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Distintas organizaciones populares vivimos en los últimos días una escalada represiva a través de la política del terrorismo de Estado mexicano

Domingo 2 de julio de 2017, por Ciudad de México

Distintas organizaciones populares vivimos en los últimos días una escalada represiva por parte del Estado mexicano a través de la política del terrorismo de Estado; la ejecución extrajudicial de Meztli Sarabia hija del representante de la Unión de Vendedores Ambulantes 28 de Octubre (UPVA) en el estado de Puebla; en Oaxaca la ejecución extrajudicial de Ezequiel Morales Fijo integrante del Movimiento de Unificación y Lucha Triqui (MULT); el allanamiento de las oficinas de la UCIDEBACC; y la detención arbitraria de 13 de nuestros compañeros integrantes del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS) en el estado de Chiapas, son muestras inocultables que desde las instituciones gubernamentales se continúa con la pretensión de ahogar en sangre y fuego toda expresión de protesta y organización.

Cada acto represivo tiene sus particularidades, pero en general es la manifestación de la vocación pro fascista de quienes gobiernan nuestro país, con el cometido de crímenes como la ejecución extrajudicial, la desaparición forzada, la prisión por motivos políticos y el hostigamiento son parte de la política represiva que pretende coartar la organización popular, la solidaridad con y entre las víctimas del terrorismo de Estado.

En la vía de los hechos se demuestra que no existe distinción sustancial en la ejecución de la represión de los distintos gobiernos estatales; en Chiapas gobierna el partido que se jacta de defender la naturaleza animal, pero no se inmuta en lo más mínimo de cometer crímenes contra los seres humanos, esa es la condición de Manuel Velasco Coello; en Puebla con Antonio Gali en el Ejecutivo estatal, existe la continuidad del terrorismo de Estado con los partidos de ultraderecha, un estado donde se detiene y desaparece, se ejecuta extrajudicialmente a quienes se oponen al régimen; en Oaxaca con Alejando Murat es el mismo fenómeno, de un partido a otro, que pasa por una expresión de oposición, los crímenes de lesa humanidad son una constante.

Una vez más la realidad habla por sí sola, es imposible ocultar los saldos nefastos del terrorismo de Estado en nuestro país que se cuantifican en cientos de miles. Las víctimas son identificadas por su condición de clase y su convicción de lucha, por esa razón se observa con mucha más vehemencia la esencia del régimen, se devela como antipopular, represivo y pro fascista.

La magnitud de la violencia institucional desborda los muros de la censura, la lista de terror se incrementa de manera exponencial con el paso de los días, sin embargo, desde las instituciones sólo se obtiene la dilación y el hostigamiento para hacer desistir al movimiento popular de la denuncia política.

La necesidad de organizarse antes de ser víctimas se convierte en una tarea inaplazable e imprescindible, porque los flagelos represivos del régimen tocan al pueblo sin importar si está organizado o no, si manifiesta su inconformidad por medio del ejercicio del periodismo o solamente es parte de las masas proletarias, la característica común es que nos identifica ser víctimas del terrorismo de Estado, por lo que el llamado es a conjuntar esfuerzos para coronar esta tarea estratégica.

El actuar impune de los autores materiales de cientos de crímenes de Estado no se puede explicar sin el consentimiento de las autoridades gubernamentales, por lo que hoy se les debe de evidenciar como lo que son, los responsables tienen nombre y apellido y en cadena de mando conducen al titular del ejecutivo federal, Enrique Peña Nieto, a Manuel Velasco Coello, a Alejandro Murat.

La realidad es terca y cuando algunas veces se coloca en tela de juicio la veracidad de los crímenes significa que se espera pasivamente a ser víctima de algún crimen de esta naturaleza, pero para ese momento ya es tarde, porque el terror ha entrado abruptamente por la puerta del hogar y arrancó de su seno a un hijo, hermano o ser querido.

El intento del gobierno del estado de Chiapas por entorpecer el trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), en las diligencias por la ejecución extrajudicial de nuestro compañero Humberto Morales Sántiz a través de actos de represión y la detención arbitraria de 13 de nuestros compañeros, es una prueba palpable de la perversidad del Estado mexicano por escamotear la justicia para las víctimas de su política criminal.

La ejecución extrajudicial de Meztli Sarabia tiene la clara intención de mermar la fortaleza de la UPVA 28 de Octubre, de ahondar la herida a una familia que se mantuvo firme en la lucha por un espacio digno para trabajar desde la década del 80 del siglo pasado; las agresiones contra esta organización son recurrentes, entre ellos se enumeran la prisión domiciliaria de Rubén Sarabia Sánchez y la prisión en penales de otros dos de sus hijos.

¿Cuánta saña contra una familia de luchadores sociales? ¿A qué se debe tanto odio de clase? La explicación la encontramos en la necesidad en la voracidad de empresas monopólicas que pretenden controlar toda la circulación de mercancías, entre ellos el que proviene de lo que eufemísticamente denominan comercio informal.

En la misma situación se encuentran las agresiones contra el MULT, porque es una organización de amplio arraigo en la lucha popular en el estado de Oaxaca y que crece en otras regiones del país. Se les obliga a firmar acuerdos que son las mismas autoridades gubernamentales quienes conducen a incumplir a través de la provocación por medio de los grupos paramilitares.

De igual manera se golpea a la UCIDEBACC un esfuerzo organizativo que en más de una ocasión tuvo que sortear la escalada represiva de distintos gobiernos en Oaxaca, quienes actualmente tienen a algunos de sus representantes en la prisión por motivos políticos, con delitos prefabricados para intentar quebrantar su disposición de lucha.

Existe una característica en cada acto de represión de los cuales rendimos parte, estas acciones fueron dirigidas contra organizaciones que tienen una amplia trayectoria de lucha desde algunas décadas, independientemente que hoy se transite por rutas distintas en la formas metodológicas de organización, todos en su conjunto formamos parte del movimiento popular, con una propuesta organizativa independiente.

No es el aspecto cuantitativo lo que define la magnitud del golpe, lo que devela la esencia represiva del Estado mexicano, sino la sistematicidad con que se ejecuta, la recurrencia con que se cometen los crímenes y fundamentalmente, el objetivo que persigue, en estos casos, eliminar la combatividad, coartar el derecho a la organización independiente, intentar ahogar en sangre y fuego la voluntad de luchar, por lo tanto, eliminar una propuesta metodológica ante al terrorismo de Estado.

Estos casos no son la excepción, son la constante que padece a diario el resto del pueblo y sus organizaciones, por lo que se devela que si el flagelo que nos desangra es el mismo, las formas para hacerla frente deben ser homogenizadas para dar cauce a la coordinación y unidad de todos los explotados y oprimidos; la dispersión es mala consejera para los trabajadores del campo y la ciudad.

Hacemos el exhorto al resto de las organizaciones a pronunciarse ante la escalada de la política represiva, no esperar pasivamente a ser tocados por la represión, debemos reconocer en cada víctima a un hermano de clase, independientemente de su convicción de lucha y sus formas metodológicas de organización.

Exigimos el esclarecimiento de la ejecución extrajudicial del compañero Humberto Morales Sántiz del FNLS, de Meztli Sarabia de la UPVA 28 de Octubre, de Ezequiel Morales Fijo del MULT; el cese al hostigamiento a los compañeros de la UCIDEBACC.

Manifestamos a través de estas líneas nuestra solidaridad para los familiares de las víctimas y sus organizaciones; por muy fuerte que sea el dolor, no se debe perder el horizonte de lucha que nos llama a machar coordinados para salir avante de esta ofensiva neoliberal y represiva. El llamado es a mantener en alto las banderas de la presentación con vida de los detenidos desaparecidos, a exigir juicio y castigo a los responsables del terrorismo de Estado.

Responsabilizamos de la integridad física y psicológica de los compañeros del FNLS, de la UPVA 28 de Octubre, del MULT, de la UCIDEBACC y de todo el movimiento popular al titular de la presidencia de la República Enrique Peña Nieto; a los gobernadores del estado de Chiapas, Manuel Velasco Coello de PVEM; de Oaxaca, Alejandro Murat del PRI; de Puebla, Antonio Gali del PAN; y a toda la camarilla de politicastros que se pliegan servilmente a los designios de las empresas nacionales y del extranjero.

Frente Nacional de Lucha por el Socialismo

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