómicas de las masas trabajadoras, sin embargo, el pueblo no supera su condición de pobreza, miseria, la violencia de clase continúa, sobre todo ante contingencias como la provocada por la pandemia actual, su efectos en la condiciones materiales de vida se antojan de mayor precariedad.

Burgueses y gobernantes conjuntamente perpetúan el régimen de oprobio contra las masas, sus decisiones económicas y políticas están en función por un lado de mantener sus ganancias y por el otro, hacer al pueblo sumiso, por esto, el representante incurre en una falta a la verdad cuando manifiesta que con la seguridad “(…) no sólo crece la economía y la inversión, sino también el índice de desarrollo humano y el empleo. En esas declaraciones no sólo evidencia su desconocimiento en materia económica, sino también, su insistencia en mentir al pueblo. Éste es mejor demagogo que teórico.

Falsear la realidad en tiempos de crisis económica, de la “contingencia viral” y los vaivenes abruptos del mercado capitalista en el mundo, son fenómenos que con el actuar de los políticos de oficio del estado los intentan ocultar a través de sus expresiones.

La unidad, burguesía y Estado, es la puntilla que lacera la humanidad de los desposeídos, por tanto, en esa lógica se fundamentan las expresiones del gobierno chiapaneco y sus subalternos, por ello mienten, por esto es necesario evidenciar su carácter demagógico, recurrir a nuestro derecho a la protesta con acciones políticas de masas.

¡Por la unidad, obrero, campesino, indígena y popular!
Frente Nacional de Lucha por el Socialismo
FNLS

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