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Actitud política de las víctimas del terrorismo de Estado

Lunes 10 de julio de 2017, por Ciudad de México

La combatividad, indignación y firmeza ideológica es la actitud política que las víctimas del terrorismo de Estado deben asumir ante la violencia institucional. El hombre en su condición natural tiene la capacidad de responder de manera creativa a las adversidades que enfrenta; sin embargo, esta política de gobierno alcanza los umbrales máximos de sensibilidad e intenta obstruir la capacidad creadora del ser humano, porque se le arrebata a su ser querido, que es parte de su vida.

La respuesta humana ante los crímenes de Estado y de lesa humanidad se da de dos maneras: desde una respuesta pasiva o una respuesta creativa; cuál de ellas adopte el individuo, dependerá de las concepciones político-ideológicas que se tengan del fenómeno, pues éstas inhiben o activan dicha capacidad. Sin una actitud correcta ante el enemigo se es presa fácil del terror, se desiste de la lucha y más aún, se le deja campo abierto al Estado para que continúe con el cometido de más crímenes contra el pueblo.

Quienes identificamos al Estado mexicano como el autor material e intelectual de estos abominables crímenes nos organizamos y denunciamos a través de la lucha popular independiente; quienes atribuyen la desaparición forzada de su familiar a la “delincuencia organizada o al narcotráfico” y no se comprende que éstos son paridos desde el régimen a la larga conduce al desánimo, frustración, desesperación o se es presa fácil de la cooptación y secundan las versiones del Estado.

Con esta actitud pasiva que asumen inconscientemente algunos familiares de las víctimas, las conducen a callar o silenciar los crímenes que cometen contra sus seres queridos y el pueblo; permite la impunidad a los autores materiales e intelectuales, que en este caso se ha documentado que son el ejército, la marina, las policías federal, estatal, municipal y los grupos paramilitares.

Se reconoce como víctimas del terrorismo de Estado a aquellos hombres y mujeres que son detenidas desaparecidas, torturados, detenidos arbitrariamente, ejecutados extrajudicialmente, desplazados de manera forzada, personas que son ultrajadas en su integridad física y psicológica con el afán de eliminar no sólo a un opositor al régimen, sino a un pueblo que pertenece a la clase proletaria para garantizar el saqueo indiscriminado de los recursos naturales o energéticos para la gran industria.

Las familias de las víctimas de la desaparición forzada o ejecución extrajudicial, son víctimas indirectas porque soportan la realidad taladrante de no encontrar a su ser querido o la justicia para los responsables materiales e intelectuales. Familiares que con el afán de saber la verdad sobre el paradero de su ser querido el Estado se ensaña contra ellos y obstruye el acceso a la justicia pronta y expedita.

Entre familiares se comprende que se anteponga el sentimiento individual de su familiar, sin embargo, esta actitud no despierta el sentimiento de solidaridad a su hermano de clase cuando se encuentra en la misma condición, ésta tiene su fundamento en las relaciones individualistas que engendra el capitalismo. El dolor del padre o la madre y el sentimiento de querer poner a salvo a sus demás hijos es entendible pero no se comprende que con el silencio se conduce a una situación más vulnerable a su familia.

El gobierno mexicano a través del hostigamiento, persecución y amenazas de muerte pretende quebrantar la voluntad de lucha de las víctimas del terrorismo de Estado, intenta aniquilar la respuesta combativa para dejar en el anonimato y en la impunidad los cientos de casos por los que se clama justicia.

En algunas víctimas el Estado logró permear su disposición de lucha, por medio del terror y hostigamiento generó alteraciones en la conciencia del individuo para que desista en la exigencia de justicia; otros más caen en su juego perverso de dar por muertos a sus seres queridos; los condenan a buscar sus restos mortales en fosas clandestinas para no exigir juicio y castigo a los autores materiales e intelectuales de estos crímenes.

La perversidad del Estado es tal que les revela la ubicación de los parajes donde él mismo inhumó cuerpos; su cinismo llega a tal grado que les “facilita” herramientas de búsqueda, les acordona el lugar con dispositivos de seguridad de la marina, ejercito y policías, así se comprueba que en estos casos está metida la mano del Estado y con esta actitud pretende mantener la impunidad y evadir su responsabilidad sobre estos crímenes.

En la lucha por la verdad y la justicia algunos familiares aprenden a no quedarse callados, a denunciar los crímenes que se cometen en su contra, demuestran a través de la actitud combativa que a pesar del dolor permanente que genera el terrorismo de Estado, éste no es infalible cuando los sentimientos superiores son más fuertes que el dolor y se encuentra claridad de quién comete la desaparición forzada y las ejecuciones extrajudiciales.

Sobreponerse al sentimiento de dolor y salir a las calles a exigir la presentación con vida de sus familiares detenidos desaparecidos, es la actitud creativa y combativa que a pesar de la violencia dan la cara, toman la tribuna, toman el micrófono y hacen la denuncia.

Ejemplo de ello son los familiares de Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya que desde hace diez años luchan sin cansancio; sienten y ven que el esfuerzo de la lucha no es en vano, que organizaciones populares, organismos defensores de derechos humanos, abogados y personalidades solidarias hacen suya la demanda de presentación con vida de sus seres queridos.

La actitud que asumieron los compañeros Rubicel, Jesús, Matías y Miguel ante el intento de ejecución extrajudicial del que fueron víctimas es otra muestra de la combatividad ante un crimen de esta naturaleza; expresa la fortaleza de las convicciones político ideológicas, la confianza en la organización y la colectividad.

Nuestros compañeros Rosa, Sebastiana y Alfredo nos enseñaron que no existe límite cultural-lingüístico para denunciar los crímenes de lesa humanidad, ellos aún con sus marcadas dificultades para hablar el español de no conocer la gran urbe salieron a exponer con su testimonio que el responsable de los crímenes cometidos contra sus seres queridos es el Estado mexicano. Algunos ilusos podrán decir ¿Qué de heroico hay en esta actitud? Solamente quien no conoce al pueblo puede pecar de ingenuidad.

Quienes rompen con el miedo y la parálisis que intenta imponer el Estado, en cada acto de denuncia desenmascaran al Estado mexicano como el responsable de las desapariciones forzadas y demás crímenes que lesionan a la humanidad, son ejemplo de fortaleza y ahínco para otros familiares que viven el dolor por la ausencia de un hermano, un hijo, esposo, amigo, compañero.

Muchos se preguntarán ¿De qué manera algunas víctimas asumen una actitud combativa ante aberrantes crímenes que se cometen en su contra?, ¿cómo es que los familiares mantienen una fortaleza ideológica? La respuesta se encuentra en las concepciones políticas que conducen sus actos, la práctica política que desarrollan, es ahí donde se conoce el origen de una desaparición forzada, de una ejecución extrajudicial, de las masacres contra el pueblo, en sí, del terrorismo de Estado, se conjugan varios aspectos que permiten desarrollar la convicción por lo que se lucha.

La organización del pueblo es un proceso importante porque permite sostener la denuncia ante cualquier acto de injusticia, máxime cuando se trata de crímenes de esta magnitud; aislados de la práctica política se es presa fácil de la represión, del desánimo y la claudicación.

La solidaridad es un principio político organizativo que permite abrazar las demandas de lucha del pueblo y cobijar con el calor humano a un hermano de clase, cuando la injusticia transgrede su dignidad humana e intereses. Porque el hombre es un ser social no puede vivir aislado de los demás.

Los crímenes de lesa humanidad como parte del terrorismo de Estado tienen una esencia totalmente inhumana, no existe un crimen más atroz que aquel que pretende rebasar el umbral del dolor de la víctima directa y sus familiares con el objetivo de lacerar permanente su integridad física y psicológica; por eso le damos la razón a doña Nora Cortiñas quien definió la desaparición forzada como el crimen de crímenes.

La actitud que asumen nuestros compañeros víctimas del terrorismo de Estado muestra que éste no es infalible, siempre que se anteponga la organización popular independiente de manera combativa, se puede salir avante y dejar claro al gobierno que las balas asesinas ni los crímenes de lesa humanidad podrán detener la lucha por el socialismo en México.

La actitud de cada víctima del terrorismo de Estado debe caracterizarse por la combatividad, firmeza ideológica y dignidad para dar a conocer a otros sectores populares que el responsable de los crímenes que priva de la vida y la libertad de miles de seres humanos es el Estado mexicano a través de sus cuerpos represivos: la marina, los militares, las diferentes corporaciones policíacas y los grupos paramilitares creados, entrenados y financiados por éste.

Imperiosa es la necesidad de organizar al pueblo y la unidad de todos los sectores para contrarrestar la violencia que emana del Estado, desarrollar la actitud creativa de las masas trabajadoras que se manifieste en actividades con un carácter contundente ante los miles de crímenes que se cometen a diario; las víctimas aisladas del pueblo se convierten en presa fácil de la frustración, el desánimo y el desgaste que asegura la impunidad ante este escenario perverso y denigrante.

Exigir la presentación con vida de los detenidos desaparecidos, juicio y castigo de las ejecuciones extrajudiciales es honrar la memoria de los miles de víctimas que deja el terrorismo de Estado.

La adaptación creativa es una condición inherente de las masas oprimidas, en todo el proceso histórico se logra anteponer a un escenario adverso por lo que hoy la realidad de crímenes de lesa humanidad contra el pueblo exige no asumir la pasividad, no ser presas de la inacción ni secundar las versiones oficiosas del Estado mexicano. Arribemos a la unidad de todas las víctimas y forjemos con ello la unidad de todo el pueblo.

Frente Nacional de Lucha por el Socialismo

Artículo publicado en la página 15 de la revista Consigna Socialista No 32

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